n Adecuada, la atención a pacientes: la propietaria


No acepta el sanatorio Vista Alegre seis denuncias ante la Conamed

Angeles Cruz /II y última n El sanatorio Vista Alegre no acepta ninguna responsabilidad en los casos denunciados por seis mujeres ante la Comisión Nacional de Arbitraje Médico (Conamed). Hasta ahora, asegura Mercedes Ballesté, propietaria del nosocomio, "hemos podido resolver las situaciones complicadas. En estos casos las atenciones se hicieron adecuadamente".

En entrevista, Ballesté comenta que en el sanatorio atienden entre 170 y 200 partos normales o por cesárea. En todos los servicios, se permite a la pareja de la mujer o a un familiar que esté presente en el momento del parto. "Si no estuviéramos seguros de nuestros procedimientos, no dejaríamos entrar a nadie, porque es ponerse de cara a que te estén viendo", señala la doctora.

A partir de la clausura del quirófano por parte de la Secretaría de Salud (Ssa), los partos son atendidos en el hospital San José, y así será mientras concluye la remodelación del Vista Alegre, explicó Ballesté.

En tanto, a más tardar en un mes, la Conamed enviará las opiniones técnicas sobre el sanatorio a la Ssa, dependencia que a su vez está en el proceso de inspección que deberá concluir a más tardar en abril próximo cuando emitirá un dictamen final, según informó la Dirección de Regulación de los Servicios de Salud de la Ssa.

Las quejas presentadas en contra del sanatorio Vista Alegre buscan, en su mayoría, que las autoridades sanitarias investiguen y apliquen sanciones, para evitar que las irregularidades se repitan. Por eso, luego de la primera inconformidad dada a conocer públicamente, llegaron a la Conamed otras denuncias sobre hechos que habían ocurrido varios años antes.

De ninguna manera se trata de acabar con un proyecto alternativo. Por el contrario, se busca que el servicio sea cada vez mejor y que las anomalías y deficiencias se corrijan, señalaron algunos de quienes presentaron su queja ante la Conamed.

En entrevista por separado, José Julio Bustos, director de Conciliación de la comisión, destacó que, así como se encontraron aspectos negativos, también los hay positivos, y aseguró que la presentación de quejas no significa necesariamente que existan irregularidades.

Sin embargo, con el fin de aclarar todas las dudas y presuntas anomalías, la Ssa debe ejercer su función de autoridad, e investigar a fondo al sanatorio Vista Alegre, comentó.

Una de las denuncias se refiere a un parto ocurrido a finales de 1997. De acuerdo con la queja de la paciente, las médicos del sanatorio no detectaron a tiempo que el bebé venía con sufrimiento fetal.

En este caso, la Conamed encontró que una partera fue quien realizó el trabajo y que la atención del pediatra fue tardía, pues llegó unos 20 minutos después del nacimiento.

Debido a las anomalías detectadas, la Conamed está en proceso de elaboración de la opinión técnica, y de entrada una copia del expediente fue enviada a la Ssa.

Otra de las quejas es la de la señora Susana Vidal, quien tuvo su primer embarazo después de los 40 años y, a pesar de que la ciencia médica lo define claramente como de alto riesgo, fue atendido por una médico general, explicó José Julio Bustos.

Varios días antes del parto, en agosto de 1998, empezaron los problemas, porque el feto tenía poco movimiento y presentaba una frecuencia cardiaca disminuida. Sin embargo, la médico Patricia López no ordenó que se realizara la operación cesárea. Fue el séptimo día, en que definitivamente el bebé no se movía, cuando la doctora indicó la hospitalización.

En ese momento, la paciente se enteró de que la doctora López no era obstetra y, por lo tanto, no realizaría la cirugía. El bebé nació con un apgar de 0 (cero), y al darse cuenta que el sanatorio Vista Alegre "no contaba con los elementos indispensables para salvar la vida al bebé", la madre decidió llevarlo a otro hospital.

Ya en el otro nosocomio, se diagnosticó al niño asfixia perinatal severa, aspiración de líquido meconial, isquema subendocardiaco y hematoma suprarrenal, "males que lo colocan en una situación de desventaja para la vida". Los médicos consideran que puede presentar secuelas, las cuales deberán ser valoradas periódicamente con el objeto de prevenirlas o remediarlas, en la medida de lo posible.

En este caso, las partes llegaron a una conciliación en la Conamed, por la cual el sanatorio entregó, "en carácter de ayuda solidaria", la cantidad de 50 mil pesos a la señora Susana Vidal. Asimismo, se le otorgará la cantidad de 3 mil pesos mensuales durante un año, "dada la necesidad de continuar la atención médica" para el bebé.

En el acta de conciliación, quedó asentado que la entrega del dinero señalado "no constituye la aceptación tácita o expresa de culpa o responsabilidad en el estado, características o patología clínica que presenta o presentare el menor".

Otras dos quejas documentadas ante la Comisión de Arbitraje Médico se dieron por concluidas por haber prescrito el periodo de ley para proceder a la investigación y, en su caso, sanción del posible ilícito. Además, no pudo comprobarse que el sanatorio Vista Alegre tuviera responsabilidad en las secuelas presentadas, en un caso, por la madre y, en otro, por el recién nacido.

No obstante, luego de la investigación de Conamed, ésta concluye que en la primera queja --se trató de una operación cesárea-- el anestesiólogo no tomó todas las medidas preventivas para atender las eventualidades.

En la segunda queja, ya prescrita, el sanatorio Vista Alegre comprobó que, previo consentimiento informado de los padres, se procedió a practicar la cir- cunsición al menor recién nacido, quien después presentó complicaciones en su curación.

Hay una queja más presentada ante la Conamed. También se refiere a la atención prestada por el Vista Alegre, y aquí las partes lograron conciliar, porque la quejosa solicitó el rembolso de 2 mil pesos por un estudio que no le realizaron. Aquí también se detectó que el procedimiento lo estaba realizando un médico general y no un gineco obstetra, explicó José Julio Bustos.

En otro caso que no llegó a la Conamed, se trató de un parto bajo el agua, atendido en el Vista Alegre en agosto de 1993. Nuevamente hubo dificultades. El bebé pudo nacer luego de una hora de esfuerzo de la madre. Las contracciones prácticamente se habían suspendido y las médicas no se percataron de que el bebé traía "doble circular de cordón". Fue por eso que no podía bajar al canal vaginal. Además, en esas circunstancias, se oprimió el cordón y se bloqueó el flujo sanguíneo.

El diagnóstico fue hipoxia severa y cerebro hinchado y edematizado. Luego de tres meses de hospitalización, el bebé no veía ni oía. Los encefalogramas indicaban una actividad cerebral casi nula. Se movía pero en forma involuntaria.

Los padres pudieron llevarse al niño a su casa, pero apenas 15 días después, éste falleció.

Para la directora del sanatorio Vista Alegre, Mercedes Ballesté, es de vital importancia que los servicios médicos puedan continuar, y por eso convocó en enero pasado a la conformación de una comisión externa que evalúe sus procedimientos clínicos y sugiera las mejorías.

Dicha comisión está formada. entre otros, por Arnoldo Kraus, médico y escritor; Juan Guillermo Figueroa, responsable del Programa de Salud Reproductiva y Sociedad de El Colegio de México; Monserrat Salas Valenzuela, responsable del Programa de Investigación en Salud Integral para la Mujer, AC; Hilda Reyes, médico pediatra, y Alberto Ysunza, investigador del Instituto Nacional de la Nutrición.

Ballesté destacó su disposición a escuchar a los expertos y, en la medida de lo posible, hacer los cambios que ellos sugieran.

Por otra parte, deslindó cualquier posible responsabilidad de la organización feminista Salud Integral para la Mujer (Sipam) de las actividades del Vista Alegre. Aunque Ballesté colabora con dicho organismo en el área de salud, y varias de las quejosas llegaron al Sanatorio por recomendación de Sipam, a nivel de institución, "tenemos una relación fraterna. Nos hemos nutrido recíprocamente con las propuestas desde el ámbito médico, pero la diferencia es muy clara. El sanatorio es una institución privada y Sipam es una organización no gubernamental", concluyó.