n Fuerzas especiales


Sedena suplanta funciones de la Armada en la lucha antidroga

Jesús Aranda n La participación del Ejército contra el narcotráfico rebasó ya la esfera a que lo constriñe su ley orgánica, con la creación del Grupo Anfibio de Fuerzas Especiales (Ganfes), el cual realizará funciones que competen a la Armada. La creación de este cuerpo no sólo representa la intromisión en acciones de la Infantería marina, sino que, de acuerdo con fuentes castrenses, significa "un desperdicio de dinero", al destinar casi 13 millones de dólares a la compra de 140 embarcaciones que, además, no son aptas para la detección e intercepción de droga.

Los informantes cuestionan el porqué se le autorizó a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) la compra de esas embarcaciones si, "en dado caso", al considerarse que eran útiles, la Secretaría de Marina es la que tendría que haber adquirido dicho equipo.

Por su parte, la Armada está en tratos para adquirir 40 lanchas interceptoras de fabricación Suiza, artilladas, y que por su velocidad se destinarán al litoral del Pacífico, Golfo de México y Mar Caribe ųprincipales rutas que utiliza el narcotráfico.

En el artículo 30 de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal se precisa que la Secretaría de Marina tiene entre sus funciones "ejercer la soberanía en aguas territoriales, así como la vigilancia de las costas del territorio, vías navegables, islas nacionales y la zona económica exclusiva"; además de otorgar y administrar la policía marítima.

Mientras, el artículo 30 de la misma ley define la competencia de la Secretaría de la Defensa Nacional, en el que no se hace mención alguna a la competencia del Ejército en costas o mares nacionales.

En tanto, la Ley Orgánica de la Armada de México establece en su artículo segundo que esa institución debe ejercer jurisdicción naval militar en nombre de la Federación en mar territorial, zona económica exclusiva, zona marítimo terrestre, islas, cayos, arrecifes, zócalos y plataforma continental; así como en aguas interiores y lacustres y en ríos en sus partes navegables, incluyendo los espacios aéreos correspondientes.

Además, es responsabilidad de la Armada ųsegún la misma normatividadų vigilar los recursos marítimos, fluviales y lacustres nacionales y, en su caso, coadyuvar con el Ministerio Público en el combate al terrorismo, al contrabando y al tráfico ilegal de personas, armas, estupefacientes y psicotrópicos.

En tal aspecto, la Ley Orgánica del Ejército y Fuerza Aérea mexicanos precisa en su artículo primero que esas instituciones tienen entre sus facultades constitucionales: defender la integridad, la independencia y la soberanía de la nación; garantizar la seguridad interior; auxiliar a la población civil en caso de necesidades públicas; realizar acciones cívicas y obras sociales que tiendan al progreso del país; en caso de desastre, prestar ayuda para el mantenimiento del orden, dar apoyo a las personas y a sus bienes, y la reconstrucción de las zonas afectadas.

Tal situación quedó ratificada en un acuerdo presidencial de fecha 8 de septiembre de 1941 ųoficialmente vigenteų, el cual precisa: "Los comandantes de zonas navales tendrán mando superior y militar sobre las zonas de su jurisdicción y sobre los buques de guerra a ellos afectos..." Un artículo transitorio precisa: "Los comandantes de zonas militares tendrán a sus órdenes las tropas que guarnezcan islas nacionales o zonas de litoral donde no existan elementos de la Secretaría de Marina, debiendo mantener un amplio enlace con los mandos navales de las zonas correspondientes y entre tanto se releven".

De acuerdo con las fuentes consultadas, no sólo los Ganfes no son autoridad para actuar en el mar, sino que tampoco hay un control sobre sus actividades, y mucho menos coordinación con la Secretaría de Marina.

Incluso, advirtieron que esta falta de comunicación podría derivar en problemas entre los Ganfes y la Infantería de Marina.

De acuerdo con la Sedena, la creación de los Ganfes responde a que "las organizaciones del narcotráfico han buscado, entre otras, la alternativa del transporte por mar y lanzamiento de droga desde el aire en la franja costera, playas, esteros y caletas". Según la institución, "se operará en la zona intermedia entre las áreas de operaciones normales del Ejército y la Armada nacionales".

Las fuentes consultadas afirman que las naves adquiridas por el Ejército para los Ganfes ųque desarrollan velocidades de crucero de hasta 105 kilómetros por horaų no cumplen con las características que deben tener para el uso de la Infantería de Marina. "Se trata de lanchas deportivas adquiridas en Estados Unidos que no han sido utilizadas por la Armada, porque una embarcación de ese tipo requiere características especiales".

En tanto, la Armada adquirirá 40 lanchas interceptoras 90-H, capaces de desarrollar 45 nudos de velocidad en diversas condiciones marítimas y transportar una fuerza de reacción. Dichas naves se destinarán al litoral del Pacífico, Golfo de México y Mar Caribe, para intentar nulificar las "embarcaciones menores de alta velocidad" que utilizan los narcotraficantes, particularmente para recoger la droga que es lanzada al mar desde el aire.

Según las fuentes consultadas, no existe comparación entre la calidad de ambas lanchas rápidas.

Por tanto, aun cuando el costo de las 140 embarcaciones que adquirió la Defensa Nacional es de casi una tercera parte del total que representarán las 40 que comprará la Marina, los recursos gastados por el Ejército "irán prácticamente a la basura, porque los soldados son para la tierra y los marinos fueron preparados precisamente para actuar en el agua", señalaron oficiales de primer nivel que fueron consultados.

En una ceremonia realizada el 3 de septiembre pasado, el entonces general brigadier ųactualmente de brigadaų Rolando Eugenio Hidalgo Eddy, comandante del Cuerpo de Fuerzas Especiales, recordó en una ceremonia en la que estuvo presente el secretario de la Defensa Nacional, general Enrique Cervantes Aguirre, que fue en 1986 cuando se creó de manera experimental una unidad que resultó a ser posteriormente el Grupo Aeromóvil de Fuerzas Especiales del Alto Mando (Gafes), unidad que fue equipada con el material necesario para cumplir sus objetivos.

Actualmente, el número de esas unidades ha crecido de tal modo que cada una de las 37 zonas militares y las siete regiones militares en que está dividido nuestro país cuenta con un cuerpo de elite.

En aquella ocasión, el general Hidalgo Eddy dijo que el Ejército ha concentrado sus esfuerzos en impulsar y consolidar "una verdadera estructura de fuerzas especiales" a fin de que éstas sean aptas para "realizar operaciones específicas con alto grado de precisión y confidencialidad, en áreas urbanas y rurales, incluyendo la franja costera".

Para tal efecto, el Ejército creó la unidad de "adiestramiento anfibio" en Quintana Roo.

Al respecto, un alto oficial de la Armada comentó: "En ningún país del mundo el Ejército tiene jurisdicción sobre el mar, para eso fue creada la Infantería de Marina".