De ascendencia mexicana, ha tocado con Dylan y Rolling Stones


Otro Grammy para el Flaco Jiménez

Jaime Whaley n Casi desconocido en México, Leonardo Jiménez, un acordeonista legendario que sienta su base en Texas, pero lo mismo actúa en foros europeos que acompaña a los Rolling Stones, recibió uno de los codiciados premios Grammy que se otorgan a lo más granado de la industria disquera en Estados Unidos.

Fue el tercer trofeo consecutivo para este hombre de ascendencia mexicana, conocido por todos los que lo siguen con el sobrenombre de Flaco, pero nacido hace casi seis décadas en San Antonio, Texas.

En este año, a los 15 rubros acostumbrados de los Grammys se añadió por vez primera el género tejano, y es aquí en donde el Flaco fue nominado por su más reciente disco, Said and Done (Dicho y hecho).

Tras un infructuoso intento para una entrevista personal a principios de este año en su ciudad natal --el Flaco se fue a un mandado que le dilató ocho horas--, el músico accedió a tomar la bocina telefónica y conversó con La Jornada.

Premiado en múltiples ocasiones, tanto por ventas como por sus aportaciones a la música tex-mex, el Flaco dice que su padre, Santiago Jiménez, fue el precursor del género, allá por los años 30. "Nomás de verlo aprendí a tocar, tendría como unos 7 años de edad y ya para cuando llegué a los 12 tocaba yo en bodas, bautizos y fiestecitas de la familia", dice este hombre dicharachero próximo a ser sexagenario.

El Flaco se siente ahora más reconocido que en las ocasiones anteriores, pues ya habrá una categoría exclusiva. "Me gané unos Grammys en la categoría de me xicano-norteamericana, pero ahí también incluían a Vicente Fernández o a Los Tigres del Norte, o a Ramón Ayala. šEsos son puros mexicanos, señor!", y aclara que para él no vale de dónde sean los triunfadores: "el que gana, gana. No tengo nada de discriminaciones, pero muchas veces la compañía (sic) de los Grammys se confunde".

Su destreza con el instrumento europeo que, a su decir, ya está muy atejaneado, lo ha llevado a giras por el viejo mundo y Japón, además de frecuentes presentaciones por todo Estados Unidos. "Acabo de regresar de Chicago y salgo en unos días para Florida para grabar un programa de Sábado gigante y tengo otra presentación en Despierta, América, de la televisión latina en Miami. En marzo regreso a España, Suiza y Holanda y a ver a cómo sale el marchante ", agrega.

Confiesa que el público europeo se admira por su música, una derivación de la polka, "pero también les echamos cumbias, country, rock and roll, un bolero romántico o un Volver, volver. Todo lo aceptan muy bien. Si acaso no entienden el español les cantamos en inglés. Nos divertimos, no nada más vamos a que nos aplaudan nos gusta ser parte del público".

En México, sin embargo, su fama se constriñe a la franja fronteriza, principalmente Nuevo Laredo y Monterrey. "No he tenido la fortuna de que me inviten, siendo yo de ascendencia mexicana. Un porqué puede ser el que no estoy con Fonovisa o Sony. Ahora estoy con Warner y también he grabado con Virgin Records. Tal vez por eso dirán pa'qué queremos nosotros promover un disco que no tenemos. No les conviene llevarme. Más claro no canta un gallo".

Se lamenta de no haberse presentado en la capital mexicana; "a los artistas mexicanos se les recibe bien en tierras estadunidenses. Debemos ayudarnos todos, para todos hay, pero hay envidias tanto en artistas de aquí como de allá. En vez de ser hermanos, oiga, no, se comienzan a mochar las patas unos a otros, Ƒy quién la lleva?, špues el artista".

El acompañamiento de artistas de sólido renombre forma parte también del vasto currículum de Jiménez: Bob Dylan, Linda Ronstadt, Willie Nelson, la Sinfónica de San Antonio, Lucha Villa, y --Espinosa dixit--, sus Satánicas Majestades los Rolling Stones. "Esta ha sido una de mis experiencias más grandes. Yo actuaba en San Francisco cuando en el camerino me dejaron un recado para que me comunicara a Los Angeles, en donde ellos (RS) grababan el cd Voodoo Lounge. Hablé y no fue broma, era cierto y para allá me fui".

Para el Flaco la música del tex-mex y ahora la del tejano ya perdió un poco su carácter regional. "Ya se extendió entre el anglo, donde quiera se escucha el acordeón o el dueto y en Japón hay un grupo, Los Gatos, que la canta en japonés".

Amigo de la parranda, el Flaco acepta que luego de cobrar sus presentaciones guarda un poco para la casa: "lo primero", y luego queda para una, dos, tres, cuatro cervezas, "que es lo que mejor resbala. Al trago fuerte no le hago, ya ve que el que la lleva es el hígado, pero al que le guste el gusto que le dé gas", sentencia.

Melómano, el Flaco confiesa que sólo no le gusta el rap, pues no le encuentra significado, "es puro ruidazo, no tiene historia como, diriámos, la canción mexicana".