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CHILE

Se ha comprobado que la capsaicina, compuesto activo responsable de la sensación de ardor picante que experimentamos cuando nos enchilamos, puede utilizarse contra el dolor de cabeza, ya que actúa con resultados satisfactorios sobre el nervio trigémino, sin la preocupación de que se presenten efectos secundarios.

EUREKA CHILE Si al inicio de la nueva época de Lunes en la Ciencia dimos la noticia de que investigadores habían logrado clonar el gen del receptor de la capsaicina, la novedad ahora es que a partir del chile de árbol el doctor José María García Saiz, del Departamento de Química Orgánica de la Facultad de Química de la UNAM, logró una fórmula farmacéutica que controla el dolor que producen ciertas enfermedades y mejora la calidad de vida de las personas que padecen neuropatías diabéticas, artritis, neuralgias posherpéticas y otras dolencias crónicas que les impiden llevar una vida normal.

Asimismo, la fórmula actúa sobre patologías reumáticas articulares degenerativas e inflamatorias, y los ocasionados por golpes fuertes. Un beneficio adicional, dijo, es que además de quitar el dolor la articulación se desinflama y permite recuperar la movilidad del miembro corporal.

Las investigaciones de García Saiz contaron con la participación conjunta del profesor Daniel Cubillo y la doctora María del Carmen Amigo, del Departamento de Reumatología del Instituto Nacional de Cardiología, quienes estudiaron las partes principales del chile de árbol para elaborar una crema para su aplicación cutánea.

En la piel existen diferentes sensores y terminales nerviosas especializadas ųdel tipo Cų en la detección del frío, el calor, la presión, el tacto de precisión y el dolor; también existe un neurotransmisor conocido como sustancia P, que es el responsable de la transmisión del dolor.

Al aplicar la capsaicina diluida en crema en la zona donde hay molestia, se interfiere la actividad de las terminales nerviosas tipo C del organismo y se inhibe a la sustancia P, es decir, se bloquea la conducción de los impulsos dolorosos llevados por las fibras tipo C hacia el sistema nervioso central, y el resultado es la desaparición del dolor en pocos minutos. (Patricia Vega)