n Con Fox al frente, el neopanismo consolida su hegemonía

Tecnócratas y ortodoxos se disputan el control del PRI

n Los líderes "históricos" de AN, desplazados de la vida partidista

Juan Manuel Venegas /I n Felipe Calderón Hinojosa "le cumplió al país, al PAN y al presidente Ernesto Zedillo... pero Zedillo no le cumplió ni al país, ni al PAN ni a Calderón", asegura el secretario general del CEN del Partido Acción Nacional, Germán Martínez Cázares. Hombre cercanísimo al político mi- choacano, que el próximo fin de semana deja la dirigencia del panismo nacional, define así el último tramo de la relación de su partido con el gobierno: marcado por las negociaciones del rescate bancario, terminó en ruptura.

Y contra los ataques que dentro y fuera del PAN ha recibido Calderón, subraya: "El se va con las manos vacías, limpias... No sé si otros podrán decir lo mismo".

ƑQuiénes no pueden decir lo mismo?

Ahí lo dejo... Calderón no recibió nada, no se dejó deslumbrar.

Se va y queda la imagen de la derrota...

Hay muchos que se dicen panistas y no saben vivir ni aprender de la derrota. A un buen panista no lo derrota ni la derrota...

Hace tres años, Felipe Calderón Hinojosa asumió la dirección del PAN en la embriaguez del triunfo. Se aprestaba, decían los panistas, a ganar la mayoría del Congreso y la capital del país... No fue así.

El partido que deja está lastimado; las derrotas electorales se impusieron sobre los triunfos; sus liderazgos regionales se opacan; fisuras internas provocan tensiones y confrontaciones, y el costo político por los escándalos y negociaciones con el gobierno y sus posibles consecuencias son focos rojos que alertan a toda la militancia, cuando faltan 16 meses para la elección presidencial.

Es un partido que va contra su propia imagen, "urgido" de una reforma estatutaria que redefina el rumbo.

Paralelamente, esos tres años significaron en las filas de Acción Nacional la consolidación de los neopanistas o pragmáticos que hoy, después de 13 años de que irrumpieron en el escenario albiazul, van por todas las canicas: tienen prácticamente segura la candidatura presidencial, representados por Vicente Fox Quesada, y ahora, por fin, la dirigencia nacional.

Gane quien gane en la elección interna del próximo fin de semana, tanto Luis Felipe Bravo Mena como Ricardo García Cervantes son representantes de esa corriente que a mediados de la década de los 80, con Manuel de Jesús Clouthier del Rincón a la cabeza, penetró en el PAN para ocupar los espacios de poder y de gobierno del blanquiazul.

A estas alturas, incluso, ya no hay distinciones en el panismo. Hoy, doctrinarios y neos conviven y se confunden entre sí. La elección del próximo sábado dará una muestra de ello y no será como hace tres años cuando, atrincherado cada grupo, presentó sus cartas bien definidas: Calderón representaba al "panismo puro de la vieja guardia" y Ernesto Ruffo Appel a los "empresarios convertidos por y en la política".

El proceso de consolidación del neopanismo ha ido de la mano de otro fenómeno que, cada día, adquiere mayor forma en la vida de Acción Nacional: el desplazamiento de los históricos. Cambio generacional que hoy se manifiesta, de manera clara, en la escasa influencia que conspicuos panistas de la talla de Luis H. Alvarez, Gabriel Jiménez Remus, Juan de Dios Castro Lozano, Juan Miguel Alcántara Soria y el propio Diego Fernández de Cevallos, entre otros, tienen sobre los equipos que conformaron Bravo Mena y García Cervantes.

Con ellos fueron desplazados de la jugada sucesoria otros de los históricos, pero identificados con el neopanismo, como el ex gobernador de Chihuahua Francisco Barrio Terrazas; el senador por Durango, Rodolfo Elizondo Torres, y Carlos Medina Plascencia, quien día con día ve perder la influencia que llegó a tener y cada vez más cuestionado su liderazgo en la Cámara de Diputados.

Todos habían apostado por la posible postulación de Barrio para presidir el CEN y hasta llegaron a ningunear las candidaturas de Bravo y García Cervantes. Cuentan los enterados que Alvarez, considerando a Bravo "el más sólido de los otros aspirantes", llegó a decir que con éste no habría problema. "Le ofrecemos (a Bravo) la secretaría general y ya, asunto arreglado", habría dicho el senador por Chihuahua.

Caída la posibilidad de Barrio, Alvarez, Fernández de Cevallos y compañía aguardan el momento para definir su voto. Están en la franja de los indecisos, según los análisis internos respecto a la orientación de los consejeros panistas para la sesión que habrán de tener los próximos 6 y 7 de marzo.

Lo amargo de la derrota

En marzo de 1996, el panismo entero vivía la euforia del triunfo. Explica Bravo Mena: "El momento, el contexto nos indicaba claramente que nuestro partido tendía a la consolidación electoral. Ese era el panorama, y era real; a la distancia, sin embargo, creo que el análisis respecto a nuestro crecimiento debe ubicarse en su real valor: el hecho de que es más fácil, para la oposición en general, ganar elecciones en épocas de crisis. Y ese año y en el anterior las condiciones económicas en el país fueron catastróficas, y hay que reconocer que, poco a poco, el sistema se ha ido sobreponiendo a la crisis".

Todavía en 1997 Acción Nacional ganó Querétaro y Nuevo León, y en 1998 se hizo también de la gubernatura de Aguascalientes. "Entonces dice Bravo, si bien no hemos crecido como algunos hubieran querido, lo cierto es que al no cumplirse las expectativas empezó un proceso de crítica interna, muy valioso, pero que hacia fuera creó una imagen de estancamiento, a la que no hemos sido capaces de reaccionar".

Pesaron más, reconoce, las derrotas en el Distrito Federal y Chihuahua. Y pesaron tanto que la cúpula del PAN se vio en la necesidad de replantear sus estrategias y métodos de selección de candidatos. "Acercarnos más a la ciudadanía, es el objetivo que nos hemos planteado", dice el candidato a presidir Acción Nacional.

"No más el partido de cuadros; no más la imagen del partido de las cúpulas, elitista o confesional; tampoco el partido de las clases medias o empresariales. Acción Nacional tiene que convertirse en un partido de los ciudadanos, abierto y con posibilidades de exponer sus propuestas en todos los estratos y sectores de la sociedad.

"Esa es la disyuntiva de los próximos años y hacia allá va la urgente, profunda reforma estatutaria, a la que nos tenemos que meter, tan pronto pasen los comicios del 2000", asegura Bravo Mena.

La reforma panista es un tema que queda pendiente en la gestión de Calderón Hinojosa. Se planteó desde hace casi año y medio y no se pudo sacar adelante. Por coyuntura, avanzaron sólo en lo que se refiere a los métodos de selección de candidatos. Luego del "trago amargo" que significó perder Chihuahua y con el antecedente de la "rotunda caída" en el Distrito Federal, el panismo entendió que empezaba a ser rebasado y que candidatos como Carlos Castillo Peraza o Ramón Galindo podrían tener mucho apoyo e influencia hacia dentro, pero escasa penetración afuera.

"No se puede seguir compitiendo con candidatos que respondan sólo a los intereses internos del partido... tenemos que ver hacia la sociedad e involucrar a la militancia en los procesos internos", concluyó el Consejo Nacional panista en noviembre pasado, cuando aprobaron la modificación que permitirá, en elección abierta, a los militantes activos y adherentes de todo el país participar en la selección de su candidato presidencial.

Pero ese acuerdo puede venirse abajo. La resolución del consejo tiene que ser ratificada en asamblea nacional, que hasta la fecha no ha sido convocada, y ya muchos panistas de la vieja guardia empiezan a hacer talacha para que el cambio programado se posponga hasta después del 2000. Fuera de los equipos que hoy se disputan la dirigencia de ese partido, pretenden influir en la elección de candidato presidencial.

"Si logran que la asamblea no se realice antes de mayo o junio, la elección abierta de candidato será para otra ocasión", aseguran en el PAN los que saben del teje y maneje interno.

Fobaproa: pleito interno y rompimiento con Zedillo

El rescate bancario significó, a la larga, un reacomodo interno en el PAN cuyas consecuencias todavía están por verse. Más allá de las derrotas que se impusieron sobre el ánimo de los panistas, la aprobación final que el PAN concedió al gobierno en ese tema provocó fisuras y tensiones internas que, según ha dicho Calderón Hinojosa en reiteradas ocasiones durante los últimos meses, pondrán a prueba "la unidad de Acción Nacional".

Y para Calderón, el Fobaproa (convertido ahora en Instituto de Protección al Ahorro Bancario) significó la decisión de no buscar la relección. "El desgaste fue tremendo", aseguran sus allegados y afirman: al final "Calderón y Zedillo tronaron... No tenía caso seguir. Se había roto la relación".

ƑEn qué falló Zedillo? Los panistas no abundan, no precisan. Guardan en secreto el punto exacto del rompimiento. Sólo Martínez Cázares afirma en entrevista:

ƑHubo una concertacesión?

ƑA cambio de qué? ƑQué concertacedimos? Estamos con las manos limpias. Calderón se va con las manos limpias.

Bueno, Ƒen qué incumplió Zedillo?

Ahí está la agenda del PAN... Ƒqué nos ha cumplido Zedillo? Si no hay interlocutor, špara qué seguir!