GALERIA Ť Raúl Antonio Aguilar Roblero
Los relojes corporales y sus ritmos biológicos
ƑEs usted un búho o una alondra? Si por la mañana despierta sin ganas de laborar, le cuesta trabajo poner atención o concentrarse, mientras que por la tarde y la noche regresan toda su energía y entusiasmo, seguramente su fenotipo es el de un búho. Si por el contrario, las primeras horas del día son las mejores para usted, definitivamente su reloj biológico está programado como el de una alondra.
El doctor Raúl Antonio Aguilar Roblero (Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, 1959), investigador del Departamento de Neurociencias del Instituto de Fisiología de la UNAM, quien se ha dedicado al estudio de los relojes del cuerpo, explica que todos los procesos biológicos que efectúa nuestro organismo, como la respiración, la reproducción o el pulso cardiaco, entre otros muchos ejemplos, tienen un ritmo circadiano, el cual se repite casi cada 24 horas.
"Todas las funciones del organismo varían a lo largo del día; en unas horas es elevado y en otras no, incluso la capacidad de concentrarse, hacer cosas complejas o realizar trabajo manual fino varía."
El investigador, quien obtuvo una maestría y un doctorado en investigación biomédica básica en el Instituto de Fisiología Celular de la UNAM, pertenece a la llamada escuela de los ritmos biológicos, fundada por Colin Pittendrigh, que se interesa en saber cómo funcionan nuestros relojes corporales, más que definirlos o clasificarlos, como en la escuela de los cronobiólogos, fundada por Franz Halbert.
"A diferencia de los cronobiólogos, nosotros estudiamos los relojes del organismo que generan los ritmos biológicos, y que se sincronizan de acuerdo con factores como la luz, la alimentación y la temperatura.
"En particular, estudio la regulación neuroendocrina de los ritmos circadianos, es decir, cómo se las arreglan el cerebro y las glándulas del cuerpo para hacer funcionar los relojes, cómo están construidos, cómo se sincronizan y también, una vez que están sincronizados, cómo regulan la función del cuerpo."
Ese conocimiento ha permitido desarrollar la terapia con luz intensa para tratar la depresión estacional o el uso de la melatonina para disminuir el llamado efecto del jet lag (sensación de fatiga y desincronización que experimentan los viajeros al pasar de una zona geográfica a otra, con el consecuente cambio de horario).
"El interés de los cronobiólogos es clasificar los ritmos biológicos en cartas llamadas cronogramas, en las que se registran los ciclos de las actividades del cuerpo. Una particularidad de ellos es que piensan que todo el organismo es capaz de medir el tiempo mediante los relojes de cada célula, y ver cómo trabajan en conjunto para entender la organización de nuestras funciones. Ese enfoque también es importante y ha permitido lograr grandes avances en la medicina."
De acuerdo con Raúl Aguilar, el concepto de que el cuerpo se regula también por factores externos y que tiene ritmos biológicos que varían, rompe con la vieja escuela de la constancia y el equilibrio del medio interno de nuestro organismo, que en un tiempo impulsó e hizo crecer a la medicina notoriamente.
Sin embargo, "hoy podría cambiar el patrón de tratamiento en las enfermedades, y en lugar de dar pastillas cada determinado tiempo para mantener los niveles constantes de la sustancia, se podría atacar sólo cuando el causante del mal sea más susceptible.
"Por ejemplo, cuando sufrimos de fiebre o un dolor, éstos pueden ser más intensos en la noche que en el día. Las células enfermas del cuerpo también tienen periodos de tiempo en los que pueden ser atacadas de manera más eficiente por tratamientos médicos si se conoce el funcionamiento de su reloj.
"Utilizando ese tipo de estudios, Franz Halbert y sus discípulos han logrado aumentar la sobrevida de pacientes que tienen cáncer muy agresivo. En lugar de aplicarles la quimioterapia en grandes cantidades y a cualquier hora, les dan pequeñas dosis cuando el tumor es más susceptible, y de ese modo han logrado aumentar la vida de pacientes, entre ellos la de la esposa de Halbert. Sin embargo, es todavía una idea que los médicos no aceptan del todo." (Mirna Servín)(Fotos: Carlos Mamahua)
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