n Insta el rector a que las inconformidades se manifiesten por las vías legales
Rechaza Barnés que el sistema de pagos se modifique cada año
n Descarta que en la UNAM se genere un movimiento estudiantil como el que enfrentó Carpizo
Rosa Elvira Vargas n El rector de la UNAM, Francisco Barnés de Castro, precisó que está perfectamente establecido que no se buscaría modificar anualmente el ordenamiento que regirá las cuotas de la institución. "Si hemos tardado cincuenta años en modificar las cuotas, sería absolutamente irresponsable pretender modificar este reglamento cada año'', indicó.
Asimismo, la autoridad universitaria confió en que los estudiantes que se oponen al nuevo esquema de pagos defiendan sus puntos de vista en el marco de la legislación universitaria, y recordó que para ello el diálogo está abierto.
Barnés de Castro, quien asistió a Los Pinos a la presentación del programa de trabajo de Ciencia y Tecnología para 1999, admitió que haber mantenido sin modificación durante medio siglo el tema de las cuotas se debe a que "es un tema altamente politizado'', pero una vez más defendió el esquema que plantea su administración, cuya aprobación pasó ayer uno de sus primeros filtros, con el dictamen emitido por la Comisión de Presupuesto.
Más adelante, expuso el rector Barnés, se convocará a reunión de Legislación Universitaria para que emita su correspondiente dictamen, mismo que con el de Presupuesto se hará llegar a los consejeros universitarios.
De ahí vendría, explicó, una sesión de Consejo Universitario, el cual analizaría la propuesta y eventualmente la aprobaría para su entrada en vigor. De ser así, el costo anual para la licenciatura por alumno de reciente ingreso sería de 2 mil 30 pesos, y en bachillerato de mil 25 pesos.
Posibilidad de un conflicto
Barnés descartó cualquier posibilidad de que en la UNAM se redite el conflicto estudiantil que llevó a la institución a una prolongada huelga, derivada también del intento del entonces rector Jorge Carpizo de actualizar el sistema de pagos.
Para ello, argumentó que la suya es una "iniciativa cuidadosa'' en la que no se establecen barreras adicionales para acceder a la universidad pública. La UNAM, afirmó, busca reducir tales barreras por medio del mecanismo de las aportaciones voluntarias de los egresados, y con las cuotas que paguen los estudiantes que están en posibilidades de hacerlo, monto que serviría para mejorar los servicios educativos que ofrece la institución.
"Con esta iniciativa ųinsistióų quienes más se favorecen son precisamente los estudiantes de menores recursos económicos, a los cuales sus familias no pueden ofrecerles un apoyo complementario al esfuerzo educativo que realiza la universidad''.
Barnés aseguró que la propuesta de la autoridad de ninguna manera debilita o reduce las posibilidades de acceso a la educación de los estudiantes que no tienen dinero, por el contrario, favorece y posibilita que el derecho a la educación que tienen todos los mexicanos se pueda ejercer de mejor manera.
El titular de la máxima casa de estudios defendió el nuevo sistema de becas que se aplica en la UNAM, pero admitió que éste tiene como limitante para ampliar su número la cantidad de recursos que aportan los egresados por medio de la Fundación UNAM. Sin embargo, dijo que espera que la sociedad civil atienda la convocatoria para asumir una mayor corresponsabilidad en las contribuciones que en modo alguno busca sustituir la responsabilidad del Estado en esta área.
La aprobación del nuevo sistema de cuotas representaría sólo tres por ciento del presupuesto operativo de la UNAM, incluyendo los ingresos propios, consideró Barnés de Castro, pero al mismo tiempo implica la posibilidad de duplicar los recursos con que cuentan las facultades y escuelas y permitiría un avance significativo en la calidad y amplitud de los servicios educativos que ofrece la universidad.
Finalmente, respecto al rechazo de que el reglamento de pagos vaya a revisarse de forma anual, el funcionario dijo que su proyecto de elevación de cuotas está planteado en salarios mínimos, precisamente para evitar tener que revisar aquel en los años siguientes.
"Está claro que el compromiso de la autoridad, y esto esperamos poderlo instrumentar claramente en los próximos días, es que todos los recursos que deriven de estas cuotas irán exclusivamente a la mejoría de los servicios educativos universitarios para todos los estudiantes'', puntualizó.
Además, reiteró que espera la aprobación de su propuesta antes de que finalice el semestre académico en curso, a fin de que el nuevo reglamento se aplique en el siguiente ciclo escolar, tanto en lo referente a las cuotas de inscripción como a las que deberán pagarse por los exámenes extraordinarios.
n Los actuales montos de las colegiaturas, pintorescos: Fix Zamudio
Constitucional, la propuesta de aumentar cuotas
María Esther Ibarra n La constitucionalidad de la iniciativa del rector Francisco Barnés de Castro de modificar el Reglamento General de Pagos de la UNAM "está fuera de toda duda", por tanto tampoco procede que la institución solicite a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) si es o no procedente el cobro de cuotas y colegiaturas a los estudiantes universitarios.
El abogado general de la UNAM, Gonzalo Moctezuma Barragán, y los juristas Diego Valadés y Héctor Fix Zamudio explicaron ampliamente el sustento jurídico y legal de actualizar los montos de las cuotas, pero también se mostraron cautelosos en no descalificar a los estudiantes que han rechazado la propuesta de Barnés de Castro.
En breve entrevista por separado, Sergio García Ramírez también coincidió en que hay una interpretación equívoca en relación con la gratuidad, y se confunde a la UNAM con el Estado. Sostuvo que los universitarios "seríamos los primeros en oponernos a una privatización de la Universidad".
En conferencia con la prensa, efectuada ayer en el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, Moctezuma Barragán especificó que la reforma no contraviene el artículo tercero de la carta magna, porque la enseñanza universitaria ni es gratuita ni es obligatoria, a diferencia de la primaria y secundaria.
Argumentó: "A partir de la reforma al artículo tercero constitucional en 1993 se incluyó la fracción quinta para diferenciar la obligación que tiene el Estado de impartir en forma directa y gratuita la educación primaria y secundaria, mientras que las de los niveles medio superior (bachillerato) y superior se estableció que su responsabilidad es promoverlas y atenderlas".
De tal suerte, juzgó, están perfectamente definidas las responsabilidades del Estado, además de que "no creo que sea necesario hacer ninguna enmienda para hacer precisa una cuestión que los legisladores, incluyendo los de oposición, establecieron en el texto constitucional".
Fix Zamudio señaló que la UNAM siempre ha cobrado cuotas, cuyos montos actuales ųde 15 y 20 centavosų no sólo son simbólicos, sino "pintorescos" y "ruinosos". Sobre la polémica jurídica, Fix Zamudio dijo que aun cuando la enseñanza superior la imparten instituciones públicas, no es el Estado el que lo hace de manera directa, además de que por su carácter autónomo las universidades tienen la facultad de regirse a sí mismas y manejar su propio patrimonio.
Durante la conferencia, Bolívar Huerta, de la Red de Estudiantes Universitarios, a quien se le permitió el uso de la palabra, preguntó por qué se habla de actualizar las cuotas y no la legislación universitaria, la cual ųdijoų "es dos años más vieja que el reglamento de pagos, además de obsoleta".
Incluso, afuera del recinto universitario el representante estudiantil le advirtió al abogado Moctezuma Barragán que los estudiantes no desean una confrontación, por lo que "ustedes tienen la última palabra para evitar un conflicto en la UNAM".
Asimismo, le manifestó que su movimiento es pacífico y no persigue ningún interés político, sino preservar la gratuidad de la educación.
Atento, Moctezuma Barragán le respondió: "La confrontación no vendrá de rectoría".