ALEBRIJES Ť Patricia Vega

Las hermanas Orozco

Algunos hechos parecen increíbles, pero todos son reales. A partir de anécdotas de familia relatadas por su padre y tíos, Rebeca Orozco hilvanó la trama de su novela Entre Coyoacán y amores (colección Sentido Contrario de Hoja Casa Editorial).

Así, mediante una prosa salpicada de imágenes poéticas, Orozco evoca, a manera de homenaje, los avatares de sus abuelos, Pedro Orozco Moreno y Enriqueta Gavaldón Leyva, propietarios del Estudio Café al que, en los años cuarenta, por estar ubicado frente a los legendarios Estudios Azteca, acudían luminarias de la época de oro del cine mexicano, como Domingo Soler, María Félix, Jorge Negrete, Pedro Infante, Yolanda Montes Tongolele, Hugo del Carril, y el cineasta Roberto Gavaldón, hermano de la dueña del restaurante.

Pero el fugaz recuerdo de ese clan de actores conocido como los hermanos Soler, nos hace saltar de la novela para evocar las andanzas de ese otro clan integrado por las hermanas Orozco, dignas herederas de la enjundia de don Pedro y doña Enriqueta.

La primera colaboración artística entre las Orozco se remonta a 1975, cuando siendo todavía adolescentes formaban parte del grupo Ardecusa (Arte, Deporte y Cultura de ciudad Satélite), que llevó a escena una versión mexicana de la popular obra de teatro y película estadunidense Godspell . En ese entonces, la hermana mayor ųRebecaų, además de cantar, escribió el libreto y adaptó las letras de las canciones al español; Lorena montó las voces y dirigió al coro; Claudia diseñó parte de la escenografía, y la menor ųReginaų era muy pequeña para participar, pero le "entró al quite" cuando una de sus hermanas se enfermó y tuvo que suplirla.

Con el tiempo, cada una de las Orozco siguió su propio camino: Rebeca se convirtió en escritora especializada en textos para niños ųhoy celebramos la publicación de su primera novela para adultosų; Lorena se dedicó a la composición musical, y actualmente está a punto de terminar la partitura de la ópera Sala de espera, cuyo libreto es de Emilio Carballido, de quien también musicalizó las canciones que el dramaturgo incluyó en su obra El mar y sus misterios, reconocida con el premio a la mejor música para teatro de 1996, y Claudia se dedicó al diseño arquitectónico. De la actriz y cantante de ópera, Regina, recordamos su interpretación de Turandot y Payasos, o sus participaciones en obras teatrales como Doña Giovanna, y Atracciones fénix, dirigidas por Jesusa Rodríguez, y la creación de personajes memorables, como la asesina múltiple de la película Profundo carmesí, de Arturo Ripstein, y una de las mujeres insumisas del filme de Alberto Isaac. Pronto la veremos en Santitos de Alejandro Springal.

De vez en vez, las Orozco siguen reuniéndose para dar a luz proyectos conjuntos, como la obra Zaide ųreconocida con el premio al mejor teatro de búsqueda en 1987ų, cuyo libreto fue escrito por Rebeca, con música de Lorena, quien también dirigió a la orquesta de cámara que la ejecutaba en vivo, mientras Regina actuó y cantó. Ahora, doce años después, la ocasión es propicia para que las Orozco vuelvan a colaborar: el 10 de marzo, a las 19:30, en el teatro-bar El Hábito, Rebeca leerá fragmentos de Entre Coyoacán y amores; Regina interpretará la canción que, a partir de un texto de la novela, compuso Lorena, quien tocará el piano. Y el arquitecto Pedro Orozco dejará de ser un personaje de la novela, para dar testimonio de cómo era México, antes del nacimiento de sus hijas.

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