Hoy eligen los perredistas al sucesor de Andrés Manuel López Obrador. Los contendientes, juran en sus equipos, aceptarán sin mayor ruido los resultados, pese a las inconsistencias y errores que hubo en la preparación de todo el proceso electivo.

Aquí algunos ejemplos:

El padrón de militantes que pueden votar se armó con una mezcla del ``histórico'' y dos versiones más recientes, una entregada el primero y otra el 22 de febrero.

Las inconsistencias en el padrón eran tantas, que el servicio electoral optó por rasurar en unos casos y ampliar en otros. Así, desaparecieron 40 mil militantes en Oaxaca y aparecieron 90 mil en el Distrito Federal.

17 servicios electorales de los estados se encuentran impugnados en la Comisión de Garantías y Vigilancia. Ante la imposibilidad de elegirlos por dos tercios de los consejos locales, fueron integrados por mayoriteos o alianzas de grupos. Las corrientes no incluidas han impugnado su legalidad.

Ubicación de las casillas. Es una atribución de los comités municipales, de modo que las urnas serán puestas donde la corriente dominante en cada comité tenga más fuerza.

Funcionarios de casilla. También los nombran los comités municipales, lo que no garantiza la imparcialidad.

Paquetería electoral. Fue enviada a los comités estatales, los cuales se harán cargo de distribuirla, aunque la idea original -a fin de dar confiabilidad al proceso- era que los paquetes cerrados llegaran directamente a los municipios.

Boletas. Son infalsificables y, dado el panorama, una de las pocas garantías para vigilar la limpieza del proceso.

Representantes de casilla. ¿Cuál de los candidatos podrá tener representantes en las 6 mil casillas instaladas hoy?

Como se ve, dicen en Monterrey 50, todo queda en manos de la madurez política de los perredistas y en la instrucción que desde la cúpula de cada planilla se envíe para no ensuciar el proceso.

Perdidos en los medios de comunicación -por el escándalo de Betty y otras denuncias más- los dirigentes de la Corriente de Izquierda Democrática (CID) creen que pueden conservar el control del PRD en la capital del país gracias al voto duro de la militancia.

No nos van a arrancar el poder a la mala, vamos a pasar a la ofensiva, advierte la diputada Dolores Padierna.

El conglomerado de perredistas capitalinos que quieren acabar con la CID -o al menos quitarle su carácter invicto- se articuló en torno de Carlos Imaz, en quien personajes dentro y fuera del PRD ven como la única posibilidad de abrir ese partido a otros sectores sociales y acabar con el dominio de las organizaciones urbano populares, o de los ``clientelistas'', como algunos les llaman.

¿La tiene segura Imaz?

Las cuentas de su equipo indican que sí. Pero en las filas de la CID -que fundó y comanda René Bejarano, director de Gobierno del DF- se prevé una votación cerrada: ganaremos, dicen, aunque con menos de cuatro puntos de diferencia.

Una de las consecuencias del triunfo de Cuauhtémoc Cárdenas fue que muchos perredistas activos en el ámbito nacional volvieron sus ojos y sus esfuerzos políticos a la capital del país.

Entonces se pusieron a revisar los números.

Recordaron, por ejemplo, que desde hace seis años la corriente de los profesores Bejarano y Padierna no ha perdido una sola elección interna en el PRD.

En junio de 1993, Bejarano fue electo presidente local con 3 mil 900 votos, sobre 3 mil 100 de Pedro Peñaloza y 2 mil 700 de Iván García Solís.

Cuatro meses después se anunció el nacimiento de la CID, una ``corriente ideológica'', dijeron sus fundadores. O bien una amplia alianza de tribus locales para enfrentar a la Corriente por la Reforma Democrática.

Durante dos años, Bejarano consolidó la estructura territorial de su corriente y la puso a prueba en noviembre de 1995, con la elección de consejeros ciudadanos. El Movimiento Ciudadano del profesor de la Escuela de Turismo del Politécnico ganó 83 posiciones de las 105 obtenidas por grupos afines al PRD.

En junio de 1996 la CID llevó como candidato a la presidencia estatal al ex dirigente sindical universitario Armando Quintero, hoy enemigo político de Bejarano.

Quintero obtuvo 13 mil 500 votos -de un total de 41 mil-, y venció por 500 a René Arce, de la CRD. Además, la CID ganó 11 presidencias delegacionales y 69 de las 150 posiciones en el consejo estatal.

Desde entonces -y aunque algunos de sus principales cuadros han abandonado sus filas-, la CID ha ganado cuatro contiendas internas:

Martí Batres fue electo coordinador en la Asamblea Legislativa (julio de 1997) con 21 de los 38 votos posibles.

La CID obtuvo poco menos de la mitad de los delegados al Congreso Nacional en Oaxtepec en marzo de 1998.

En noviembre pasado, el PRD eligió sus coordinadoras juveniles estatal y delegacionales. La CID se despachó con 60% de las posiciones estatales y 15 de las 16 delegaciones.

En el proceso inconcluso de asambleas de colonia, la corriente bejaranista se ha quedado con 70 de 115 presidencias.

Hoy se espera la participación de unos 80 mil militantes. Los cálculos en el entorno de Imaz son optimistas. En las propias filas de la CID se comenta que Dolores Padierna no era la mejor candidata. Y en el equipo de Gonzalo Rojas, el tercer contendiente que cuenta -hay otros 13-, el pronóstico es que obtendrán 18 mil votos, contra 22 mil de Imaz y... 25 mil para la invencible CID de Padierna y Bejarano.