Mentiras policiacas
Los agentes de la policía frecuentemente mienten u ocultan detalles claves cuando presentan declaraciones bajo juramento en las cortes de justicia, según una investigación publicada por el Washington Post. En los últimos años se han revelado casos en los que policías mienten ante un jurado en Chicago, Los Angeles, Nueva York y otras ciudades, pero casi en ninguna de esas ocasiones fueron castigados. En un caso poco común, dos policías en Filadelfia fueron acusados de cometer perjurio después de que 283 casos criminales debieron ser desechados a causa de los errores aparecidos en las declaraciones de los dos agentes. Pero Chris Slobogin, un investigador de este tipo de comportamiento oficial de la Universidad de Florida, señaló que la mentira es práctica común de los policías y casi nunca es castigada. ``Como asunto moral, la policía a veces cree que es aceptable mentir si eso llevara a la declaración de culpabilidad de un acusado que es culpable'' de un delito, dijo.
Causa alarma aterrizaje
Los ciudadanos de Kingsville y Port Aransas, en la costa de Texas, se sorprendieron cuando, tras escuchar ruidos en el cielo, ocho helicópteros negros aterrizaron de los cuales descendieron soldados estadunidenses, lo que alarmó a la población. Resulta que la unidad antiterrorista del ejército, Delta Force, estaba realizando un ejercicio. ``Están practicando su habilidad para entrar y salir de áreas urbanas para operaciones especiales'', informó a Ap el vocero del Comando de Operaciones Especiales, mayor Jeff Fanto. El ejército dijo que nunca se notifica previamente al público sobre este tipo de ejercicios, porque representaría un riesgo de seguridad y pondría en peligro a los residentes. Es decir, por favor no se espantan cuando lleguen a su comunidad helicópteros llenos de soldados.
``No quiero ningún lechero en la lista'', dijo Rosalbina Garavito a René Bejarano. El director de gobierno del DF se fue a fondo y comenzó a contarle a la senadora los ``funestos'' antecedentes de otros integrantes de la Convergencia Democrática. Algo así como: ``Son iguales que los míos''.
El intercambio hubiera quedado en anécdota negociadora, de no ser porque fue el principio de un jaloneo que pudo llevar al naufragio la candidatura de Garavito a la presidencia nacional del PRD.
Copada por grupos de presión -el senador Héctor Sánchez que amarró su suerte política a Bejarano- que no votaron por ella en la elección interna, Rosalbina Garavito decidió jugarse su última carta con la presentación de su renuncia.
El senador Héctor Sánchez aceptó en principio las condiciones de Garavito, pero pidió tiempo para ``consultar'' a Bejarano.
El jueves, el grupo Sánchez-Bejarano cedió luego de que fracasaran sus gestiones para sumarse a la candidatura de la zacatecana Amalia García.
La senadora Garavito pedía siete posiciones en los primeros 25 lugares de la lista de candidatos a consejeros y un voto de confianza para negociar con otras fuerzas una posible planilla de unidad.
Curiosamente, las puertas se cerraron del lado del también senador Mario Saucedo, quien condicionó la unidad a la exclusión de Héctor Sánchez y las huestes de Bejarano.
Toda esta historia no es sino una de las aristas de los enredos de la contienda por suceder a Andrés Manuel López Obrador.
Esta semana sucedieron otroas hechos relevantes:
Un examen a vuelo de pájaro de las planillas de cada uno de los candidatos revela que, pese a sus afirmaciones en contrario, Jesús Ortega resulta el candidato ``del aparato''. Basta ver la cantidad de funcionarios y dirigentes formales del partido que están en su lista.
Pese a que, una y otra vez, los altos funcionarios del gobierno de Cuauhtémoc Cárdenas dijeron que no se incorporarían ninguna planilla para no ``enviar mensajes'', Adolfo Gilly, Ricardo Pascoe y otros se sumaron a la lista de Amalia García. Esto sucedió tras la queja de García en el sentido de que en la planilla de Ortega había 10 funcionarios del gobierno capitalino.
Al cierre, las posibilidades de una alianza Garavito-Saucedo se habían alejado.
Una pregunta para el futuro inmediato: ¿La geografía del PRD tendría un espejo fiel en la combinación García-Ortega?
El presidente nacional del PAN, Felipe Calderón Hinojosa, parece sin brújula. La evaluación negativa de su desempeño ha propiciado que pierda los estribos.
El jueves 18, por ejemplo, en su tradicional conferencia de prensa, el michoacano estuvo malhumorado y cortante. Y explotó cuando el reportero Rodolfo Montes -de El Financiero y hombre de piel morena- le preguntó si ``en lo oscurito'' el PAN había concertacesionado con el gobierno el asunto Fobaproa:
-No veo nada más oscuro que el que hace la pregunta.
Quizás arrepentido, luego de la conferencia, Calderón buscó a Montes en la sala de prensa. Le pidió una disculpa y le explicó su enojo:
``No, pus cómo está eso de que en lo oscurito; no se vale'', dijo mientras repetía el ademán que hiciera famoso a Roque Villanueva.
Montes replicó:
-No me ofendí. Tal vez mis compañeros, porque hubo algunos que dicen que cada vez te pareces más a Carlos Castillo Peraza.
Allí quedó.
En los pasillos del PAN es común oír comentarios como el del asambleísta Fernando Pérez Noriega: ``Como que ya hay un vacío (en la dirigencia nacional)''.
Y el vacío en la dirección nacional del PAN lo ocupa el fantasma de Carlos Castillo Peraza?
Tómese en cuenta la comida que -en un restaurante frente a la entrada de los Viveros de Coyoacán- tuvieron un grupo de panistas del Distrito Federal hace dos semanas, y cuyo suceso central fue este diálogo:
Jesús Galván: -¿Cuándo regresas?
Carlos Castillo Peraza: -¿Cuándo me lo pides?
Después, dicen algunos de los comensales, hubo un ambiente casi de celebración.
Pero, ¿a qué regresaría Carlos Castillo Peraza al PAN?
Su sombra le pesaría a cualquiera que resultara electo presidente nacional, a menos de que Castillo mantuviera un prudente silencio.
Podría hacer mancuerna con Diego Fernández de Cevallos para hacer campaña en favor del partido, si Fox se mantiene en la actitud de construir una candidatura ``ciudadana''.
O... bien podría ser candidato a algún puesto legislativo en la próxima elección federal.
Las anteriores podrían ser las rutas del hombre a quien Manuel Bartlett definiera como el intelectual que remplazará a Octavio Paz.
Claro, antes alguien deberá pedirle a Carlos Castillo Peraza que regrese al PAN.