Astillero Ť Julio Hernández López
Los triunfos conseguidos ayer por el PRI en los comicios de Quintana Roo e Hidalgo tienen varios significados. Entre ellos, de manera destacada, y como una clara advertencia respecto al 2000, el de la reiterada utilización de recursos públicos y de trampas electorales tradicionales para favorecer a los candidatos del oficialismo.
El saldo de la jornada electoral de ayer es claro: ganó el PRI, con todo el aparato estatal en su favor, mientras que el PAN y el PRD avanzaron en términos muy volátiles en porcentajes de votación (el blanquiazul en Hidalgo; el del sol azteca en Quintana Roo).
En ambos estados quedan para otras fechas las aspiraciones de cambio democrático y, a pesar que los partidos opositores se han alegrado por las cifras electorales conseguidas, en realidad se ha consolidado la fuerza del PRI, cuyas redes de intereses y complicidades buscarán darle muchos votos al próximo candidato presi- dencial del PRI. A partir de ahora, los gobiernos priístas de Quintana Roo e Hidalgo se dedicarán a desactivar a los opositores, a mediatizar sus liderazgos locales y a organizar, con todos los recursos públicos necesarios, la estructura electoral tricolor para el 2000.
Por añadidura, puede decirse que las aspiraciones de Francisco Labastida Ochoa han sido beneficiadas por los resultados de ambas entidades: en Hidalgo, porque con Manuel Angel Núñez se reafirma la fuerza del ahora subsecretario de Gobernación, Jesús Murillo Karam, y en Quintana Roo, porque el aliado de los duros, Mario Villanueva Madrid, tuvo que hacer méritos ayer, apoyando con todo a Joaquín Hendricks, como un intento de conjurar las amenazas de cárcel que rondan sobre su cabeza. Don Mario, ahora, más que un aliado, puede ser un estorbo para sus amigos Bartlett y Madrazo.
En Quintana Roo, tercia tricolor
A pesar del terrible desgaste que recibió Villanueva Madrid (enfrentamiento con la directiva nacional del PRI, grave distanciamiento con Los Pinos, acusaciones de vinculación con el narcotráfico, rumores de canje de su gubernamental cabeza por la certificación estadunidense de colaboración en la lucha antidrogas, ruptura con la familia Joaquín Coldwell), el partido tricolor salió adelante en las elecciones de ayer.
De hecho, los intereses dominantes de la estratégica entidad hubiesen estado bien servidos con cualquiera de los candidatos en contienda. En lugar de elecciones pudo haberse hecho un sorteo, con la convicción de que, quien fuese el ganador, habría de garantizar sin problema alguno la satisfacción de los fortísimos intereses de aquella plaza.
Hendricks, ruptura gradual
En cierto sentido, es posible que la elección de Joaquín Hendricks haya sido la más congruente y la menos peligrosa. Hendricks representa una ruptura gradual pero firme con Villanueva y, a diferencia de quienes fueron sus adversarios, tiene oficio político y sentido institucional.
La candidatura de Hendricks vino del centro del país, específicamente de Los Pinos, donde se ha dejado a otros gobernadores hacer lo que han querido, pero donde se tomó en este caso la decisión estratégica de enfrentar a Villanueva por sus presuntas relaciones con el narco.
A Hendricks se le impulsó con la idea de que frene la actividad abierta de traficantes de drogas en la entidad y que coopere de manera clara con las autoridades federales, que pretenden sellar la península para evitar que siga siendo la nueva zona principal de operaciones de los narcotraficantes internacionales y mexicanos.
Una oposición de a mentiritas
En esa entidad de terrible atraso político, los partidos de oposición, PRD y PAN, echaron mano de personajes vinculados con el oficialismo, beneficiarios del sistema, priístas en la esencia, tuviesen o no credencial vigente, para tratar de aprovechar los claros indicios de descomposición política del partido tricolor.
En el PRD, sin ningún respeto por sus principios doctrinarios, se postuló a un antiguo socio de Miguel de la Madrid y de Arturo Durazo Moreno como candidato a gobernador. Impulsado por Porfirio Muñoz Ledo, el empresario Gastón Alegre puso al servicio del perredismo la estructura económica heredada de sus relaciones con el poder priísta. La cadena de Radio Turquesa, el poderío económico forja- do al amparo del poder priísta, fueron ahora aprovechados con pragmatismo extremo por el PRD.
Don Gastón pagó su propia campaña, se hizo promoción en sus propias difusoras (en extremos que ahora han sido denunciados ante autoridades judiciales, pues le acusan de publicitar al partido del sol azteca y a sus candidatos el mismísimo domingo de los comicios) y financió todo lo necesario para impulsar su personalísima, megalómana candidatura. No ganaron los principios ni la doctrina perredista, pero los hombres del PRD que se la pasan sumadora en mano calculando cuántos votos conseguirá su partido en el 2000, tienen una abierta sonrisa por los porcentajes conseguidos ayer. Ya hay PRD en Quintana Roo, dicen, benévolos, condescendientes, generosos con el pasado de don Gastón, el nuevo héroe de la democracia.
El PAN, por su parte, postuló como candidato al notario López Mena, un personaje vinculado con el oficialismo de diversas maneras y cuya candidatura llegó a levantar expectativas de triunfo (que este columnista recogió y difundió, y que el propio secretario de Elecciones del comité nacional priísta reconoció) que, sin embargo, no correspondieron con la realidad, pues el notario, registrado como candidato externo, quedó en tercer lugar. La crisis de los panistas quedó evidenciada con el tipo de candidato que escogieron y con el volumen de votos recibido. También pragmáticos, los del blanquiazul consideran que su partido avanzó en condiciones difíciles. Otro héroe de la democracia ha surgido con el notario López Mena, cuya fortuna es de 16 millones de pesos.
En Hidalgo, la aridez política
El PRI ganó la gubernatura de un estado pobre, atrasado, dominado por los caciques y convertido ahora en pieza de canje en el futurismo del tricolor. Manuel Angel Núñez fue impulsado siempre por el gobernador Jesús Murillo Karam y, como tal, en esa tendencia zedillista de dejar a los gobernadores que resuelvan las sucesiones en su favor, siempre y cuando no generen problemas graves, fue elegido candidato del tricolor en un proceso al que denunció con palabras graves otro contendiente, el senador José Guadarrama Márquez.
Murillo Karam resolvió los conflictos internos del tricolor, luego de dejar como heredero a Núñez, y se integró al sindicato oficialista de gobernadores que en Bucareli apoya a Labastida Ochoa como aspirante a la Presidencia. El aparato gubernamental y priísta, mientras tanto, siguieron actuando en favor de Núñez, sin sobresaltos ni problemas.
El PAN, por su parte, cerró las puertas a la única posibilidad de ruptura de la hegemonía priísta, propuesta meses atrás por el columnista político Miguel Angel Granados Chapa, quien consideraba que sólo una alianza entre PRD y PAN podría ganar al PRI.
Con tales consideraciones, Granados se puso al servicio de dicha causa unitaria, aunque finalmente el PAN prefirió caminar solo, con el diputado y cantante Francisco Xavier Berganza como candidato.
Los resultados favorecieron al PRI. El PAN quedó como segunda fuerza y la coalición PRD-PT en tercer lugar. Persiste en el poder la familia real de los Rojo y los Lugo, con sus derivaciones modernas, que son el gobernador saliente, con licencia para irse a Gobernación, y el entrante. Hidalgo difícilmente se incorporará a los ritmos de la modernidad y el cambio político que recorren al resto del país.
Astillas: Jesús Silva Herzog coquetea de manera abierta con la oposición no panista para ser candidato presidencial. Sus palabras, intencionalmente indefinidas, insinúan posibilidades de ruptura con el priísmo y, por otro lado, abren expectativas de alianza con el perredismo, y en especial con Cuauhtémoc Cárdenas. Ha dicho quien ha sido importante personaje del gobierno mexicano que en tres o cuatro meses decidirá qué hacer. Por lo pronto, descarta al PAN como partido con el que podría caminar. Del otro lado está el PRD, con la candidatura del ingeniero michoacano que aparece hasta ahora como inamovible, y el pelotón de partidos pequeños llamado de manera peyorativa la chiquillada. Igual don Jesús se queda en el PRI, habiendo manejado con habilidad una disidencia de saliva y consiguiendo buenos dividendos de sus coqueteos actuales.