n Asume el fabricante compromisos para corregir anomalías en la producción
Autoriza la Ssa a la envasadora de leche Betty reanudar su venta
n Reiniciará operaciones el 5 de abril n La Profeco mantendrá una vigilancia estrecha
Con el compromiso de corregir las anomalías en las que incurrió en la elaboración de la formula láctea Betty, el propietario de la empresa Superlechería, SA de CV, Carlos Juárez Martínez, ofreció a las autoridades erradicar y controlar en sus instalaciones la fauna nociva, instalar mallas mosquiteras, mantener los sanitarios limpios, secos, desinfectados, con suficiente papel y jabón, dotar de cubrepelo y tapabocas a todo el personal --al cual se le prohíbe portar relojes, joyas y ani- llos--, además de preservar la materia prima de cualquier tipo de contaminación, entre una larga serie de compromisos que adquirió para que se le permita nuevamente comercializar el producto.
En un texto enviado a la Secretaría de Salud (Ssa), el empresario aceptó que ''ciertamente mi producto no cumplía con el contenido'' que se indicaba en el empaque, y expresa que ''ya no se ostentan imágenes prohibidas ni informaciones incorrectas'' en relación con la impresión de una vaca en su presentación.
El producto, que era ofrecido en su programa de abasto por un grupo de diputados locales del PRD, podrá ser nuevamente comercializado una vez que la Dirección General de Control Sanitario de Bienes y Servicios de la Ssa decidió autorizar a la empresa producirlo nuevamente, al asumir la compañía el compromiso de cumplir con los requisitos de ley.
En tanto, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) determinó suspender temporalmente la prohibición que había impuesto desde el pasado 28 de enero a la comercialización de la fórmula en todas sus presentaciones a nivel nacional. Esta decisión se produjo luego de que el administrador general de la empresa acordó con la dependencia que se realicen las pruebas al producto, si se considera necesario ''cada semana, para comprobar que cumple con la normatividad''.
Por lo pronto, cuando reinicie la producción el próximo 5 de abril, la Subprocuraduría de Verificación y Vigilancia de la Profeco recabará nuevas muestras para analizar la calidad del producto, ''apercibido de que en caso de que de las pruebas se desprenda incumplimiento a la normatividad, continuará la prohibición de la comercialización a nivel nacional sin perjuicio de las sanciones aplicables por violaciones a la Ley Federal sobre Metrología y Normalización'', indica un oficio de la Profeco.
Entre otros puntos, en su texto del 23 de marzo pasado, Juárez explica que la regularización se llevó a cabo ''a través de un gran esfuerzo'' y explica que se realizó la remodelación, mantenimiento y limpieza de las cámaras de almacén; se cubrieron todos los claros de puertas, ventanas y coladeras y se dispuso de un área para el depósito de basura con recipientes de tapas limpias.
''Se cuenta con un contrato para erradicación y control de fauna nociva y se instalaron mallas mosquiteras y aparatos insectronics en todas las áreas del proceso'', además que se elaboraron manuales de procedimientos y un programa de control de plagas que antes no existía.
No sólo a las instalaciones se les dio mantenimiento, las indicaciones en el empaque también fueron corregidas y en este momento ya incluye una leyenda preventiva, la identificación del lote, fecha de caducidad, lista de ingredientes ''y por si fuera poco, ya no se ostentan imágenes prohibidas ni informaciones incorrectas''.
Hace dos meses, cuando se hizo público el estado de descomposición de la formula, Juárez sostuvo que no violaba alguna norma y se apoyó en las declaraciones de diputados del PRD que la distribuían. Se mencionó que a Betty se le iba a mantener entre los productos del programa de abasto popular, pero finalmente fue retirada del mercado y del programa perredista.
Luego de que el 27 de enero un análisis de los laboratorios de Liconsa reveló que el lácteo estaba contaminado con heces fecales, además de que no cumplía con el contenido de proteínas, grasa, caseína y sólidos no grasos que establece la Norma Oficial Mexicana (NOM), ni con el contenido de proteína y grasa declarada en la etiqueta, la Profeco determinó suspender de manera preventiva su línea de producción y asegurar la materia prima para su elaboración.
Esta medida motivó la protesta de los diputados involucrados en el programa perredista de abasto, como Martí Batres, Miguel Bortolini Castillo y Eliab Mendoza Gallegos, quienes acusaron al procurador del Consumidor, Roberto Campa, ex presidente del PRI capitalino, de actuar ''con tintes políticos''.
Ahora el administrador general de Superlechería --empresa ubicada en Ex Hacienda de San José, Puente Grande, Km 5.5 de la carretera Cuautitlán-Teoloyucan, en Cuautitlán Izcalli, estado de México-- luego de obtener el permiso de comercialización, también solicitó a la dependencia del gobierno federal ''se me condone o cuando menos se me reduzca la sanción económica que me ha sido impuesta''. (Angel Bolaños)