Masiosare, domingo 14 de marzo de 1999


Guerrero al borde de la inestabilidad


Labastida el duro
vs
el PRD intransigente


Alberto Aguirre M.


Un presidenciable que declara la guerra al PRD. Un perredista con fama de violento que promete mantener la cabeza fría, pero no dejar pasar ninguna imposición. El éxodo más numeroso en la historia de los confclitos poselectorales Francisco Labastida anuncia el fin de la era de las concertacesiones, iniciada justo cuando él era gobernador de Sinaloa. La alborada de una nueva etapa de conflictos poselectorales en negro y amarillo. El panorama guerrerense, que amenaza con enturbiarse

Buenavista, Gro. En el festejo del tercer aniversario de Angel Aguirre Rivero como gobernador, Francisco Labastida puso la velita en el pastel y le dio el mejor de los regalos: su compromiso de que Félix Salgado Macedonio no lo sucederá en el cargo.

Luego, anunció el fin de las épocas en las que se torcía la ley y se negociaban las elecciones.

El golpe literalmente ha cancelado las posibilidades de éxito del Exodo por la Democracia, que llegará este miércoles a la ciudad de México para plantarse ante el Tribunal Electoral de la Federación.

Pero -como carambola de tres bandas- el gesto del secretario de Gobernación cerró toda interlocución posible con el PRD, confundió más el panorama político nacional, aumentó el nerviosismo en la entidad y puso en alerta máxima a la dirigencia nacional perredista.

``A una manifestación pacífica, que ha sido digna y respetuosa, el gobierno quiere imponer la fuerza como única respuesta. Con mucha soberbia, el secretario de Gobernación nos está diciendo que las instancias electorales no sirven'', dice Félix Salgado Macedonio, a la cabeza de la marcha de casi 10 mil guerrerenses.

La posición de Félix y de la dirigencia nacional perredista es irreductible: debe ``limpiarse'' la elección, y la única vía para hacerlo es que se abran los paquetes electorales, que las cifras de las actas de escrutinio se cotejen con las boletas utilizadas.

``Si nos convencen de que perdimos no hay nada que hacer; pero si no, entonces esto sigue hasta el final. Y el final es que René Juárez Cisneros no tomará posesión el 1 de abril'', ha prometido Salgado.

En un mes más, el PRD tendrá un nuevo presidente nacional. Y si sigue la protesta poselectoral en Guerrero, estará totalmente confrontado con el secretario de Gobernación.

Cero diálogo con el gobierno.

``Guerrero es un asunto nacional para el PRD. Ante la resistencia del régimen de aceptar la alternancia en el poder, ya no vamos a permitir más atropellos electorales, especialmente de cara al 2000. Son tiempos para la movilización política, de elaborar estrategias para que sean millones de hombres los que impongan el cambio pacífico'', dice la senadora Amalia García, una de las candidatas a la presidencia, de visita en el Exodo.

El escenario es de confrontación. Local y nacional. Gobierno federal contra PRD.

Todo se puede salir de control, comenta Salgado Macedonio:

``Nuestro temor no es al gobierno. Es a lo otro, a que podamos ser rebasados por los grupos armados. Aquí pueden darse cosas muy lamentables, porque hay muchos agravios y ha llegado el momento de que se terminen los oprobiosos cacicazgos''.

Irreductibles las posiciones de ambas partes, el panorama se ennegrece aún más, por la amenaza de los grupos armados -el EPR y el ERPI- de iniciar escaladas violentas si el priísta René Juárez Cisneros asume la gubernatura.

``¿Están de acuerdo con que se aplique la autodefensa armada para hacer justicia?'', preguntó el ERPI al PRD, cuando inició el éxodo.

``El gobierno ya declaró la guerra al pueblo de Guerrero. Sabemos que se va a recrudecer la represión y la amenaza. Pero estamos puestos. Somos un ejército insurgente pacífico, dispuesto a todo'', contestó Félix.

Labastida, Aguirre, Juárez

Con la embestida contra el PRD, ¿a quién trató de ayudar Labastida?

A su jefe, el presidente Zedillo, y a él mismo, dice Félix:

``Lo mandó Zedillo a resolver el caso Guerrero a toda costa. Si es necesario, con muertos o con sangre, pero quieren sostener a René Juárez''.

Aquí se recuerda una historia:

Cuando el PRI seleccionó a su candidato a gobernador, en septiembre del año pasado, Labastida ``jugó'' a favor de Manuel Añorve Baños, alcalde de Acapulco y primo del gobernador Angel Aguirre Rivero.

Al mandatario estatal y al secretario de Gobernación los une un tenue vínculo, forjado apenas hace un par de años. Desde que llegó al cargo, Aguirre habría ofrecido su apoyo al entonces secretario de Agricultura, al verlo con tamaños para presidenciable. Y Labastida ha hecho de Acapulco su lugar preferido de descanso.

Pero la candidatura no le llegó a Añorve, sino a René Juárez, quien ha conservado la amistad de Carlos Rojas y de Ernesto Zedillo desde hace dos décadas.

Al asumir la candidatura, Juárez vivió el bloqueo del gobernador y del alcalde porteño. A la distancia, el titular de la SG es visto como directamente responsable de la inestabilidad que vive el estado.

La dureza de Labastida. ¿Por qué contra Félix Salgado y contra el PRD? ¿Por qué, en su indiscutible condición de presidenciable?

Por lo mismo, acota Salgado Macedonio.

``Se está ganando la candidatura del PRI con el caso Guerrero. Sostener a un espurio gobernante a costa de lo que sea, como una demostración de que están en un plan de endurecimiento para el 2000. Será su mérito''.

-¿Puede perder?

-¡Claro que va a perder! Va a quedar como es: el mapache mayor. La vino a hacer de mensajero del diablo, pero aquí se va a quemar.

Aquí ya se festeja la incorporación de Angel Aguirre a la secretaría de Gobernación. Dicen que será el nuevo encargado de la Policía Federal Preventiva, en reconocimiento al control que ha tenido sobre los movimientos guerrilleros en Guerrero.

Félix el intransigente

Blanco central de las críticas hechas por Labastida el miércoles pasado en Chilpancingo Félix disecciona, punto por punto, y responde:

``Es un descarado. Dice que queremos torcer la ley, ¿quiénes torcieron y pisotearon la ley en pleno proceso electoral? Fueron ellos con sus gastos excesivos. Dice que no pueden negociar porque es aceptar el imperio de la ley de la selva. Se le olvida que en Guerrero hemos vivido muchos años la ley del más fuerte, la ley de la bala''.

Sobre su vinculación con los grupos armados, replica:

``Es cierto: soy beligerante, son intransigente... pero en la lucha por la democracia pacífica. Sí, he organizado muchas huelgas de hambre, marchas y este éxodo. Yo dije que Salinas gobernaba abrazado del narco, y que narcos eran los gobernadores Carlos Salomón Azar y Mario Villanueva. A mí nadie me va a aplacar''.

Se queja:

``¿Por qué vincularme a grupos con los que no tenemos ninguna liga? Yo acepto, tenemos un objetivo común: cambiar a este gobierno. La diferencia es que ellos se lo plantean a través de las armas y nosotros a través de las urnas. A los grupos armados les he concedido la razón cuando han empuñado sus armas para hacerse escuchar y para hacerles justicia a sus pueblos. Esas razones son las que queremos arrebatarles con un gobierno democrático, a fin atender las causas que motivaron su levantamiento''.

Advierte:

Si el gobierno cancela la vía democrática para acceder al poder desacredita el discurso político y está abriendo la ventana a la vía armada.

``Aquí, el primero de abril pueden darse cosas muy lamentables, porque hay muchos agravios y ha llegado el momento de que se terminen los oprobiosos cacicazgos''.

Sobre lo que viene, define:

``Que nos peguen, que nos maten; no tenemos miedo. Nosotros vamos a responder con estoicismo y con valor; queremos regresar con la victoria, no con burlas''.

El enredo legal

Entre el 11 y el 14 de febrero, los consejeros electorales procedieron al cómputo estatal. Misael Medrano Baza, representante de la coalición que postuló a Félix ante el órgano electoral, pidió que se abrieran todas las urnas y se hiciera un conteo nominal de las 3 mil 867 casillas. En lugar de eso, se realizó un recuento de los votos nulos en las casillas donde hubiera más de nueve. Apenas mil 320 votos fueron detectados, casi dos terceras partes eran a favor del PRD.

El CEE entregó la constancia de mayoría a René Juárez, sin que ésta fuera avalada por los consejeros Juan Angulo Osorio, Rosa Icela Ojeda Rivera y Fernando Xochihua Sanmartín.

Ojeda Rivera, una reconocida catedrática y politóloga, dijo esa vez: ``La construcción de la democracia aún es difícil en un estado pobre como Guerrero, eso dificulta acabar con las viejas prácticas priístas para mantenerse en el poder, como el clientelismo político''.

Y pidió una disculpa porque ante la compra del voto los consejeros ``no tienen facultades investigadoras o para aplicar sanciones''.

El 22 de febrero Medrano Baza interpuso un juicio de inconformidad ante el Tribunal Electoral del Estado, impugnando 2 mil 27 casillas. Se lo entregó personalmente a la magistrada presidenta, Virginia López Valencia, quien prometió aplicar un principio de ``exhaustividad'' en su examen.

(Con las pruebas recabadas, el diputado federal Pablo Sandoval Ramírez presentó una denuncia ante el ministerio público en contra de René Juárez Cisneros. Lo acusó de la comisión de delitos electorales, peculado, ejercicio indebido de la función pública y tráfico de influencias).

Empero, el recurso presentó demasiadas inconsistencias:

El día de las elecciones, los representantes de la coalición presentaron apenas 184 escritos de protesta, apenas un 0.5% de las casillas instaladas. En la inconformidad, sólo 84 de esas casillas fueron sustentadas, con lo que implícitamente se reconoció que en las restantes había ganado su candidato.

Lo verdaderamente grave: la legislación electoral local determina que los escritos de protesta son la base para que el TEE pueda entrar al estudio de las causales de nulidad.

Peor aún: los abogados del PRD no pudieron recabar de sus representantes poco más del 15% de las actas de escrutinio. Y tienen un centenar de casillas sin reportar.

Mientras los representantes de Salgado iniciaban la lucha legal, éste agotó el otro punto del Plan de Acción avalado por Andrés Manuel López Obrador: emprendió una gira por las siete regiones del estado para recabar pruebas más del fraude y consultar a la población sobre lo que debía hacer.

Félix concentró a más de 40 mil personas en esos mítines, pero fue hostigado constantemente. En la primera jornada, celebrada en Chilpancingo, se detectó la presencia de ``infiltrados'' que buscaban ``reventar'' las reuniones. Al día siguiente, en Acapulco, dos helicópteros militares sobrevolaron la concentración, efectuada en el Zócalo porteño. Y en Tlapa, otras tres aeronaves -de la PGR- rociaron basura sobre los perredistas.

Los magistrados tomaron 10 días para resolver. En ese espacio, el PRD realizó mítines frente a la sede del Tribunal para presionar.

El 5 de marzo se conoció la resolución del Tribunal guerrerense. Los magistrados calificaron como ``parcialmente procedente'' el recurso presentado por la coalición, pero anularon sólo 18 casillas. La votación total disminuyó 0.4%. La declaratoria de elegibilidad y la constancia de mayoría entregadas por el CEE fueron ratificadas como válidas.

Esta semana se conocerá la resolución sobre el recurso de reconsideración que el PRD presentó ante la misma instancia. Quedarán diez días hábiles para que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación conozca de una demanda de juicio de Revisión Constitucional y emita el fallo final.

El ejercicio colectivo

Con una diferencia de apenas 17 mil votos, el PRI le ganó al PRD la gubernatura de Guerrero en las elecciones del pasado 7 de febrero.

La dirigencia nacional del PRD acordó no aceptar ese resultado y lanzarse a una lucha poselectoral.

``Había dos caminos: la resistencia civil, con toma de edificios públicos, bloqueos de carreteras y acosos constantes al gobierno o la caminata al Distrito Federal. Con responsabilidad, se escogió este último a sabiendas de los costos y el desgaste que implicaba'', recuerda la exdiputada federal Leticia Burgos, miembro de la directiva estatal del PRD.

López Obrador y Félix propusieron el éxodo y otras iniciativas de presión (entre ellas, la instalación de una Comisión Investigadora del Congreso federal -que falló- y la promoción de un Tribunal del Pueblo).

A pesar de ello, el conflicto poselectoral en Guerrero ha transcurrido entre amenazas de estallidos violentos.

Las declaraciones del PRD -antes, durante y después de las elecciones- fueron contradictorias. En el inicio fueron a favor del proceso. Así, por ejemplo, ante empresarios del Grupo ACA, de Acapulco, Félix se comprometió a reconocer su derrota si ganaba el PRI y dijo que esperaba lo mismo, si ganaba el PRD.

El día de las elecciones, dijo que la jornada fue tranquila, con incidentes menores y sin posibilidades de incidentes postelectorales.

En la segunda semana de febrero realizó su gira por las regiones del estado. En Ometepec reiteró su deslinde de los grupos armados. Sin embargo, el 13 de febrero un comando del ERPI recorrió las colonias Ampliación Zapata, Flores Magón y Tierra y Libertad de Acapulco, y realizó mítines relámpago en los que ofreció apoyar la lucha armada del pueblo contra el fraude, y su dirección nacional difundió un comunicado manifestando su solidaridad y simpatía ``con los que luchan por un cambio democrático y la defensa del voto''.

A la radicalidad perredista se suma el interés del PRI de mostrarlo como un partido violento e incluso vinculado con grupos armados:

- Durante la tercera semana de febrero, unos 20 combatientes del ERPI reaparecieron en Igualapa, en la Costa Chica, donde ofrecieron sumarse a la defensa del voto. Agregaron: ``somos una organización de autodefensa del pueblo y tal será nuestro papel si así lo quiere y manda el pueblo''.

- El 23 de febrero, Félix Salgado dijo a sus seguidores: ``Les dejo la vía libre y pueden ir a la toma de edificios, ayuntamientos, oficinas recaudadoras de renta, casetas de cobro''.

- El 25 de febrero ``cientos de colonos pertenecientes al PRD gritaron vivas al EPR y al ERPI''.

Salvo algunas adecuaciones sintácticas, el anterior texto forma parte de un amplio desplegado que el Comité Directivo del PRI insertó en todos los diarios del estado -a plana entera- como respuesta al éxodo perredista. Curiosamente, las referencias están tomadas de notas de La Jornada y La Jornada del Sur.

En sus conclusiones, el PRI guerrerense sentencia:

``El discurso cambiante y contradictorio del PRD no es un llamado a la democracia y la paz. Es una estrategia que busca sorprender a la opinión pública -nacional y extranjera- con propósitos de rentabilidad política para las próximas elecciones locales y para la elección federal del año 2000. Esa estrategia se deriva de las debilidades que han manifestado tanto el PRD como su candidato''.

Otros sectores del estado de sumaron a la campaña antiperredista. ``Nadie tiene derecho de soliviantar a nuestro pueblo'', dijeron en un desplegado 88 ``doctoras y doctores de Guerrero''. ``Los enfrentamientos generan atraso y pobreza'', publicaron ``los auténticos empresarios guerrerenses''.

Hubo una declaración oficial, el 24 de febrero, en Iguala:

``Necesitamos hacer un esfuerzo de unidad y de convivencia para seguir construyendo el futuro del país. Consolidar la democracia reclama el respeto invariable y efectivo del voto, la civilidad y la madurez para aprender a ganar y aprender a perder. La paz es un requisito indispensable; mantenerla, reconquistarla, engrandecerla es un ejercicio colectivo por encima de divergencias ideológicas y confrontaciones'', vino a decir Diódoro Carrasco Altamirano.

Dos semanas después, Labastida cerraría las puertas a cualquier ``ejercicio colectivo''.

Eso es otra historia

Desde que recibió la constancia que lo acredita como gobernador electo, el priísta René Juárez Cisneros se ha reunido ``en privado'' con militantes de su partido, a quienes ha pedido lealtad, unidad y ``respeto al adversario para no caer en la provocación ni asumir actitudes violentas'', en tanto la autoridad electoral emite su dictamen del cómputo final.

Y en sus escasas apariciones públicas, ha lanzado exhortos a Félix y al PRD para que se conduzcan con mesura.

``En la democracia, el que gana no debe emprender ninguna acción que dañe la dignidad de los que no obtuvieron el triunfo. Ninguna ideología legitima la violencia. Ante la contracultura del insulto, la fuerza de las ideas'', dijo el 14 de febrero.

En Chilpancingo, el 28 de febrero, la dirigencia nacional del PRI cerró filas en torno al ``liderazgo'' de René, mientras en Acapulco la cúpula perredista hacía lo mismo para Félix Salgado.

En ese acto, el gobernador electo advirtió sobre los riesgos de un PRD radicalizado y se lanzó contra su dirigencia nacional:

``Que nadie venga a querer inyectar rencor en el corazón para enfrentarnos entre hermanos. Nadie puede autotorgarse la facultad de venir a trastocar lo más preciado por nosotros: la paz y la armonía. No necesitamos desorden ni confrontación ni violencia. No queremos derramamiento de sangre ni enfrentamientos entre pueblos y entre hermanos''.

De la misma forma, convocó a la construcción de una ``convergencia social'' que contribuya la nueva gobernabilidad democrática en la entidad. A cambio, ofreció una inmediata reforma política y la firma de un ``un pacto social para combatir la marginación.

Pero muy poco ha sido el tiempo que ha pasado en la entidad. Se le ha visto con frecuencia en la ciudad de México, donde primero fue recibido por el Presidente de la República y luego por todos los integrantes del gabinete federal.

Aguirre Rivero y Juárez Cisneros se han dejado ver juntos en media docena de actos oficiales.

El gobernador Aguirre ha emprendido una gira de ``despedida'' por el estado, y poco ha hablado del conflicto postelectoral que heredará.

Eso sí, ha manifestado su confianza en que la transición se dé en un clima de tranquilidad.

-¿Cómo prevé el relevo?

-Como dice un comercial, esa ya será otra historia. Yo termino el primero de abril y a él (a Juárez Cisneros) le deseo mucho éxito, mucha suerte, que le vaya muy bien.

-¿El PRD no lo dejará gobernar?

-Eso dependerá mucho de cómo conduzca su gobierno Yo no quiero hablar por él.

Juárez ``no se va a sentar''

Con la declaración de Labastida, el Exodo parece estar destinado al fracaso.

Los perredistas intuyen que la resolución del Tribunal Federal será en su contra y que nada podrá evitar que René Juárez Cisneros tome posesión el primero de abril.

¿Qué pasará con Félix y los suyos?

``Vamos a regresar con calma y sensatez. Pareciera que estamos condenados, pero es al revés. Nosotros tenemos mucho talento e inteligencia. Además, de nuestro lado está la razón. René Juárez no se va a sentar en la silla de gobernador. Es un pacto que tenemos los guerrerenses democráticos'', sentencia el Toro sin cerca.



A la calentana

Para este domingo 14, el éxodo por la Democracia de Guerrero habrá cubierto 150 kilómetros, poco más de la mitad de la distancia que separa Chilpancingo de la Ciudad de México.

A una semana de iniciado, ha rebasado la expectativa de sus propios organizadores. El contingente ha caminado con 7 mil personas desde su inicio y en algunos tramos ha crecido hasta 15 mil.

La salida, hace una semana, fue desorganizada y provocó problemas entre la población, que paulatinamente se han ido superando.

Es martes 9, el segundo día de la marcha. Marcados con frases de repudio al fraude, decenas de autobuses, camiones y automóviles formaban filas kilométricas en cada uno de los sentidos de la carretera federal 95, en su tramo de Zumpango a Mezcala.

Pocos conductores se animaban a dar marcha atrás y volver sobre el camino. Muchos, lejos del plantón, ignoraban incluso el motivo del embotellamiento. La mayoría, pacientemente, esperaba.

Este éxodo ``a la calentana'' -como dicen aquí, para diferenciar de los que emprendió Andrés Manuel López Obrador en Tabasco- tiene sus innovaciones: una caravana de vehículos (medio centenar) encargados del abastecimiento y la mudanza, y una decena de camionetas que trasladan tinacos con agua.

El problema principal es la falta de recursos. Como el PRD gastó los últimos recursos disponibles en las campañas de sus nueve candidatos a la presidencia nacional, Félix Salgado tuvo que sacar 20 mil pesos de su bolsa para iniciar la caminata. Luego llegó un cheque de la Oficialía Mayor del partido (de 78 mil pesos), que ya se gastaron.

***

Miércoles 10. Además de las críticas, a los organizadores les preocupa la salud de Félix. Y es que sufre constantes calambres, tiene los pies con llagas y ampollas (está marchando con calzado de vestir) y poco le ayudan los masajes, las curaciones. El ritmo de caminata debe reducirse.

El contingente creció casi al doble -gracias al Consejo Guerrerense 500 años de Resistencia Indígena- y casi doce horas para recorrer los 25 kilómetros que separan a la comunidad de Sabana Grande de Iguala.

Ahí, el cabildo es perredista y se ha preparado una gran recepción para los marchistas (una charreada en su honor y el estadio municipal fue acondicionado para la pernocta). El ambiente de fiesta se ve ensombrecido por la censura del secretario de Gobernación.

A medio camino, al filo de las dos de la tarde, Félix es informado de las declaraciones de Labastida Ochoa: ``Ay, papacito. Ya le salió la vena presidencial'', comenta al vuelo. Pero en el mitin evade informar a sus compañeros de lo sucedido.

No quiere quemar la carta fuerte del día: la presentación de un Manifiesto a la nación en el que convoca a las ``organizaciones democráticas de todo el país'' a sumarse a la protesta del perredismo guerrerense y convoca a la instauración de un ``Tribunal Popular'' -con intelectuales, artistas, académicos y juristas honestos- para juzgar la elección ``de manera independiente''.

``Irrespetuoso, irresponsable, faccioso'', son los epítetos que cuelga Félix al secretario de Gobernación cuando los periodistas le refieren sus declaraciones. Advierte:

``Que se cuide... o las mete bien (las manos) o mejor las saca''.

***

Jueves 11. Cuarto Día del éxodo. Próxima a dejar territorio guerrerense, la marcha ataca temprano la empinada cuesta de la autopista federal rumbo al poblado de Buenavista.

A media mañana se improvisa un mitin. La senadora Amalia García ha llegado para caminar con Félix y entregarle un cheque que por 66 mil pesos recibió de la Oficialía Mayor del CEN para su campaña por la presidencia nacional.

``No necesitamos de los recursos y queríamos ayudar a nuestros compañeros de alguna manera'', explica. El gesto ocurre un día después de concluida formalmente su campaña.

Ante los exodistas, García Medina afirma que la nueva dirección nacional del PRD -``no importa quien gane''- dará continuidad a la actual línea política y respaldará a Félix hasta donde éste quiera llegar.

En el mitin, Félix lee una carta que le enviaron ``las compañeras que vienen sangrando los pies'':

``Atrás de usted venimos muchos miles de compañeros... antes de que lleguemos a nuestros pueblos a que los priístas se rían de nosotros, queremos saber si va a permitir más fraudes. Ya vivimos los de Salinas, Figueroa, Madrazo y ahora el de Juárez Cisneros. Sepa usted que interino no queremos''.

Félix se compromete: ``Que quede claro. Nadie se va reír de nosotros''.

-Después de la elección del presidente nacional se abrirá un impasse, de transición, adentro del partido ¿eso no afecta? -se le comenta a Amalia García.

-No, porque (los candidatos) tenemos una visión común sobre Guerrero y el país. No vamos a permitir ningún atropello.

Lo que sí advierte es que el próximo presidente nacional del PRD iniciará con graves problemas con el responsable de la política interior del país, y que las declaraciones de Labastida cancelaron las posibilidades de una sana interlocución.

``Como Zedillo, Labastida actúa con parcialidad. Ya no promueve la búsqueda de consensos, es altamente proclive a la cerrazón con los partidos políticos, no ha actuado con prudencia'', se queja.

-Labastida aseguró que el PRD le pidió ayuda, cuando la elección de Tlaxcala.

-Es totalmente falso, que lo pruebe. Sin duda, jamás hubo conversaciones.

A juicio de García, Labastida se lanzó contra el PRD molesto por las revelaciones que Andrés Manuel López Obrador hizo del hostigamiento gubernamental, cuando las elecciones de Zacatecas.

Recuerda: ``Yo misma me reuní con Labastida, con el aval de López Obrador, para exigirle que sacara las manos de la elección en Zacatecas. Tuvimos una relación muy ríspida, ya parece que se iba a ver muy dadivoso y nos iba a ayudar''.

En Chilpancigo, recuerdan una anécdota para justificar la actitud del secretario de Gobernación.

Dos días antes de la elección, Ricardo Monreal Avila, el gobernador de Zacatecas, el supuestamente agredido y satanizado, se reunió con presidente Zedillo y le hizo una promesa: ``Presidente: a nombre de López Obrador, nuestra palabra de aceptar el resultado de Guerrero si la elección es limpia''.

Alguien no cumplió.