José Antonio Rojas Nieto
En busca de una nueva perspectiva de desarrollo eléctrico

Es tan duro este pelear y este morirse

Y este renacer y este repelear por la libertad.

 

Jaime Sabines.

 

Luego de lo acontecido esta semana, es preciso esforzarse por situarnos nuevamente en la esencia del debate sobre la transformación de la industria eléctrica. El excelente artículo de Julio Boltvinik nos ayuda a ello. Sin duda, el marco de referencia más fundamental para el diseño, construcción, implantación y evaluación de cualquier alternativa de reorganización de nuestra querida industria eléctrica es ese que surge de las ideas básicas sobre cómo lograr no sólo vivir, sino vivir bien, con bienestar, en libertad. Quienes creemos que todavía es vigente defender un proyecto de nación que no surge como resultado de la actuación de las libres fuerzas del mercado, sino de la lucha y el ánimo conscientes de una sociedad civil que se moviliza por su presente y su futuro para abrir formas de vida que permitan un nivel de bienestar superior y una identidad más plena dentro de nuestra diversidad y nuestras diferencias; quienes creemos y luchamos por ello, estamos ciertos de que la discusión sobre la transformación de la industria eléctrica no puede comenzar con el análisis de la red nacional de transmisión o del despacho eléctrico, por más importantes y fundamentales que sean estos aspectos. Por eso es importante la llamada de atención. šQue no se nos olvide lo que apunta Julio! Se trata de vivir, de vivir bien, de vivir libres. Por eso, insistamos en enmarcar mejor nuestro debate, recordando con don Antonio Gómez Robledo esa concepción aristotélica sobre la finalidad del Estado señalada profundamente en la ética y en la política: el Estado tiene como su fin más propio y específico la formación de un tipo humano absolutamente superior en lo moral, no menos que en lo intelectual. La Constitución de la República reiteradamente señala la necesidad de garantizar que se desarrolle la nación, no sólo con hombres que tengan empleo y gocen de satisfactores, sino con educación y cada vez más libres. ƑCómo nos educan y liberan las terribles fuerzas del mercado, la competencia salvaje, el monopolio privado? Si en algo se insiste hasta el cansancio en todo el mundo es en la necesidad de la regulación y del control de la vocación depredadora de las grandes empresas privadas que actúan en la industria eléctrica, sobre todo de los grandes monopolios que ac-túan internacionalmente y que no sólo no impulsan, sino que incluso no respetan los ánimos integradores de un desarrollo energético global que muchas naciones buscan.

Todo esto para intentar una vuelta a lo esencial y asegurar que la principal falla de la propuesta gubernamental de cambio estructural de la industria eléctrica en México no es el haber siquiera sugerido la venta de la infraestructura hidráulica del Balsas y del Grijalva. Ni siquiera en pensar en la desaparición de CFE y LFC; menos aún en proponer la comercialización de activos y propiedades de la nación para pagar jubilaciones o mejorar la infraestructura del agua potable. No está, por cierto, en no saber señalar con precisión qué significa eso de que se racionalizarán los subsidios. O, tampoco, en asegurar, sin razones de fondo, la baja de las tarifas eléctricas con la apertura a la competencia; o acaso en presentar como muestra de ello una gráfica que aparece en un texto del Departamento de Energía de los Estados Unidos, cuando con otros datos de fuentes internacionales serias es difícil sostener lo mismo y, menos aún, explicar que los descensos se deben sola y exclusivamente a la apertura a la concurrencia, cuando existen razones múltiples, algunas de las cuales habrían permitido que los precios de la electricidad bajaran aun sin haberse privatizado la industria eléctrica. Es menos grave, también, que no se expliquen los riesgos de que la apertura de un mercado de electricidad resulte absolutamente irrelevante para los consumidores domésticos, de la pequeña industria y del pequeño comercio, en virtud de que los contratos bilaterales entre generadores y mayoristas concentren la mayor parte del volumen del fluido eléctrico que circula por la red. Tampoco, incluso por delicado que resulte, que no se presentan las leyes secundarias que se derivarían del cambio constitucional a los artículos 27 y 28. šNo! Lo realmente grave de la propuesta gubernamental es su concepción al margen de una visión integral de nuestro desarrollo y de nuestra evolución energética futura. Lo realmente grave, asimismo, es que no contempla los nexos de interrelación con ámbitos de nuestra vida económica y social imprescindiblemente vinculados a la industria eléctrica, como el del manejo óptimo de combustibles y fuentes de generación, uso eficiente y racional de energía, respeto y protección al ambiente y a los recursos naturales, desarrollo integral de infraestructura energética, entre otros aspectos. Bastaría, por ejemplo, con leer someramente la última versión de la Estrategia Nacional de Energía, elaborada por los mismísimos Estados Unidos, para notar cómo eso de "la nueva industria eléctrica" de México está formulado fuera de toda concepción integral del desarrollo nacional. ƑQué tipo de nación queremos ser hoy, ante la nueva fase de internacionalización de la economía, la sociedad y la política en el mundo? ƑQué desarrollo deseamos y podemos impulsar? ƑQué estrategias globales nos queremos y nos podemos dar para no subsumirnos en la dinámica, terrible y salvaje de los monopolios y las grandes corporaciones internacionales, que no sólo manipulan mercados, sino que subordinan pueblos y subyugan gobiernos?

Lo grave, entonces, de la propuesta gubernamental es que no se presenta articulada con muchos objetivos sociales que tienen como esencia la búsqueda de un bienestar integral y, acaso por ello, resulta incapaz de abrir nuestros entusiasmos, nuestras pasiones y nuestras esperanzas de transformación de nuestra nación. Eso es lo grave y lo dramático de la propuesta gubernamental.