n Se basa en delitos prescritos, dice la defensa
Antijurídica, la extradición de los hermanos Amezcua a EU
Gustavo Castillo García, enviado, Colima, Col., 23 de febrero n Estados Unidos pretende juzgar a Luis y Jesús Amezcua Contreras, presuntos jefes del cártel de Colima, "por delitos prescritos y con pruebas desechadas por un gran jurado, por lo que resulta irracional y antijurídica su extradición, concedida por la Secretaría de Relaciones Exteriores", afirmó Everardo Rojas Contreras, abogado defensor de los llamados reyes de las metanfetaminas.
El señalamiento del litigante surge a pocos días de que se desarrolle la audiencia constitucional, en la que se determinará la procedencia del amparo que permitiría a Jesús Amezcua, hijo mayor de la familia Amezcua Contreras, quedarse en México, para no ser llevado a Estados Unidos y enfrentar un juicio por narcotráfico, pese a que el Poder Ejecutivo ha otorgado ya su resolución en sentido afirmativo a la petición de Estados Unidos. El juez undécimo, Iram García García, emitió una opinión negativa al respecto.
La juez tercero de distrito en materia penal, Olga Sánchez Cordero, será la encargada de conceder o negar dicho beneficio, luego de estudiar la demanda de amparo y las más de 30 pruebas que la justicia estadunidense aportó como sustento de su petición de extradición, las cuales desde el punto de vista de la defensa han sido elaboradas a destiempo y "con dolo", pues los delitos por los que se pidió la detención provisional ya fenecieron, "pasaron los cinco años que la ley de Estados Unidos contempla para ejecutar una aprehensión", e incluso sus pruebas fueron desechadas por un gran jurado para iniciar procedimientos penales en contra de ellos.
En el caso de Jesús Amezcua, las autoridades estadunidenses "olvidaron" que la solicitud de detención provisional se fundamentó en acusaciones de 1993, y han sustentado su petición formal de extradición con base en una orden de aprehensión de 1998, la cual luego fue fortalecida con testimonios rendidos después de haberse obsequiado dicha orden de captura, situación que según el abogado contraviene todo derecho.
Los hermanos Luis, Jesús y Adán Amezcua Contreras, según las autoridades mexicanas y estadunidenses, encabezan la mayor organización internacional de elaboración y tráfico de drogas sintéticas en el mundo, pero su defensor afirma: "Ninguna de las dos autoridades ha presentado pruebas reales que demuestren su involucramiento en el narcotráfico".
Es más, dice, "el cártel de Colima es una fantasía, šNo existe ese cártel! Baste decir que es la única organización criminal que no tiene guaruras ni agentes de la Policía Judicial Federal cuidándolos". Además, agrega, no tiene hechos de sangre de ninguna naturaleza y nunca se le ha instruido un proceso por delitos contra la salud. A una familia "la hicieron cártel, y en ese tenor, si formar una familia constituye un cártel, yo creo que todos tenemos uno en nuestra casa", agrega.
Las pruebas de Estados Unidos
De acuerdo con información contenida en la solicitud formal de extradición que enviara el gobierno estadunidense a su contraparte mexicana, las autoridades de Estados Unidos presentaron más de 30 pruebas, la mayoría de la cuales son grabaciones de conversaciones telefónicas sostenidas por Jesús Amezcua con una persona sentenciada a prisión por narcotráfico en ese país; declaraciones juradas de agentes que participaron en investigaciones secretas y fotografías del acusado.
Entre las pruebas presentadas, se destaca que Jesús Amezcua realizó entrevistas con Sandra Corrales Orejuela, una informante del FBI, en las que presuntamente éste le habría indicado en San Diego, California, que poseía 500 mil dólares, y pensaba adquirir cocaína, para después distribuirla en Estados Unidos.
En el mismo texto que fue enviado al juez undécimo de distrito, para que emitiera su opinión respecto de la procedencia o no de la extradición, la cual fue negada por el juzgador, se agrega una tes- timonial de fecha 9 de julio de 1998, en la que supuestamente el agente del FBI, Robert Lee Pearson, aporta una fotografía en la que aparentemente se ve a Jesús Amezcua con Arturo Ramírez Mendoza, un acusado de narcotráfico en ese país; además, aparece una cubeta blanca que presuntamente contenía 239 mil 435 dólares.
Otra prueba presentada como sustento para que se haga procedente la extradición, es una sentencia dictada por la juez Irma E. González en contra de Bernardo Bonilla Hernández y Arturo Ramírez Mendoza por narcotráfico.
Asimismo, se agrega la copia certificada de la orden de aprehensión de fecha 2 de julio de 1998, decretada por la corte de distrito en contra de Jesús Amezcua, y documentales que presuntamente demuestran la existencia de intercambio de correspondencia entre las empresas Chinar Trading Company y Compañía Comercializadora y Abastecedora de Occidente.
Esta última empresa, supuestamente, es propiedad de Jesús Amezcua, y en esa documental se menciona que el agente especial de la DEA, Charles E. Jones, quien participó en una investigación sobre el tráfico de efedrina hacia Estados Unidos, presentó fotografías de un cargamento de efedrina, incautado en el aeropuerto de Dallas, Texas, y facturas relacionadas con la comercialización de la droga, en las que la sustancia decomisada habría sido enviada por la compañía asiática y la empresa del acusado.
De igual forma, el gobierno estadunidense presentó una testimonial de fecha 8 de julio de 1998, en la que el detective Juan Villanueva, del Departamento de Policía de Los Angeles, asegura haber participado como agente secreto en una investigación en la que "observó el desarrollo de las actividades ilícitas" del mayor de los hermanos Amezcua Contreras.
En busca del amparo
En cuanto al recurso legal presentado por la defensa de los hermanos Amezcua, para evitar la extradición de Jesús (Chuy, como le llaman sus familiares y amigos), el abogado Everardo Rojas dice en sus alegatos que la Secretaría de Relaciones Exteriores y las autoridades estadunidenses mienten cuando aseguran que su defendido "está sujeto a dos procesos", pues asegura que "esta afirmación es falsa, toda vez que hasta la fecha no se encuentra sujeto a ningún proceso y sólo existen órdenes de aprehensión, según consta en autos".
En el texto de amparo se establece que "de los hechos narrados --las acusaciones de Estados Unidos-- e imputados, que desde luego no reconozco, pero en el presupuesto sin conceder que así fuese, son sólo datos respecto a hechos ocurridos antes del 13 de mayo de 1996, y como no existía delito en nuestra legislación penal, resulta que es bien claro que se conculca en mi perjuicio la garantía que tutela el principio de irretroactividad de la ley".
Asimismo considera Rojas Contreras que los Estados Unidos "en contubernio con la SRE y la Procuraduría General de la República abusaron del procedimiento de detención provisional que se efectuó en contra de Jesús Amezcua por que le añadieron otra orden de aprehensión que no tenía ninguna relación con el proceso inicial y que sólo se refería al procedimiento de fecha 11 de febrero de 1993".
Respecto a los testimonios de presentados "fueron obtenidos mediante condicionamientos de libertad" y la empresa que se señala es propiedad de Jesús Amezcua no existe.
Finalmente al igual que en el caso de Jesús, las autoridades estadunidenses solicitaron una detención provisional con fines de extradición con base a una orden de aprehensión de 1994, pero a la hora de presentar su petición formal de extradición, sólo presentaron una orden de aprehensión girada en 1998.
Según el abogado, en esa petición "se afirma que ambos ųLuis y Jesús--continuaron desarrollando su actividad como jefes del Cártel de Colima hasta el 18 de junio de 1998, sin embargo ellos fueron detenidos y arraigados por la PGR el día 1 de junio de ese mismo año. Las autoridades mienten y esperamos obtener sentencias favorables en ambos amparos y con ello obtener su libertad ilimitada, luego de que las autoridades mexicanas no pudieron demostrar la existencia del Cártel de Colima, ni tampoco que ellos fueran narcotraficantes en procesos penales que se les iniciaron en nuestro país".