Luis Javier Valero Flores
Fúnebre conmemoración

Pasaron los meses, un nuevo gobernante llegó a Chihuahua y la tregedia continúa. Son ya 185 las muertas de Juárez.

Provenientes de un distinto partido, el PRI, las expresiones de los funcionarios son las mismas que las del gobierno que se fue. El nuevo procurador de Justicia, Arturo González Rascón, para desestimar la importancia de las tétricas cifras que ensombrecen la celebración del Día Internacional de la Mujer, declaró que ``alguien que saliera a la calla cuando está lloviendo, sería muy difícil que no se mojara''.

Con esas palabras, intentó justificar que las condiciones de vida y trabajo en las que se desenvuelven las trabajadoras de la industria maquiladora son las que las hacen susceptibles de convertirse en víctimas de la violencia. Tales frases recuerdan otras, las expresadas en su tiempo por el gobernador Francisco Barrio, acerca de que las cifras de asesinatos acaecidos en Juárez eran ``normales''.

A tan deplorables concepciones, que se corresponden con la ausencia de medidas reales para detener la oleada sangrienta que se abate sobre las humildes trabajadoras de las maquiladoras de la fronteriza Ciudad Juárez, se incrementan, con los días, las muertes. En lo que va de la actual administración -de octubre a la fecha-, doce mujeres han sido asesinadas.

Las autoridades policiacas afirman, perdida la credibilidad, que han encontrado a los culpables de la mitad de los homicidios de este periodo.

Como si se tratara de una acción concertada, previa a los actos del 8 de marzo, en la que los familiares de las mujeres desaparecidas o asesinadas en Juárez desde 1993 y numerosas organizaciones realizarán diversos actos para exigir que las autoridades policiacas encuentren a los culpables de la matanza e impongan auténticas medidas de prevención, el árabe Abdel Latif Shyarif Sharit fue sentenciado a 30 años por el asesinato de ¡una mujer! En lo que parece, a todas luces, el intento de encontrar chivos expiatorios.

Sin embargo, el asesinato de la penúltima mujer, -una niña de 13 años, originaria de Durango- destapó otra cloaca: La contratación de menores de edad en la industria maquiladora.

Irma Angélica Rosales Lozano tenía escasos 18 días de haber llegado a la ciudad para trabajar en una maquiladora del Parque Juárez. No tenía más sueños que los de obtener un escaso salario para mejorar la paupérrima condición económica de sus padres. La asesinaron y violaron salvajemente, y abandonaron su cuerpo a escasos metros de su centro de trabajo.

Para acelerar las investigaciones y encontrar a los asesinos, el gobierno del estado ofreció una recompensa de 50 mil pesos. A cambio, las autoridades no emitieron una sola palabra ni, mucho menos, realizaron alguna acción a fin de evitar las numerosas violaciones laborales en las que incurren los empresarios fronterizos.

Pero no todas son noticias desalentadoras, recientemente Esther Chávez Cano, ejemplar defensora de las mujeres, anunció la apertura de la Casa Amiga-Centro de Crisis, que ofrecerá atención a víctimas de la violencia sexual, física, verbal, emocional e intrafamiliar, así como a sus familias, que ha recibido las aportaciones de numerosas organizaciones feministas, derechohumanistas, tanto nacionales como extranjeras y, por supuesto, la de la sociedad chihuahuense que es, como lo dijera una destacada periodista local, más grande que sus gobernantes.

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