n José Antonio Almazán González n

Soberanía y electricidad

Para los teóricos de la privatización eléctrica, ''los objetivos que llevaron a la nacionalización de la industria eléctrica han sido plenamente cumplidos''. Para fundamentar tan temerarias tesis, reducen los objetivos de la nacionalización a ''las necesidades de una rápida integración del sistema eléctrico nacional y de extender la cobertura de los servicios eléctricos en el país''. Tal afirmación es reveladora del desconocimiento y desprecio que se tiene sobre aspectos fundamentales de la historia de México en materia de soberanía y electricidad. Para demostrar lo anterior me remito a las lecciones de la historia:

1. Recordemos las razones expuestas por el presidente Adolfo López Mateos, el 21 de octubre de 1960, en la Iniciativa de Ley para elevar a rango constitucional la nacionalización de la industria eléctrica:

''La presentación del servicio público de abastecimiento de energía eléctrica, comprendiendo la generación, transformación y distribución así como las demás operaciones o actividades industriales o comerciales de que la misma puede ser objeto requieren, como en el caso del petróleo y de los carburos de hidrógeno sólidos, líquidos o gaseosos, ser realizados directamente por el Estado, a través de los órganos competentes, ya que México ha sostenido tradicionalmente la tesis de que los recursos naturales y las fuentes de energía básica, han de estar al servicio de la colectividad y de la elevación de los niveles de vida del pueblo mexicano''.

''Para garantizar la efectiva realización de este propósito de que la generación, transformación, distribución y abastecimiento de energía eléctrica debe sustentarse en razones de beneficio social y no en motivos de interés particular, presento ante ustedes la siguiente'' (subrayados míos).

2. Estos considerandos condensaban 57 años de historia de las empresas eléctricas privadas en México, cuyo desempeño puede resumirse en los siguientes puntos: a) nunca planearon su crecimiento de acuerdo a las necesidades de desarrollo nacional; b) su único objetivo fue un desmedido afán de lucro; c) para la obtención de una rápida ganancia recurrieron a la imposición de precios altos en las tarifas eléctricas; d) en la defensa y promoción de sus intereses privados apelaron a la presión y protección de sus respectivos gobiernos. ƑQuién desea volver a este pasado?

3. El despotismo de la Mexican Light y de la American & Foreign Power, frente a los consumidores eléctricos y los gobiernos municipales, estatales y federal, fue generando un abierto conflicto entre las empresas eléctricas privadas y el Estado y un creciente reclamo nacional que finalmente desembocó en la nacionalización de la industria eléctrica.

Atrás de la iniciativa nacionalizadora se encontraba también el conocimiento de una indignante historia de concesiones otorgadas a las empresas eléctricas privadas, con plazos de duración de 97 años y otras a perpetuidad, durante el régimen de Porfirio Díaz, en menoscabo de la soberanía nacional sobre sus recursos naturales.

4. Esta experiencia histórica, que hoy pretende ser ignorada por los privatizadores, generó diversas reflexiones en la Cámara de Senadores, entre las que vale la pena reproducir, por su actualidad, la intervención del Senador Rodolfo Brena Torres que argumentó: ''De no determinarse por la Ley constitucional la facultad exclusiva del Estado de proveer a la distintas fases de la industria eléctrica, se correría el riesgo de que en el mañana nuevas empresas privadas pudieran ser beneficiarias del aprovechamiento de los recursos hidráulicos de propiedad nacional, o bien transformadoras o distribuidoras de energía eléctrica,...''

5. Como puede observarse, existe una diferencia radical entre el concepto de soberanía en materia eléctrica que acabamos de mostrar y la visión que el Ejecutivo Federal pretende imponer. Sin embargo, en tanto los razonamientos de los que nos oponemos a la privatización eléctrica derivan de las lecciones de la historia y del Proyecto de Nación plasmada en la Constitución original de 1917, la posición de los privatizadores contradice nuestros Fundamentos Constitucionales y se ajusta a las necesidades de reestructuración del capitalismo a escala plantearía (globalización) y su ideología dominante: el neoliberalismo y sus sacrosantas leyes del mercado y la competencia. ƑQuiénes son los ignorantes y dogmáticos? Hoy, como hace 39 años, la nacionalización de la industria eléctrica sigue manteniendo vigencia histórica.