Elba Esther Gordillo
El concepto de minorías

Como resultado de la Segunda Guerra Mundial y de la perspectiva de los triunfadores, los acuerdos de Yalta dan sustento a un orden mundial bipolar que, sin tomar en cuenta ni las características étnicas, religiosas, culturales, y aún históricas de los países del mundo, son obligados a reconocer la validez del arreglo y aceptar la fatalidad que la geopolítica les determinaba.

Quizá el ejemplo que mejor ilustra este artificial, y en muchos sentidos irrealizable arreglo, es Yugoslavia, que resulta de la integración de un mosaico de razas, religiones y cosmovisiones que sólo pueden convivir supeditadas a una superestructura estatal capaz de imponerse sobre cada una de las partes.

Agotado el modelo de la posguerra, las minorías étnicas recuperan su capacidad de actuación y vuelven a expresarse con el mismo vigor que sólo interrumpió el breve espacio de la geopolítica bipolar.

El conflicto de los Balcanes, el de las Repúblicas de la Unión Soviética y el más reciente del Kurdistán, entre muchísimos otros que hay en el mundo, es motivo de una profunda reflexión acerca de lo que nos espera en este trascendental asunto al que sólo atinamos a definir como el problema de las minoróas étnicas.

Cuando nos percatamos del tremendo vigor de los nacionalismos, aun de aquéllos que han carecido de territorio propio, como el kurdo o el servio o el palestino, surge la pregunta, de si la globalización será capaz de imponerse sobre la visión nacionalista, o si su reto mayor está en hacer compatible el valor de cada una de las partes con el que postula el todo.

Hay 30 millones de kurdos dispersos en el mundo, capaces de reaccionar como uno solo en Inglaterra, Alemania, Turquía, Holanda, Estados Unidos, etcétera, cuando su proyecto nacional se ve agredido.

La detención de Ocalan, y la reacción mundial que generó, nos obliga a explorar el problema de las minorías desde una perspectiva diferente: ¿es minoría quien tiene una membresía millonaria? ¿Es minoría la que ha podido sustituir la falta del territorio propio por la unidad a toda prueba en cada uno de los espacios que ha podido lograr?

Hay muchos investigadores que vaticinan que uno de los resultados más impactantes de la globalización, será el que millones de personas se desplacen del lugar donde ahora vive hacia otros en que las oportunidades sean posibles. Si a ese fenómeno se suma el de las minorías étnicas que están ya dispersas en el mundo, sin territorio, pero con creciente poder por su número y sentido de unidad, el problema adquiere proporciones impensables.

Una reacción inmediata pareciera ser la de cerrar las fronteras o detener a quienes son los líderes visibles; las evidencias demuestran que serán medidas irrelevantes.

Así como la globalización ha sido el resultado del talento humano, así también deberá serlo el despliegue institucional para que éste sea posible y benéfico para todos, aun para quienes han tenido que sufrir la sentencia de ser minorías. Los países que han logrado hacer compatible el concepto de mayoría con el de minoría tienen un patrimonio del mayor valor histórico.

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