n Triquis, purépechas, mazahuas, otomíes, mixtecos
Dialogan zapatistas con indígenas migrantes radicados en el DF
Fabiola Martínez n Esta ciudad es triste. Aquí, como allá, nuestros hermanos tienen que "buscar la vida" fuera de su tierra y, a veces, mendigar el pan de cada día, expresaron los delegados zapatistas ante indígenas migrantes, radicados en la capital del país desde hace varias décadas.
Triquis, purépechas, mazahuas, otomíes, mixtecos y zapotecos se reunieron ayer con los indígenas chiapanecos, quienes viajaron cientos de kilómetros para convocar a la Consulta Nacional por el Reconocimiento de los Derechos de los Pueblos Indios y por el Fin de la Guerra de Exterminio.
Casi sin decir palabra, se reconocieron una y otra vez como "hermanos", como compañeros de las mismas penurias, sujetos siempre de discriminaciones similares, de la vida difícil, de los hijos enfermos, "de la poca educación" y los escasos recursos. Unos ųseñalaronų en la selva Lacandona, otros en la "jungla" de asfalto.
Por la mañana, en la plaza Río de Janeiro, ubicada en la colonia Roma, convivieron frente a frente, entre música purépecha. Más tarde, dialogaron en el Museo de la Ciudad de México, convocados también por el Centro de Atención al Indígena Migrante, auspiciado por el gobierno capitalino y el DIF.
Los indígenas con pasamontañas ųtzotziles, tzeltales, tojolabales, cholesų hablaron de la necesidad de justicia y de un respeto que ven lejano. Los otros, frecuentemente hacinados en ruinosas vecindades, vendedores de artesanías en las banquetas de la Zona Rosa, ambulantes en el Centro Histórico, albañiles, "multiusos" y obreros de "mucho trabajo y poca paga", hablaron de la dificultad para acomodarse en la gran urbe, de hallar una vivienda o simplemente transitar sin ser insultados.
"Mira, ahí va tu mamá, la India María", le dicen, relató Josefina Flores, mazahua del municipio mexiquense San Felipe del Progreso, vestida con el tradicional traje amplio, de colores vivos, falda, rebozo y olanes casi fluorescentes.
Sin embargo, los migrantes en la ciudad de México tratan de seguir siendo "indios", de transmitir a sus hijos y nietos sus costumbres, lengua y modo de ganarse la vida. "No nos andamos renegando de nuestra sangre étnica", dijeron.
Quizá por eso simpatizaron rápidamente con los motivos de la consulta zapatista y con el rostro cubierto de sus "hermanos" chiapanecos. "Si los zapatistas se levantaron en armas por algo habrá sido; si los señores están protestando con el fusil es porque tienen razón".
Los delegados zapatistas ųLizet del Carmen, Delfina, Ramón, Máximo, Elías, Martineli, Flor, Amalia, Roselia, Marcos, Rigoberta, Ilse, Regina, entre otrosų expresaron que (la ciudad de) "México es muy bonito, pero también muy triste".
"Somos indígenas y nos tenemos que querer; estamos aquí para escuchar su palabra y que escuchen la nuestra. Tenemos que exigirle al gobierno que cumpla los acuerdos que firmó en San Andrés Larráinzar. No venimos a decirles 'háganse zapatistas', sólo a pedir su voto, a conocer su voluntad".
Uno de los delegados comentó que es la primera vez que viene a esta ciudad. "El centro se ve bonito, muy bonito, pero en las orillas está la tristeza, vemos que viven con techos de cartón; da tristeza esa pobreza que vivimos, en el olvido, en que el gobierno piense que no somos nada, que no somos originarios de este territorio nacional.
"Igual que nosotros, vemos que ustedes tampoco tienen tierra o una vivienda propia, ni buena educación", manifestó.
Al tomar el micrófono, otro de los delegados se lamentó frente a sus "hermanos" porque ųdijoų "yo no traigo traje indígena como ustedes. Tal vez ųallá en la selvaų nos está gustando la ropa de modernidad, pero no vayan a creer que ya no somos los mismos; no lo crean así, porque seguimos con los bolsillos del pantalón vacíos, sin un solo centavo".
Más tarde los zapatistas acudieron a la Plaza de las Tres Culturas, en Tlatelolco. Ahí, frente al edificio Chihuahua, convivieron, escucharon música, platicaron con la gente, con los transeúntes curiosos que querían hablar con ellos, y se dejaron tomar fotos con los simpatizantes del movimiento zapatista, mientras sorprendidos condóminos permanecieron durante la verbena asomados en las ventanas de sus departamentos.
También se tomaron "la foto" del recuerdo ante la iglesia de Santiago, justo a un costado de las ruinas prehispánicas en cuya placa principal se lee: "El 13 de agosto de 1521 cayó Tlatelolco en poder de Hernán Cortés. No fue triunfo ni derrota, fue el doloroso nacimiento del pueblo mestizo que es el México de hoy".
n Vigilancia policiaca constante en ambos lados
Mitin en la frontera Tijuana-San Diego a favor de la consulta
Jesús Ramírez Cuevas, enviado, y Jorge Alberto Cornejo, corresponsal, Tijuana, BC, 20 de marzo n Activistas que apoyan la consulta por los derechos indígenas se reunieron esta tarde en ambos lados de la frontera para realizar un mitin, el cual contó con la participación de un grupo de delegados del EZLN que visitan esta ciudad.
En el cruce de la vía del ferrocarril binacional San Diego-Tecate y que atraviesa por esta frontera, unas 100 personas se congregaron de uno y otro lado de la malla metálica construída en 1994 por el gobierno estadunidense, para solidarizarse con la lucha zapatista.
Antes de iniciar el acto, agentes del Grupo Beta de protección a los migrantes intentaron impedir su realización "por carecer de permiso de la Secretaría de Gobernación"; incluso un agente de esa corporación detuvo con su mano a Filiberto, uno de los delegados, para evitar que subiera al templete instalado por los simpatizantes zapatistas y que pudiera ser visto sobre la barda por la gente reunida del lado estadunidense.
"Ustedes no están solos, como mexicanos los apoyamos en su sufrimiento por estar en el extranjero", dijo Filiberto quien luego tomó en su mano una bandera mexicana y la ondeó sobre la barda construída con material reciclado de la guerra del golfo Pérsico conocida por los lugareños como "el muro de la tortilla", lo que arrancó aplausos de la multitud.
Incluso un agente de la migra de origen latino aplaudió cuando vio a los zapatistas sobre el muro, mientras otro de sus compañeros videogrababa el acto desde su patrulla.
Sobre una improvisada tarima levantada a la misma altura que el muro metálico que divide a México y Estados Unidos, Lucas, otro de los delegados, denunció la situación de guerra que viven las comunidades indígenas de Chiapas y demandó al gobierno el cumplimiento de los acuerdos de San Andrés.
"Queremos que se respeten los derechos de los indígenas en ambos lados de la frontera", dijo dirigiéndose a los manifestantes utilizando un altavoz.
Después del acto, los zapatistas, a través de la reja que abre el paso al tren, estrecharon las manos e intercambiaron palabras con los activistas de San Diego.
Vigilados atentamente por más de 25 camionetas de la Border Patrol, los activistas del país vecino portaban banderas mexicanas y carteles contra las agresiones a los indígenas y a los trabajadores migrantes en ambos países.
Del lado mexicano, algunas patrullas de la Dirección de Seguridad Pública Municipal concurrieron al lugar en forma agresiva pero recibieron la orden de no intervenir; aun así permanecieron cerca todo el tiempo. Confundidos entre los asistentes al mitin, dos agentes de gobernación tomaban fotografías y anotaban los nombres de quienes participaron en el acto.
"Aquí, allá, la raza vencerá" y "Viva el EZLN", corearon insistentemente los convocados. Una estudiante mexicana residente en San Diego afirmó: "los mexicanos nos estamos organizando por la lucha zapatista. No nos olvidamos de ustedes aunque estamos lejos. Acá también somos zapatistas".
Al evento acudió también el activista Peter Brown, un catedrático universitario expulsado de Chiapas por la Secretaría de Gobernación el año pasado acusado de desconocer a la Secretaría de Educación Pública al promover la construcción de una escuela secundaria autónoma indígena en Oventic.
Brown, quien además es uno de los promotores de la consulta zapatista en Califiornia, indicó que todo está listo para mañana, ya fueron entregadas a diversos organismos las 25 mil boletas bilingües con las que mexicanos e hijos de mexicanos mayores de 12 años podrán dar su opinión.
No obsante, Brown informó que también se podrá votar por internet en la página www.igc.org/mexicopeace/vota y que mañana mismo alrededor de las 10 de la noche serán enviados los resultados de la consulta luego de hacer un conteo preliminar en el Centro Cultural de la Raza, ubicado en el corazón de San Diego.
Mañana mismo, habrá un concierto de rock para recabar fondos económicos para apoyar a las comunidades chiapanecas, en el que participarán durante 12 horas continuas 15 bandas del sur de California. Un concierto similar se efectuará simultáneamente de este lado de la frontera.