n Refuta a quienes lo acusan de pragmático
La conquista del poder no está reñida con los principios: Ortega
Georgina Saldierna y Matilde Pérez n Jesús Ortega, aspirante a la presidencia nacional del PRD, rechaza que su candidatura sea la del "pragmatismo", al precisar que en los últimos tres años lo que se buscó desde la secretaría general que encabezó, fue la "efectividad política", porque un partido tiene entre sus tareas fundamentales la conquista del poder. Y eso, explica, no está reñido con los principios.
Considerado el candidato con mayores posibilidades de llegar a la dirigencia, asegura que existen diferencias entre pragmatismo y eficiencia política. "Utilizan la palabra pragmatismo con propósitos peyorativos", pero esa crítica sólo sería aplicable si se buscara el poder por el poder, cosa que no sucede, puntualiza, al destacar que se trata de alcanzar el poder para lograr la transformación del país.
Proveniente del PST, liderado por el controvertido Rafael Aguilar Talamantes, señala que la efectividad política se traduce en capacidad para resolver los problemas y para llegar al gobierno. "Se puede ser perfectamente congruente con los principios y al mismo tiempo conquistar triunfos", enfatiza.
A quienes se han pronunciado en contra de las alianzas y la postulación de ex priístas que ha promovido, los acusa de tener una visión patrimonialista, de falsa crítica, de ''querer cerrar las puertas del partido como en un palenque y querer convertirlo en una secta". Eso sería equivocado y terriblemente pernicioso para un partido democrático y revolucionario, como debe ser el PRD, advierte.
El partido debe mantener las puertas abiertas a gente con buenas intenciones, de buena fe, ''que quiera contribuir con nosotros a la transformación del país'', subraya, y reitera que convertir al PRD en un partido para satisfacer intereses de grupos o de personas en particular, lo perjudicaría, porque se trata de un instituto que se fundó como un instrumento de toda la sociedad y para ser utilizado por ella.
Ortega Martínez aclara a quienes lo acusan de pragmático, que lo importante no es disputarse el PRD, porque ya es de todos, y todos no sólo incluye a los perredistas, sino a la sociedad en su conjunto, sostiene.
Integrante de la planilla que hace tres años encabezó Andrés Manuel López Obrador, luego de declinar a su favor, considera que en lugar de intentar disputarse el partido con una visión patrimonialista ''debemos prepararnos para disputar la nación, de la que nos quieren despojar los neoliberales. Esa es la verdadera tarea'', puntualiza.
Por ello, asegura que ''los militantes de base no van a entrar a las pugnas facciosas en razón de intereses particulares o de visiones personalistas'', y confía en que le ''cerrarán el paso a esos grupos de presión que tratan de repartirse el partido y piensan que la dirección de éste debe entregárseles como una retribución a su militancia''.
El ex coordinador de la diputación perredista durante la pasada legislatura, se defiende de quienes ahora vuelven a recordar su actuación al lado de Aguilar Talamantes en el PST. "No niego nada de mi anterior militancia política ni me avergüenzo de nada, porque siempre lo hice con buena fe, con buena intención, actué como una gente con convicciones".
Y precisa: ''milité en el PST con una actitud de buena fe, esa es la palabra. Pero, yo no voy a hacerme cargo de las traiciones de Aguilar Talamantes; fue él quien defeccionó de la lucha y cuando lo hizo, yo y un grupo nos deslindamos de él. Esa separación la culminamos al entrar al PSUM''.
Apoyado por diversos grupos de militantes, pero también impugnado por todos aquellos que se consideran víctimas de sus negociaciones y acuerdos, califica como ''un tribunal de la Santa Inquisición'' a quienes ahora pretenden vetarlo por su militancia en el PST. Si continúan así, expone, ''van a tener que sujetar a una parte importante de la dirección del partido a sus juicios de intolerancia, y ese camino no va a contribuir a la unidad y a la cohesión política del partido. Esa intolerancia digna del Santo Oficio no contribuirá a una visión abierta, democrática y tolerante que debe tener un partido nuevo de izquierda, en el que también debe prevalecer la crítica constructiva''.
Señalado como un hombre concertador, Ortega Martínez ve con optimismo el futuro del PRD. Afirma que ya es la segunda fuerza política en la Cámara de Diputados, gobierna a una quinta parte de la población del país y ''nos hemos posicionado muy bien desde el punto de vista electoral y político; para la gente del partido somos consecuentes en la oposición a las políticas neoliberales, refrendamos nuestra vigencia de principios y no tendríamos buenos resultados electorales si no tuviéramos un comportamiento intocable, íntegro en la vida general. Esa confianza, la refrendaremos en caso de llegar a la dirigencia nacional''.
Destaca que los grandes retos de su partido en los meses por venir, serán enfrentar con éxito las elecciones presidenciales del año 2000, y desplazar del poder a los neoliberales, siempre de manera pacífica y a través de las urnas, para desde el gobierno de la República, dar el paso definitivo para la transformación del país.
Por último, califica a la senadora Rosa Albina Garavito, también aspirante a la presidencia perredista, como una mujer inestable, que le ofrece pocas garantías al partido del sol azteca. Si en un problema como el que vivió ųa consecuencia de las disputas internas en su corrienteų renuncia a la candidatura, Ƒqué se podría esperar de ella si se le presentaran conflictos tan graves como los que a veces se registran en el partido?, interroga, en alusión a la crisis que vivió la Convergencia Democrática el pasado jueves y que derivó en la renuncia y posterior rectificación por parte de la legisladora.