La Jornada viernes 26 de febrero de 1999
Proponen donaciones voluntarias en la UNAM
Señora directora: Estamos seguros de que los estudiantes que se están movilizando hoy contra la elevación de las cuotas en la UNAM no lo hacen por egoísmo, ni porque se nieguen a contribuir económicamente al sostenimiento de nuestra máxima casa de estudios.
Es claro que la oposición del movimiento estudiantil, no sólo a la elevación de la cuotas, sino a la existencia misma de ellas, tiene como base la defensa de la gratuidad de la enseñanza que imparte el Estado, su preocupación por el abandono cada vez mayor del gobierno de sus obligaciones respecto a las instituciones de educación media superior y superior; su rechazo al avance de la privatización de la enseñanza y su justificada inquietud por la posibilidad de que las relativamente moderadas alzas y exenciones en las cuotas propuestas hoy, se conviertan mañana en una espiral que haga más elitista la educación universitaria.
Nosotros, estudiantes de ayer, manifestamos públicamente nuestro pleno respaldo a la lucha de los estudiantes universitarios de hoy, nuestro pleno convencimiento de la justeza de los planteamientos expresados en el párrafo anterior, que han surgido de diversas asambleas y reuniones del movimiento estudiantil en los últimos días.
Solicitamos respetuosamente al Consejo Universitario, a los Consejos Técnicos y al Rector de la UNAM que, en lugar de decidir hoy el alza en las cuotas, discutan y lleven ante el Congreso de la Unión la demanda de que, así como ya está elevado a rango constitucional el concepto de la Autonomía Universitaria, se complete ese concepto, ya sea en la propia Constitución o en la Ley Orgánica de la UNAM, estableciendo la obligación del gobierno federal de destinar un porcentaje fijo y suficiente de su presupuesto de egresos como aportación al sostenimiento de nuestra máxima casa de estudios.
Así se frenaría el proceso de abandono de las obligaciones gubernamentales hacia la UNAM; se pondría coto a las intentonas privatizadoras; se eliminaría el uso de presión política que da el régimen a las decisiones discrecionales que toma cada año sobre el monto que destinará a esa institución y se evitaría lo ocurrido a fines del año pasado, cuando el gobierno federal quiso recortar sus aportaciones a la UNAM en una proporción aún mayor que las restricciones generales que hizo al gasto público.
Solicitamos asimismo a los Consejos Técnicos, al Consejo Universitario, y al Rector, que, en lugar de discutir y acordar la elevación de las cuotas, deciden eliminarlas y, en su lugar, formulen, con la autoridad moral que les daría unirse a toda la comunidad universitaria en la demanda anterior, un llamado a los padres de familia y estudiantes que sostienen sus propios estudios para que cada semestre, al iniciarse los cursos, se promueva una amplia campaña de donaciones voluntarias para el sostenimiento de actividades académicas específicas y públicamente planteadas, de cuyos gastos y realización se informe periódicamente a la comunidad universitaria.
Esas donaciones voluntarias, que son deducibles de impuestos, no lesionarían el principio de la gratuidad de la enseñanza y estamos seguros de que es muy posible que, al ser hechas de manera libre y no forzada, podrían dar a la UNAM mayores recursos que la iniciativa actual del rector, sobre todo si se entrega a los estudiantes al iniciar cada semestre el formato para hacerlas en cualquier banco y luego el recibo correspondiente.
Estamos seguros que, de manera voluntaria, los padres de familia y estudiantes querrán contribuir económicamente al fortalecimiento de la UNAM, pero no con medida forzosas, ni que faciliten al gobierno el irse alejando cada vez más de cumplimiento de sus obligaciones hacia la educación media superior y superior, a la que tiene derecho todo mexicano.
Raúl Alvarez Garín, Raúl Jardón, Adriana Corona, Mithokleia González Gallardo, Emilio Reza Araujo, Enrique Avila, César Tirado, Luis Gómez, Leopoldo Ayala, Manuel Gómez, Angela Ochoa, René Villanueva.
Reconoce Octavio Rodríguez Araujo haberse equivocado
Querida Carmen: En mi artículo de la semana pasada dije que no era exacto, como lo señalaba el rector Barnés, que siempre se hubieran cobrado cuotas en la UNAM, y yo mencionaba el periodo comprendido entre la Ley Orgánica de enero de 1945 y 1948, como un periodo en el que no se habían cobrado. Yo estaba equivocado. El rector Barnés me dio copias del Plan de Arbitrios y del Presupuesto de Egresos de la UNAM para los años 1944, 1945, 1946 y 1947, aprobados por el Consejo Universitario, donde se hace constar que se incluían inscripciones y colegiaturas, Noblesse oblige, corrijo.
Aprovecho esta carta para referirme a un rumor que corre, en el sentido de que hay sectores estudiantiles que tratarían de impedir la próxima reunión del Consejo Universitario. Los verdaderos universitarios no pueden impedir el acceso de los consejeros al recinto de sesiones, pues de ese modo nos impedirían un derecho legal y la posibilidad de expresarnos conforme a nuestra conciencia sobre un tema tan delicado como el que ahora se debate.
Octavio Rodríguez Araujo, consejero universitario
Invita al embajador estadunidense a un tour por la Realidad
Señora directora: Le escribo para manifestar mi inquietud respecto a los comentarios del embajador de los Estados Unidos, Jeffrey Davidow, que fueron publicados en La Jornada el 23 de febrero pasado después de la visita oficial que hizo al estado de Chiapas. Dijo que ''no vio señales de tensión o conflicto'' ignorando así la difícil situación política que existe en muchas regiones de ese estado.
El embajador debió haber viajado algunos kilómetros al norte de San Cristóbal de las Casas para darse cuenta cómo los grupos paramilitares controlan las comunidades indígenas. Recordemos que en abril de 1998, dos de los agregados militares de la embajada de estadunidense fueron detenidos durante algunas horas por grupos priístas en el municipio de El Bosque. Es necesario decir a la opinión pública que el gobierno mexicano recientemente contrató agencias de relaciones públicas en Washington para promover su versión de la situación en Chiapas. Dichas agencias promoverán los comentarios del embajador para convencer a la comunidad internacional de que lo único que necesita ese estado, por ahora, es más industria de manufactura. Sin embargo, la cruda realidad es que los proyectos de inversión extranjera para las zonas urbanas en las regiones de menor conflicto no serán de ninguna ayuda para resolver las tensiones y divisiones sociales que son la raíz del conflicto chiapaneco.
Global Exchange está organizando, desde hace cinco años, los ''tours de la Realidad'' en Chiapas para que los estadunidenses perciban los efectos negativos de la ayuda militar de los Estados Unidos en la vida diaria de las comunidades indígenas.
Nos encantaría extender una cordial invitación al señor embajador Jeffrey Davidow y a sus colaboradores para que participen en uno de nuestros tours, lo cual le dará una amplia oportunidad para ver la otra cara de la situación en Chiapas.
Ted Lewis, director del Programa México Global Exchange
Opinan sobre la huelga en la Uia
Señora directora: El 19 de febrero se llevó a cabo una asamblea de los alumnos de la carrera de Comunicación. Asistimos 203 alumnos que llegamos al siguiente consenso:
Como estudiantes de la Uia no nos pronunciamos hacia ninguna de las partes involucradas y esperamos una resolución pronta con apego al Ideario. Nuestra intención no es radicalizar opiniones, sino conjuntar esfuerzos para enfrentar este conflicto. Estamos muy preocupados por que la imagen de la Uia esté siendo afectada por dicha situación.
Estamos conscientes que no seremos nosotros quienes resolvamos el conflicto. Respetamos las decisiones que ambas partes tomen durante las negociaciones, porque confiamos en que esta crisis representará una oportunidad de cambios positivos para la universidad, cambios que esperamos se traduzcan en:
1. Mejor nivel académico.
2. Mayor representatividad y peso de los alumnos para la toma de decisiones.
3. Un diálogo abierto entre los miembros de la comunidad.
4. Modernización en los servicios (talleres, laboratorios, estacionamiento).
Los estudiantes somos la esencia de la universidad, por ello asumimos el compromiso de dar seguimiento a estos cambios una vez reanudadas las actividades escolares.
Como estudiantes de Comunicación exigimos que ambas partes den una mejor información sobre el conflicto. Queremos que nos hablen con la verdad sobre el proyecto de modernización. Necesitamos que se informe detalladamente en qué consiste.
Pedimos que se considere nuestra postura como estudiantes afectados por intereses ajenos a los nuestros como son las negociaciones laborales. Elegimos a la Uia como nuestra alma mater por su constancia y dedicación académica y humanista, por ello nuestro interés fundamental es volver a clases lo más pronto posible. Necesitamos recuperar la confianza y estabilidad necesarias para que esto no se repita.
Al mismo tiempo, invitamos a la comunidad universitaria a que reflexione sobre estos puntos. Estamos en un momento de coyuntura y es necesario preguntarnos hacia dónde vamos. Invitamos a trabajar con sentido crítico y en equipo para poder resolver nuestros problemas. Creemos que la mejor postura es construir para mejorar y no destruir para dividir.
Por la asamblea de alumnos de comunicación: Gilberto Solís, Enrique Gosselin, Mercedes González, Víctor García.