PARABOLA Ť Emilio Lomas M.
El Banco Mundial, también detrás de las cuotas de la UNAM

Soberanía e independencia parecen ser sólo dos palabras más en el discurso de las autoridades, y dos conceptos totalmente desconocidos para el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), organismos empeñados en guiar los rumbos de los países no desarrollados. El primero se empeña en hacer recomendaciones obligatorias en la política económica, que deben seguir las naciones a las cuales otorga créditos -que no son dádivas, sino préstamos, que implican el cobro de intereses-, mientras que el segundo, ``sugiere'' el rumbo que deben seguir las instituciones de estos países. Y es que ahora resulta que la mano del Banco Mundial no sólo está detrás de la iniciativa ejecutiva para privatizar el sector eléctrico, sino que también tocó la del rector Francisco Barnés de Castro para aumentar las cuotas de la UNAM, y hasta manoseó la posibilidad de privatizar la educación toda. Porque, por mucho que se nieguen presiones externas, en la toma de decisiones, los documentos que recomiendan o sugieren estas reformas existen: el de la reestructuración al sector eléctrico llamado Mexico strategy papers (La Jornada, 9 de marzo), publicado el 10 de junio de 1995, y el que se refiere al aumento de cuotas escolares, Mexico enhancing factor productivity growth, emitido en agosto de 1998. En este último, el Banco Mundial sugiere que al hacer a un lado la posibilidad de invertir más recursos públicos, ``la única opción para expandir la inversión en educación superior es atrayendo una mayor inversión del sector privado'', además recomienda incrementar el nivel de recuperación de costos de la educación superior. En otro estudio, titulado Education and earnings inequality in Mexico, el mismo organismo apunta la conveniencia de privatizar no sólo la educación superior sino también la básica y la media. Así las cosas, todo indica que de concretarse el aumento a las cuotas de la UNAM, el siguiente manotazo del BM para que el gobierno actúe, será que en el presupuesto del 2000 se reduzcan aún más los montos asignados a educación y se inicie el cobro de la básica (primaria y secundaria), con lo que se daría cabal cumplimiento a sus sugerencias, claro, si se quiere seguir contando con más préstamos.

Melée

Se extiende el temor entre trabajadores, técnicos, profesionistas, científicos y población en general de que se vote aceleradamente la iniciativa presidencial de modificaciones a la Constitución en materia de energía eléctrica. Si bien este viernes, en Colima, el presidente Zedillo insistió en que su propuesta debe ser analizada con cuidado, también planteó que debe ser analizada (y/o aprobada) en el periodo de sesiones que comienza hoy. Como se ha comentado aquí en otras ocasiones, parece estar dispuesto a contar con la legalidad, aunque no necesariamente con la legitimidad. Tal parece, entonces, que no es tan cierto que se pretende dar el tiempo necesario para que gane consenso el planteamiento en todo el país. Lo cierto es que el cabildeo del secretario Téllez está a la orden del día; intenso, acelerado, atropellado, a veces hasta perdiendo la figura y, en ocasiones, amenazador. A esto se suma el apagón. Técnico o no, lo cierto es que el Sindicato Mexicano de Electricistas y ciertos sectores de la población lo consideran como una acción provocada que da muestra de que las autoridades no las tienen todas consigo. Eventualmente, la iniciativa alcanzaría el éxito legal que necesita, pues se pueden llegar a reunir los 333 votos necesarios para la aprobación, pues usted ya sabe, lector, que aunque el Partido Acción Nacional exige las leyes reglamentarias para su voto, lo cierto es que a la hora de la hora... como en el caso del Fobaproa. Pero, en estas condiciones, se dejaría un fuerte paquete al próximo candidato del Partido Revolucionario Institucional. Y en este proceso, flaco favor hace la triste figura del nueva director de Comisión Federal de Electricidad (CFE), quien después de casi dos meses en el organismo, no ha dado muestra de entender bien lo que se trae entre manos. Por lo pronto, ya despidió a buena parte de los técnicos contratados para esa dirección, encargada de la modernización y el cambio estructural, oficina creada por Téllez desde la Junta de Gobierno de la CFE para golpear al ex director de la paraestatal. Lo mismo sucede en otras áreas: Finanzas, donde se prevé un pronto remplazo; Técnica, en la que se habla de un despido, sobre todo después de que se divulgó la propuesta alternativa de Mercado de Electricidad preparada, en esta área por el doctor Gasca Neri.

¿Por qué negar que CFE siga siendo parte importante del proceso de generación? ¿Cómo lograr la rectoría estatal concesionando la red de transmisión? ¿Cómo impedir la actuación desmedida de los monopolios privados en la distribución? ¿Cómo garantizar una fuerte regulación, cuando los organismo actuales, como la CRE, han dado muestra de su debilidad y de que necesitan un fortalecimiento que supone más tiempo? ¿Quién determinará y de qué forma, el nivel y el mecanismo adecuado para otorgar los subsidios a las tarifas? El flamante secretario de Energía puede seguir haciendo todo solito, como desde hace varios meses... Cierto también es que la amenaza de mayoriteo sigue y sigue... y se fortalece cuando se demuestra que la iniciativa no sólo tiene fuertes debilidades (como aquello de que los precios bajarán a toda costa), sino que también carece del consenso social que requeriría, en cualquier sociedad democrática, un cambio constitucional de fondo, como el que se pretende... y con el que no están de acuerdo, incluso, tres ex presidentes de la República. Ni más ni menos. Por eso, mientras más cuestionada se ve la iniciativa, más se teme el albazo. Al tiempo.

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