n La crema y nata del poder asistió a los funerales
Murió Soumaya Domit, esposa del empresario Carlos Slim Helú
n Filántropa, promotora de arte e impulsora de la Fundación Telmex
Soumaya Domit, esposa del empresario Carlos Slim Helú, murió ayer a los 50 años de edad víctima de un padecimiento renal crónico. La ceremonia luctuosa, efectuada en el domicilio de la familia, en Las Lomas, tuvo una asistencia multitudinaria: centenares de empresarios, políticos, banqueros y funcionarios públicos acudieron a la residencia, ubicada en avenida de Las Palmas.
De su casa, invadida de arreglos florales que no cesaron de llegar desde el mediodía, el cuerpo de la descendiente de una de las familias maronitas de Líbano salió en largo cortejo fúnebre rumbo al Panteón Francés. Camino al Periférico se formó espontáneamente una valla que formaron decenas de personas con claveles en las manos.
Desfiló la crema y nata del poder económico y político, la mayoría de riguroso negro, cuando salió la carroza rumbo al camposanto; las mujeres que le sirvieron en su casa le despidieron llorosas.
Soumaya de Slim era frágil de salud. Recientemente se habían agravado sus enfermedades renales. Filántropa, conocida como mujer de carácter suave pero persis- tente, desde su juventud se dedicó a las obras de beneficiencia y más tarde a impulsar la Fundación Telmex y el Museo Soumaya, en Cuicuilco, que alberga la colección artística de Augusto Rodin más importante fuera de Francia.
Hija del empresario Michel Domit y sobrina del ex presidente de Líbano, Amin Gemayel, la señora de Slim llegó a México cuando apenas tenía seis años de edad. Al casarse con Carlos Slim, éste iniciaba su carrera como corredor de bolsa e incursionaba en los negocios inmobiliarios. En su matrimonio procreó a Carlos, Marco Antonio, Patricia, Soumaya, Vanessa y Joana.
En los años más críticos de la guerra libanesa su tío Bechir Gemayel fue asesinado en un atentado en Beirut siendo presidente electo. Su otro tío, Amir, asumió la presidencia. Enmedio de ese conflicto, buena parte de la fortuna de esa poderosa familia emigró a México.
Símbolo de la alianza matrimonial Slim-Domit es el nombre mismo del Grupo Carso, el conglomerado empresarial del emporio familiar, que combina las primeras sílabas de Carlos y Soumaya (Carso).
Amistades cercanas a la familia recuerdan que desde que su esposo, Carlos Slim, adquirió Teléfonos de México, Soumaya, junto con el sindicato de la empresa, trabajó para crear la Fundación Telmex, para beneficiar a los telefonistas. Esta obra filantrópica se extendió hasta abarcar tareas de apoyo a estudiantes preparatorianos y universitarios de escasos recursos en todo el país, y llevó apoyo médico a comunidades indígenas de la Sierra Tarahumara.
Su intensa labor en apoyo a los enfermos con padecimientos renales, a quienes brindaba pláticas de orientación, también fue reconocida. Destacaba la combinación del trabajo que ofreció para la superación de las familias trabajadoras y en el impulso a las actividades culturales.
La noticia de su muerte se extendió rápidamente ayer al mediodía entre los círculos políticos y empresariales del país. Uno de los primeros en llegar a casa de los Slim fue el presidente Ernesto Zedillo, quien acompañó a los familiares por algunos minutos. Los hijos del primer mandatario llegarían más tarde. A la casa de Lomas de Chapultepec también arribaron el secretario de Gobernación, Francisco Labastida Ochoa; el dueño de Televisa, Emilio Azcárraga Jean, y los tres hijos del ex presidente Carlos Salinas de Gortari. Furtivo, entró y salió también por la misma puerta José María Córdoba Montoya.
Personalidades de la cultura, intelectuales y creadores acudieron también a rendir su despedida a una de las mujeres más ricas del país, discreta pero importante promotora del arte.