n Celebran delegados el modo de lucha en Morelos, donde no se pierde el hilo de la memoria
Hermann Bellinghausen, enviado, Cuernavaca, Mor., 20 de marzo n En menos de una semana, seis delegados zapatistas recorrieron esta ciudad y sus alrededores, participando en actos pequeños, medianos y grandes, en colonias populares, la universidad autónoma local, el Sindicato Mexicano de Electricistas, mercados, plazas y escuelas. Se reunieron con la sección de Educación Especial del SNTE, y visitaron Huitzilac, otro lugar de Morelos donde la Revolución Mexicana triunfante cometió una canallada. Los zapatistas históricos saben de eso.
Al delegado Jeremías le ha impresionado cómo la gente en Morelos conoce su historia:
"Tienen un modo de participación y de lucha muy fuerte. Y todos conocen, unos viejos todavía recuerdan, la historia de Zapata".
Junto con Genaro, Marisol, Soledad, Mauricio y María del Carmen, Jeremías ya visitó las colonias Altavista, La Carolina, Margarita Maza de Juárez, y muchas más, incluso una que no tiene nombre.
Las mujeres de la colonia popular Margarita Maza de Juárez lloraron largamente con los delegados zapatistas, cuando éstos les contaron cómo viven en la selva y las cosas que les han pasado con la militarización. Y luego las hicieron bailar con la marimba.
En la UAEM, donde en la actualidad priva una indiferencia política profunda entre los estudiantes, el martes pasado se realizó el acto masivo más grande en mucho tiempo para recibir a la delegación del EZLN. Las autoridades universitarias habían hecho todo por impedir el acto.
Según un joven brigadista de la consulta nacional, fue el mejor acto público de la gira zapatista en la ciudad.
En la vía sin nombre
Erase una vez una ciudad de la eterna primavera que tenía su Casino de la Selva y una estación de ferrocarril, por donde pasaba el tren del Balsas todos los días, y luego seguía, pú-pú, su camino a Guerrero entre las colonias de los ricos, en especial la Vistahermosa. Qué ruido.
Pero los ricos a todo le ponen remedio, así que mandaron construir altos muros de piedra al paso del ferrocarril.
Pasaron los años y felices días y un día el tren, obsoleto, dejó de viajar. Quedaron la estación, los terrenos y la vía abandonados, solitarios. Hasta que llegaron, a montones, precaristas que no tenían ni cadenas que perder. Y crearon, en el interior de Cuernavaca, una subciudad. La llaman La Estación. Casas de lo que sea, entre veredas sinuosas, se pierden por el trayecto de la vía férrea en desuso. Paracaidistas en terreno federal.
Más allá está una colonia que no tiene nombre, metida entre las murallas de los ricos, en el lecho del tren. No la registran los planos urbanos. Oficialmente no existe.
Allí llegaron hoy los delegados zapatistas Jeremías, María del Carmen y Mauricio. En la fiesta que les hicieron en el Centro Comunitario Rubén Jaramillo del sitio provisionalmente llamado La Vía, fue donde los más pobres que ellos les dieron de comer, y los niños les cantaron y les hicieron una función de títeres, con la historia de los zapatistas de Chiapas. Pequeños trozos de franela, con un pequeño pasamontañas y dos ojitos de plástico, en una casa de madera (el centro comunitario).
Los colonos de la vía sin nombre entregaron a los zapatistas un morral de manta elemental, cosido y bordado con estambre escaso. Y dentro, un fajo de cartas escritas y dibujadas por los niños del Centro Comunitario Rubén Jaramillo, para los niños de las comunidades zapatistas.
Jeremías escuchó a los niños de la vía y concluyó:
ųEllos hablan muy bien. Hay un avance en su expresión de niños. El niño pregunta, pero hablando de su libertad.
"Hablé con ellos, dice Jeremías, y entienden mejor que la gente".
Ha de ser porque no ven la televisión. No cabe en sus casas de pedazos de lámina, de puertas, de cortinas metálicas, vidrios, desechos ferroviarios y basura.
La vía no tiene nombre, pero la escuela sí; se llama Rubén Jaramillo, en honor al general zapatista que siguió resistiendo medio siglo más después de la Revolución.
En efecto, aquí no se pierde el hilo de la memoria. Just a little bit of history repeating, canta Sherley Bassey estos días en la radio y MTV. Nada más.
Horas antes de la consulta, esta noche se festejó a los delegados zapatistas con una verbena popular en el zócalo de esta ciudad.