Marco Rascón
La vergüenza

La vergüenza se convierte en cinismo cuando nos acostumbramos a vivir con ella.

No hacer nada para acabar con la vergüenza hace de su tolerancia un acto desvergonzado. Querer tapar la vergüenza con falsas vergüenzas es el camino de los cínicos y la coartada imperfecta de los responsables de las vilezas, y por eso, aunque ahora cueste, la anulación sería la base para una verdadera cultura democrática.

El PRD está lleno de vergüenza, pero también de sinvergüenzas que no sólo son responsables de las violaciones, sino que además descaradamente pretenden invocar la legalidad, cuando son los que sistemáticamente la han violado, caso principalmente de Jesús Ortega y Amalia García, que demandan castigo a unos cuantos "chivos expiatorios" previamente negociados (algún lechero de Dolores Padierna), así como resultados al Servicio Electoral que ellos mismos interrumpieron.

Cabe señalar hoy que, visto en conjunto, lo que mejor funcionó en la elección fue el PREP del Servicio Electoral y que éste paró cuando las irregularidades, robo de urnas e introducción fraudulenta de votos en Chiapas, Jalisco, Puebla y Campeche impidieron concluir los resultados. La caída del sistema no fue a causa de la organización técnica del Servicio Electoral, sino responsabilidad de los operadores de Jesús Ortega y Amalia García, que todavía el miércoles seguían votando en estos estados a través de las estructuras electorales copadas por ellos mismos. A decir verdad, el PREP les estorbó ƑQué hubiera sido de la elección sin este instrumento público, donde todos fuimos testigos del aumento grotesco de cifras hasta el miércoles 17 de marzo? Con esto no se funda una "Nueva República".

Las proclamas de triunfo sobre un montón de inmundicias describen el tamaño de lo que le esperaba al PRD con una dirección integrada por los grupos que violentaron el proceso, forzaron la legalidad interna, practicaron el clientelismo y la falta de ética y vendieron a los adversarios no sólo su propia imagen rijosa como candidatos, sino además los principios mismos del partido. ƑPor qué en la balanza de la legalidad del PRD pesan más los intereses de estas sectas incapaces de ganar una elección con ideas, que los principios mismos y la legalidad del partido? ƑHasta dónde hay que defender estos vicios privados? La vergüenza no basta como actitud frente a la ilegalidad, pues los errores, hoy, tienen dimensión histórica, si no se corrigen a tiempo y a fondo.

ƑEn la vergüenza de Jesús Ortega, Amalia García, Laura Castillo y Héctor Sánchez se incluye la violación al artículo 19, III de los estatutos? ƑDesde ahí proponen que empiece a limpiarse la elección? ƑO para ellos "limpiar la elección" debe ser sólo para lavar los votos de un proceso viciado? ƑDe qué le sirve al PRD una dirección que dejará un precedente donde todo lo ilegal se habrá legitimado? Tanto el PRI como el gobierno federal siguieron y actuaron activamente en el proceso interno a favor de unos y otros, algunos incluso se presentaron frente a Francisco Labastida en busca de aprobación y reconocimiento. ƑEsto será parte también de la vergüenza?

En respeto a todos los militantes que participaron y todos los votantes, el pronunciamiento del Comité Ejecutivo Nacional abriendo la posibilidad de la anulación, independientemente de su responsabilidad, es un signo positivo que sólo podrá resolverse en un congreso con delegados que sean todos elegidos y refrendados por la base del partido. En ese congreso general extraordinario deberá terminar la elección de la dirección por planillas y tendrá que surgir un presidente nacional capaz de representar el reto del PRD, y que no puede ser ninguno de los actuales candidatos, que pusieron en riesgo los principios y la legalidad.

En esta elección hubo dos tipos de irregularidades, que deben ser tratadas de distinta manera: uno, las provocadas por la falta de una estructura capacitada para la instalación de más de cinco mil casillas en todo el país, y el otro, las derivadas de la cultura priísta, el fraude maquinado, la infiltración de las planillas en los órganos electorales y las mesas de votación, que pretendieron dar golpe de mano a los resultados violando la expresión de las urnas. Para esos, la expulsión del PRD deberá ser inmediata, porque aquí, en estas definiciones se juega el futuro del PRD y el tipo de partido que es y será.

Anulando la elección, convocando a congreso general extraordinario en mayo y eligiendo delegados democráticamente, el PRD puede terminar no sólo con la vergüenza, sino recuperar el tiempo perdido. Si el PRD reforma su estatuto acabando con los derechos de los grupos e integra una dirección con sus mejores mujeres y hombres, estará en condiciones de la disputa por el nuevo rumbo de México. Pretender esconder en una falsa unidad las irresponsabilidades de quienes manejaron el partido sin control durante estos últimos seis años, administrando una fuerza política que ni entienden ni respetan, sería pasar del montón de inmundicias al naufragio, pues para ganar la Presidencia de la República se necesita una fuerza política organizada y estructurada, y no en manos de quiénes hoy han puesto en peligro la credibilidad en el PRD.

Dependiendo de cómo se asuma, esta no es la crisis del PRD, sino de los mediocres. La vergüenza de los votantes frente al espectáculo de quienes pretenden dirigirlo debe resolverse planteando el problema de fondo: la artificialidad de esos liderazgos creados en la burocracia y que carecen de compromiso real con la lucha por la democracia en México La crisis es de ellos y por eso, con la anulación hay que deslindar al PRD, su historia y sus principios, de los desvergonzados que le han provocado esta disyuntiva y esta vergüenza.

 

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