Masiosare, domingo 21 de marzo de 1999



el enemigo en casa

Daniela Pastrana
Ilustraciones: Trino


Un policía que dispara a un joven en un altercado, otro que es suspendido por beber en la vía pública, un supervisor vial que extorsiona a conductores, un jefe de sector que encabeza atracos, diez uniformados que integran una banda criminal... La descomposición de la policía capitalina brota todos los días, como para contradecir los programas de supervisión y los planes de depuración de las autoridades. Quizá por eso, en los meses que tiene al mando de la policía del DF, Alejandro Gertz Manero no ha cesado de repetir sus llamados de auxilio a la sociedad. En todos los foros, en todos los espacios, el secretario de Seguridad Pública reitera el mensaje de alerta: ``El enemigo -parece decir- está adentro''

Por unas chelas. Un policía disparó a Rogelio Fierro Benítez por tomar en la vía pública.

La bala, que -según la explicación de los médicos- entró por su boca hasta el pómulo izquierdo y le destrozó la cara, salió del arma de cargo del oficial Carlos Campos Torres, elemento de la policía auxiliar asignado a la vigilancia de la unidad Tlatelolco.

Rogelio Fierro, residente de la unidad habitacional desde hace 30 años, fue baleado a las 11 de la mañana del 6 de noviembre de 1998, cuando cheleaba con unos amigos en la puerta de su edificio, justo a 500 metros de la sede de la policía auxiliar.

Su agresor, un elemento segundo de 38 años y seis en la corporación, se dio a la fuga. En el parte presentado a la superioridad, Apolinar García Blanco, comandante del agrupamiento 71 de la Policía Auxiliar (PA), adscrito a Tlatelolco, indica que el oficial fue sorprendido por cuatro desconocidos, quienes intentaron despojarlo de su arma de cargo, y éste -al resistirse- disparó accidentalmente en contra de uno de sus atacantes.

Pero los acompañantes de Fierro Benítez aseguraron que desde la noche anterior el policía había discutido con ellos porque se negaron a retirarse del lugar donde estaban bebiendo. ``El poli la agarró muy personal con el abuelo -dijo uno de ellos-. Hoy en la mañana volvió a pasar y otra vez empezó a discutir con él, le puso la pistola en la boca y le disparó, luego echó a correr''.

Frente al Ministerio Público, los tres testigos tardaron más de 12 horas en rendir su declaración, según explicó el titular de la agencia, porque ``había que esperar a que se les bajara el alcohol''.

Nota póstuma

Antes de morir, Raquel Newman utilizó la sangre que le escurría del cuerpo para escribir en un pedazo de papel nombre y número telefónico de su vecino, Seferino García. Pero además dejó una pista para identificar a su agresor: ``policía vial, patrulla termina 418''.

Con esos datos, los agentes judiciales asignados al caso rastrearon los sectores del primer cuadro del Centro. En el sector 16, ubicado en Rayón y Eje 1 Norte, localizaron la unidad AO418, pero no les permitieron entrar al sector.

Para esos momentos, Raquel Newman había muerto en el hospital Primero de Octubre, mientras le atendían la herida de un balazo en la mejilla izquierda. La mujer, de 46 años, fue localizada en su auto a las 7 de la mañana del 18 de enero de 1999.

Un día después, el jefe del sector 16, Carlos Peralta González, reconoció tener un reporte de que la unidad no pudo salir a la calle con el nuevo turno, porque presentaba un impacto de bala en la puerta trasera izquierda y manchas de sangre en el asiento.

Los tripulantes de la patrulla en el turno en el que se presume ocurrió la agresión, Ignacio Balderas Soto y Juan Guzmán Maya, fueron buscados en sus domicilios por los agentes judiciales.

Pero ya nadie sabía de ellos.

Ganas de cobrar el aguinaldo

Cuentan en la policía que el oficial David Gómez Cruz ``o era muy cínico o de veras pendejo''. El caso es que fueron tantas sus ansias por cobrar el aguinaldo que se olvidó que tenía una denuncia por robo y fue a parar a la cárcel, justo el día de Año Nuevo.

La historia es simple: el 18 de noviembre del año pasado un ciudadano circulaba por Izazaga y Tlalpan, en el Centro, cuando fue interceptado por los tripulantes de una patrulla del sector 14 de Cuauhtémoc. Le ordenaron detener su automóvil, argumentando una infracción vial.

Amagado y sometido en su propio vehículo, el hombre fue secuestrado por los policías durante más de dos horas. Le robaron alhajas, dinero en efectivo y la llanta de refacción. Luego lo dejaron en Viaducto y Tlalpan.

Con la media filiación de los uniformados, identificó a José Francisco Valtierra Maldonado, Jesús Arzate Román y David Gómez Cruz, quien recibió el pitazo y se dio a la fuga.

Nadie supo más de él, hasta el 30 de diciembre, cuando se presentó en las instalaciones del sector, ubicado en Topacio y Santo Tomás, para cobrar su aguinaldo.

Ahí mismo lo detuvieron.

Entre policías te veas

Al ingresar al DF en la madrugada del 12 de noviembre, un transportista de sidra fue asaltado y obligado a dejar el vehículo y la carga, con un valor estimado en 100 mil pesos.

Horas después, el camión fue localizado cerca de Perisur por los tripulantes de las patrullas 07109 y 07143 de la SSP.

Sólo que los policías Agustín López Tapia, Antonio Suárez Rangel, Constantino Suárez Rangel e Israel Ramírez Cruz no reportaron el hallazgo. En cambio, se comunicaron a Puebla con el dueño, a quien le pidieron 30 mil pesos para entregarle el vehículo.

El sidrero aceptó el trato, pero antes de acudir al lugar indicado dio aviso a la Policía Judicial. Los oficiales fueron detenidos en flagrancia y puestos a disposición del Ministerio Público.

Hasta ahí todo iba bien para la judicial, que rápidamente se colgó la medalla. Pero pasó lo de la llamada.

A las 6 de la tarde una mujer reportó al 060 el secuestro de los tripulantes de las patrullas 07143 y 07109.

Según su reporte, los policías fueron capturados por ``sujetos vestidos de negro y encapuchados, que se los llevaron en dos camionetas Suburban''.

Minutos después, elementos del sector localizaron las unidades abiertas e intactas, y por medio del sistema de control vehícular se identificó el origen de las placas de una de las camionetas: Lebaron sedán 1980, con dirección en ciudad Nezahualcóyotl.

Pero casi una hora después del caos que provocó el presunto plagio de los uniformados -en Visión Urbana, incluso, se informó de la detención de un ``peligroso narcotraficante'', en un ``operativo conjunto'' de preventivos y judiciales-, agentes de la delegación Cuauhtémoc reportaron que dos las camionetas señaladas estaban entrando al estacionamiento de la agencia 50 del Ministerio Público.

El misterio se aclaró entonces: eran los judiciales, quienes para detener a los policías, se encapucharon y usaron camionetas con placas sobrepuestas.

Frederick Mc Phail

El cuerpo del estadunidense Frederick Mac Phail fue hallado en la madrugada del 18 de noviembre, en el interior de su vehículo en la colonia Condesa. El joven murió a los 27 años ahogado por su propio vómito, luego de ser obligado a ingerir una botella de alcohol.

Las investigaciones de la Procuraduría de Justicia del DF llevaron a la captura y consignación, dos meses y medio después, de 10 policías preventivos en activo.

Los agentes Víctor Puga Mares, Francisco León González, Lucio Tapia Galindo, Sergio Baltazar Carbajal, Juan Uribe López, David Gómez Cruz, Héctor Horacio Bárcenas Rodríguez, Noé Quezada Contreras, Juan Rodríguez Santacruz, y Jesús Alzate Román fueron acusados no sólo del homicidio de Mc Phail, sino de integrar una banda criminal dedicada al asalto de automovilistas.

Un botón: Tapia Galindo y León González fueron identificados por Salvador Castillo Prieto como los policías que lo asaltaron, el 18 de junio de 1998, cerca de Buenavista. El hombre declaró que había sido obligado a beber cinco vasos de vodka.

Frederick Mc Phail, quien residía en Nueva York, había llegado a la ciudad de México para realizar sus trámites de titulación. La noche en que murió había cenado en un restaurante de la Condesa, y luego pretendía pasar a casa de un amigo por unos palos de golf.

Nunca llegó. En el camino fue asaltado y asesinado. De sus tarjetas de crédito se comprobaron varios retiros de bancos por una suma de 8 mil pesos.

El superintendente Medina

Mala la calavera del ciudadano que se topó dos veces con el segundo superintendente Fernando Medina Morales.

En la primera -mayo de1997-, el jefe policiaco lo detuvo, junto con unos amigos, por tomar fotografías de un inmueble privado, y les exigió 100 mil pesos a cambio de no fabricarles un delito.

Finalmente quedaron libres, pero a uno de los integrantes del grupo se le ocurrió denunciar al policía.

No lo hubiera hecho. El 30 de julio de 1998, los elementos Alberto Angeles Cervantes, Ernesto Gómez Hernández y Domingo Ordaz López entraron a casa del desafortunado ciudadano y tras robarle 13 mil pesos en efectivo, una cámara fotográfica, un reloj y una máquina eléctrica, pretendieron inculparlo de otro robo.

Luego lo llevaron con su jefe, el superintendente Medina Morales, quien apenas lo reconoció, ordenó que lo torturaran antes de presentarlo al Ministerio Público. Le pusieron unas bolsas de hule en la cabeza para provocarle asfixia.

El caso no es ningún prietito en la historia del superintendente Medina (por cierto, uno de los más escandalosos denunciantes de corrupción al interior de la SSP).

El ex jefe sectorial -cesado en octubre pasado- tiene por lo menos cinco expedientes en trámite, sólo en 1998:

- ED-1776/98. Julio 21. Queja de un policía por prepotencia y amenazas de Medina Morales. Además lo acusa de vender 8 patrullas de vialidad en 5 mil pesos cada una, e imponer a los tripulantes una cuota diaria de 100 pesos.

- ED-1911/98. Agosto 5. Queja de un subinspector por ponerlo a disposición de la superioridad sin explicación alguna.

- ED- 2006/98. Agosto 17. Denuncia de que pidió dinero para permitir que se pintaran patrullas de protección con el color de los viales.

- ED- 2564/98. Noviembre 5. Oficio de la Dirección General de Control Regional porque no atendió al requerimiento relacionado con la unidad 06006, vinculada con una averiguación previa.

- ED- 2565/98. Noviembre 5. Denuncia de que en una ocasión sólo entregó 12 mil 800 pesos de un total de 100 mil que habían sido decomisados a cuatro asaltantes de una gasolinería.

El supervisor

Dice un alto mando policiaco, a propósito de una máxima militar: ``Orden dada que no es supervisada, se la lleva... el tren''.

Pero aún supervisadas, las órdenes en la policía no siempre se cumplen. Como ocurrió en el caso del primer oficial Víctor Hugo López Villarreal, comisionado en el grupo de supervisión de vialidad.

El 23 de febrero de este año, el flamante supervisor fue descubierto cuando intentaba extorsionar al chofer de un camión de carga en el pueblo de Tlaltenco.

El segundo superintendente Eduardo Hernández Mercado detectó al elemento de uniforme azul discutiendo con el chofer del camión, a quien amenazó con remitir la unidad al corralón con el argumento de que no podía circular en el DF con placas del estado de México.

López Villarreal y el operador de su patrulla, Raúl González Arce, fueron destituidos.

Siempre en vigilia

Consejo de Honor y Justicia. Cédula de análisis.

Faltas a la Disciplina. Expediente: RH/HJ/952/98.

Jorge Pérez Quintana. Policía. Agrupamiento a Caballo.

Motivo: Abandono de servicio el día 24 de noviembre de 1998, llevándose arma y equipo de cargo, y por faltar a sus labores los días 27,28, 29 y 30 de noviembre de 1998.

Argumentos: ``Acepta haber faltado a sus labores por asuntos familiares, pero niega el abandono de servicio, ya que fue detenido por ingerir bebidas embriagantes en la vía pública''.

Es decir, la policía siempre vigila.


Académico, empresario, abogado y escritor, Alejandro Gertz Manero no es un secretario común. Definido a sí mismo como ``un ciudadano de buena fe, trabajando honradamente en solventar un problema que es de todos'', el jefe de la policía capitalina igual reafirma su lealtad ``por convicción'' a Cuauhtémoc Cárdenas que se identifica con los grupos empresariales y de derecha.

Su capacidad de convencimiento ha sido probada en distintos escenarios. Por ejemplo, en su última visita a la Asamblea Legislativa, el 2 de marzo.

Un día antes, diputados de PRI, PAN y PVEM habían demandado su renuncia al cargo. En la reunión, el tema ni siquiera se tocó.

Al término del encuentro, el panista Armando Salinas, presidente de la comisión de Seguridad Pública y uno de los mayores críticos del gobierno cardenista, se acerco a Gertz y le aclaró: ``Señor secretario, las declaraciones vertidas ayer a los medios no las hice yo, fueron los de mi partido''.

Estas son algunas de las frases con las cuales Gertz ha descrito al enemigo en casa.

- ``Ni un día más podemos aceptar que las estructuras de seguridad sean un símbolo de ineficiencia y, en muchas ocasiones, una amenaza constante para la población''.

28 de agosto de 1998. Toma de posesión.

- ``La ciudadanía tiene una percepción muy clara de la inseguridad en la que vive. Tiene la percepción muy clara, en muchas ocasiones, de temor hacia el policía y hacia todos los instrumentos que están alrededor de la justicia''.

- ``El problema tiene unas dimensiones verdaderamente monumentales... Yo parto de un principio: es un cuerpo que es muy poco eficiente, que sus niveles de productividad son bajísimos''.

9 de septiembre de 1998.

-¿Ya nació quien pueda acabar con la delincuencia?

-¿Usted qué cree?

3 de octubre de 1998. Ceremonia de graduación de la primera generación de policía comunitaria.

- ``En primer lugar, hay que reconocer que la figura policiaca capitalina nunca he tenido un perfil de alta respetabilidad ni una imagen de eficiencia y honestidad ejemplares... Entre 1976 y 1982 la policía fue puesta en manos de verdaderos maleantes que la desprestigiaron gravemente, convirtiendo a la ciudad en un auténtico botín y en un campo de batalla entre hampones al mando de la policía y sus competidores privados''.

- ``Por lo que hace a La Hermandad, debo decirle que estoy sintiendo que sí existe, se hablaba mucho de ella, pero ya está dando sus efectos y ya está mostrando que si existe y que se va a defender''.

6 de octubre de 1998. Comparecencia en la ALDF

- ``No contrato delincuentes, no protejo delincuentes, no soy cómplice ni encubridor de delincuentes ''.

7 de octubre de 1998. Conferencia de prensa.

- ``El hampa organizada y sus posibles cómplices en nuestras corporaciones de seguridad le han declarado la guerra a la sociedad. No podemos tolerar ni un momento más esta situación, quien no responda y quien no cumpla será suspendido de inmediato, a quien se le sorprenda cometiendo el más mínimo delito será consignado... Si yo supiera quienes son ya los estaría consignando, lo que pasa es que son impunes, porque no se expresan''.

16 de noviembre de 1998. Conferencia en la que anunció que los índices delictivos aumentaron 20%, después de los cambios de estructura.

- ``Cualquier acción que se tome para limpiar los cuerpos policiacos es bienvenida''.

24 de noviembre de 1998. Un día después de la detención de policías en sus cuarteles.

- ``Que los policías no sepan lo que está pasando no es creíble ni aceptable. Hemos tenido miles de testimonios de que muchos de los ladrones están bajo la protección y el control de los propios policías, ¿por qué?, porque son delincuentes habituales, profesionales, que tienen una historia delincuencial que los amarra y los tiene dependientes de quienes los explotan''.

- (Sobre los operativos policiacos) ``¿Cuántas veces hemos visto -yo desde niño-, ese show de tercera, a donde van todos estos tipos (los policías), se visten de Rambos, le dan de culatazos a todo el que se presenta por ahí, desahogan todos sus rencores, la ilusión de su vida, y al día siguiente todo mundo dice: bueno, pero otra vez salieron con la payasada. Eso no se vale''.

5 de diciembre de 1998. Entrevista con La Jornada.

- ``Me reuní con ellos para informarles que no era aceptable, que parecía que ya se les habían otorgado cuotas de delitos a cada colonia y a cada sector, y a cada delegación de esta ciudad''.

- ``No había disposición a las necesidades del cambio y francamente yo no creo que el Secretario de Seguridad Pública tenga que ser un cómplice ni rehén de un sistema que ya probó durante tantos años que no le ha dado los resultados que merece la sociedad''.

6 de enero de 1999. En el anuncio de la desaparición de la dirección de control regional.

- ``Las (quejas son las) de siempre, las que todos hemos percibido, que el delito se comete y el agente de la policía no está en el lugar en el que debe de estar''.

1 de marzo de 1999. Durante el anuncio del programa de ciudadanización.


Los correctivos

En la administración del actual titular de la Secretaría de Seguridad Pública:

- 708 policías fueron destituidos

- 66 suspendidos

- 9 cambiados de adscripción

- 182 correctivos disciplinarios fueron aplicados

- 5 amonestaciones

- 99 absoluciones