n Realizarán zapatistas 500 actos públicos para promover la consulta en el DF
Llegamos hasta aquí para seguir resistiendo
José Gil Olmos n "Vamos a votar por la paz", fue la consigna con la que llegaron ayer por la noche a la Plaza de la Constitución los cientos de delegados del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) que se encargarán de promover, con unos 500 actos públicos esta semana en la capital del país, la Consulta Nacional por el Reconocimiento de los Derechos de los Pueblos Indios y por el Fin de la Guerra de Exterminio.
"Llegamos hasta aquí para seguir resistiendo", dijo uno de los indígenas chiapanecos que viajaron más de un día a pie y otro en autobús para plantarse en la enorme plancha del Zócalo capitalino e iniciar "una consulta por la paz, no por la guerra".
Los delegados zapatistas arribaron a la ciudad de México poco a poco, concluyendo un viaje que en realidad comenzaron desde hace una semana, al salir de sus comunidades perdidas en las montañas chiapanecas. Para algunos ésta sólo fue una parada, pues su destino final son los estados del norte del país. Antes de partir dieron a conocer el mensaje central de la promoción por el reconocimiento de sus derechos: "Queremos un mundo que incluya la justicia, la paz y la dignidad".
Cientos de simpatizantes del EZLN los esperaron durante varias horas. Eran hombres y mujeres de las 16 delegaciones del Distrito Federal que en medio de precariedades económicas lograron apilar comida, cobijas, medicamentos, algo de dinero y hacer un espacio en sus colonias y barrios para albergar a los más de 300 indígenas que realizarán las labores de la consulta, a realizarse el próximo domingo 21 de marzo en todo el territorio nacional.
De acuerdo con la agenda prevista por cada coordinación delegacional, los zapatistas realizarán esta semana 80 actos públicos diarios en todas las delegaciones, principalmente reuniones con empresarios, colonos, sindicalistas, estudiantes, amas de casa, comerciantes, sacerdotes, deportistas y muchos otros representantes de sectores sociales que han aceptado hablar con los indígenas de las causas que originaron el levantamiento armado en Chiapas el primero de enero de 1994.
"Compañeros mexicanos, compañeras mexicanas: venimos como base de apoyo del Ejército Zapatista; nos sentimos alegres, contentos de esta multitud de mexicanos que están aquí con la misma sensación de lucha, con ese sentimiento que todos sentimos. Desde las montañas de la selva Lacandona les traemos un saludo", fue la presentación de un viejo indígena, cubierto con un pasamontañas azul, al llegar y despedirse, pues su autobús partía hacia Chihuahua.
"Los invitamos a que digan su palabra, si quieren vivir como estamos o quieren justicia, paz y que no haya más guerra. Nosotros aceptamos todo lo que nos digan, pero no queremos una justicia como la que dice el señor Zedillo, de mentiras, porque todos los días hay helicópteros y soldados en nuestras comunidades. Nosotros queremos la paz, no la guerra", expresó ante los cientos de simpatizantes que permanecieron varias horas esperando los autobuses que trasladaron a los delegados del EZLN.
Otra zapatista, cubierta con un pasamontañas negro, también habló en un español básico, y dijo a los asistentes que les contaría cómo el "malvado" gobierno los hace sufrir: "Allá en la selva Lacandona, nuestras comunidades andan sufriendo; lo que pasa en la televisión no es cierto, no nos dan libertad de salir a trabajar, el Ejército entra en camiones y asusta a la gente.
"Ya estamos aburridos, no queremos que nos compren con un kilo de maseca o un litro de aceite, sino que se cumplan los acuerdos: queremos la paz. Tal vez con esta consulta nos oiga el gobierno con más fuerza", añadió la anciana mujer.
El acto de recepción fue simbólico. Rosario Ibarra fue la encargada de recibir a los grupos que llegaban a distintas horas. Luego de darles la bienvenida y desearles buena suerte en sus recorridos, manifestó a los reporteros que la consulta será uno de los "hechos más memorables" de la historia del país, y que esperaba que el gobierno federal pudiera oír el reclamo de los indígenas.
Mientras se escuchaba el himno zapatista -versión chiapaneca de la vieja canción revolucionaria Carabina 30-30-, Rosario Ibarra sostuvo que "falta voluntad al gobierno para reconocer las necesidades rea-les del pueblo y de los indígenas".
Descartó que el EZLN espere las elecciones del 2000 para negociar, pues "el pueblo ya no cree en las fechas cabalísticas ni en la esperanza de que llegará el Mesías cada seis años" para resolver todos sus problemas.
Cerca de la medianoche siguieron llegando los delegados del EZLN al Zócalo. Bajo algunas gotas de lluvia, Magali, una de las indígenas chiapanecas, dijo con alegría que la ciudad es "maravillosa". Recordó que tuvo que caminar un día para llegar al Aguascalientes de La Realidad, y de allí un día y medio más para salir de la selva Lacandona.
"Nunca había salido de mi comunidad. ƑQue si voy a extrañar a mis hijos? Sí pues, pero no quiero que vivan en la opresión, por eso estoy aquí", aseguró.