De no haber mediado la renuncia de Rodolfo Echeverría Ruiz y de José Luis Soberanes ayer a su planilla para contender por la presidencia y secretaría general del PRI, en unas pocas semanas de marzo habrían transcurrido tres actos que mostrarían que la democracia avanza más rápido en el país de lo que a veces nos percatamos: la elección interna del PRD, la consulta del EZLN sobre los derechos indígenas y, por último, la inusual forma de selección de la directiva del tricolor que incluiría un debate público entre los postulantes.
En el debate que hubiese tenido lugar el lunes en el seno del PRI, dos hubiesen podido ser los puntos centrales: la relación entre el PRI y el gobierno federal y la política económica. En ambos tenía ventaja Echeverría. En el primer aspecto, el nombre de la planilla llevaba, como bien señaló Francisco Javier Alejo, destacado miembro de la Corriente Renovadora que dirige Echeverría, el "emblemático nombre de Autonomía y Democracia" (El Universal, 25 de marzo de 1999). Al defender la autonomía del PRI respecto al gobierno, y la necesidad de procedimientos democráticos internos para la elección de sus dirigentes y de sus candidatos a puestos de elección popular, Echeverría hubiese tenido mucha más credibilidad que José Antonio González Fernández, que se hubiera visto obligado a sostener tesis que sonarían falsas, dada su designación por el dedo mayor.
Echeverría hubiese tenido también gran ventaja al discutir la política económica. González Fernández habría estado con las manos amarradas en este tema, ya que habría tenido que defender al ciento por ciento la política de Zedillo. Hubiese tenido que defender, contra las disposiciones internas del PRI, la privatización del sector eléctrico; defender el apoyo irrestricto a los banqueros, la eliminación del subsidio a la tortilla, la desaparición de Conasupo, la reforma a la seguridad social, el TLC, entre otras muchas medidas anti-populares. En pocas palabras, hubiese tenido que defender el modelo neoliberal que la mayoría de los priístas rechaza. En cambio, Echeverría hubiese esgrimido las incisivas críticas al neoliberalismo contenidas en el documento de la Corriente Renovadora, titulado Hacía una política económica con sentido social. González Fernández no habría podido contestar la certera crítica al neoliberalismo ahí contenida: "La petición de principio en el paradigma neoliberal consiste en suponer que todos los actores participantes en el mercado tienen la misma oportunidad en todo momento. Es indudable que la lógica de los mercados es ciega respecto a la asimetría entre los actores participantes en los mismos, y que no existe ningún elemento interconstruido en ella que permita compensar de manera automática dichas asimetrías. Lo usual es que suceda lo contrario, o sea que las asimetrías tiendan a acentuarse" (p.25). Para mayores detalles del contenido de este documento, el lector puede consultar mi artículo, en este mismo espacio: El PRI y la política económica (5 de marzo de 1999).
Echeverría Ruiz habría ganado conceptualmente, a los ojos de la opinión pública, el debate, aunque ello no habría significado ganar la elección en la que sólo votará la cúpula del PRI. La mayoría habría obedecido, de todas maneras, la orden de Los Pinos y habría votado por él. Sin embargo, el triunfo conceptual habría fortalecido a la Corriente Renovadora y al grupo Galileo.
La importancia del retiro de la planilla Autonomía y Democracia, que deja la elección de la semana próxima en el absurdo de una sola planilla, será crucial en la definición de la postura que hayan de adoptar estos grupos para el 2000. En efecto, tal como lo señala Francisco Javier Alejo, la "democracia interna alcanza su mejor expresión cuando el partido elige a todos sus dirigentes, a todos los niveles, incluido su comité ejecutivo general, con procedimientos democráticos, o sea voto universal y secreto y sin influencias externas. La elección democrática de los candidatos a puestos de elección popular es una consecuencia, la causa eficiente es la elección democrática de los dirigentes" (El Universal, 25 de marzo de 1999).
Resultando tan central la democracia en la elección de los dirigentes para la Corriente Renovadora, la falta de condiciones para una contienda equitativa alegada por Echeverría para retirarse, que prefigura lo que ocurrirá con la elección del candidato presidencial del PRI, lo que vendría a fortalecer las posibilidades de la alianza opositora que Cárdenas ha estado promoviendo para el 2000.