PAGINA 9 Ť Lourdes Galaz
Decires de políticos y fallos de juristas
* Guerrero, un caso más del deficiente marco jurídico electoral * En el PRI, irredento, nada cambia * Santa Inquisición en el PRD * Desde la víspera fue previsible la anulación de los comicios internos
Hay efervescencia en el perredismo. Las acusaciones y los dimes y diretes entre los candidatos y la directiva partidista no terminan. A unos se les denuncia como responsables de las prácticas fraudulentas. A otros se les acusa por abandonar su responsabilidad en el relevo
Ante el pleno de la Cámara alta, el senador Félix Salgado Macedonio anunció que llevará el caso Guerrero hasta foros internacionales. Antes, el 14 de marzo, habría dicho (así lo publicó La Jornada) que aceptaría la derrota si el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación demostraba con argumentos legales la victoria de René Juárez Cisneros. Decires de político.
El tribunal resolvió a favor del PRI. El magistrado José Luis de la Peza reconoció, luego del fallo, que los partidos son incapaces de presentar un alegato jurídico con todas las de la ley, y que las pruebas que aportan no sostienen fehacientemente la denuncia. Además, urgió a homologar las normas electorales estatales con la legislación federal, con el fin de que el juzgador y las partes en conflicto cuenten con sistemas y medios de impugnación más claros y eficientes.
El de Guerrero fue un caso más de las deficiencias del marco legal en materia de elecciones, que en los estados (salvo en Hidalgo y Campeche) no estipula, por ejemplo, los medios de impugnación que establece el Código Federal, lo cual hace jurídicamente imposible que procedan las denuncias por fraude. Recientemente, el tribunal falló en contra del PRI, derrotado en las elecciones de Tlaxcala. Los priístas perdieron con las mismas reglas electorales que impusieron para evitar que las quejas de la oposición prosperaran. Se ratificó el triunfo de Alfonso Sánchez Anaya, candidato de la alianza PRD-PT.
Sobre el mismo tema, pero en el ámbito partidista, ayer Luis Felipe Bravo Mena, henchido de orgullo, llamaba la atención sobre la normalidad democrática de la renovación de la junta directiva del PAN. El nuevo líder blanquiazul analizaba los incidentes de los cambios en otros partidos; concluía que si sus adversarios políticos no pueden ser fieles a la democracia en lo poco, menos lo serán en lo mucho. Decires de político.
Ya hay nueva directiva en el PRI y nada cambia: los priístas, irredentos, siguen en el mismo lugar y con su misma gente. Sin más, José Antonio González Fernández asegura que su partido no recibe órdenes de Los Pinos y que sólo atiende los comentarios con buen juicio que le hace Ernesto Zedillo, un priísta distinguido por el que votaron 17 millones de mexicanos. Y ahora que lo confirmaron en la presidencia de su partido, Pepetoño ofrece que la relación del PRI con el gobierno no será de dependencia, de sumisión, aunque eso sí, será muy eficaz. Lo que usted ordene, señor. Decires de político.
El PRD y su crisis del cambio ya están en manos de la Comisión Nacional de Garantías y Vigilancia. Unos inducen a cuidar las formas, terminar con el escándalo y tomar una decisión política. Otros hacen política y exigen una resolución sustentada en la legalidad. Hay indicios de que esa comisión no está dispuesta a dejar de ser el órgano jurisdiccional (así dicen los que saben de leyes), como establecen los estatutos perredistas, para ofrecer una solución política. Alguien dijo: "Somos gente seria y actuaremos en consecuencia". Decires de político.
Los perredistas sometieron a consulta nacional la elección de sus dirigentes. Más de 600 mil ciudadanos, sin credencial de militante la mayoría, acudieron de buena fe a las urnas. El proceso resultó con vicios de origen y los responsables no cumplieron las expectativas democráticas de militantes, simpatizantes y público en general. El Comité Nacional del Servicio Electoral, presunto responsable de todo el desarrollo de la consulta, propuso la anulación de sus resultados. Para algunos, la Comisión de Garantías jugará el papel de la Santa Inquisición en estos días de guardar. Los perredistas esperaron el arribo de Cuauhtémoc Cárdenas para que tomara cartas en ese asunto. El pasado lunes, desde temprano se inició la pasarela por el parque de Polanco. Como en la víspera, el líder moral del perredismo puntualizó que la directiva actual tiene la responsabilidad de salvar el problema, cuidando siempre la institucionalidad. Decires de político.
Los contendientes documentaron sus impugnaciones al informe del Servicio Electoral, entregado al órgano jurisdiccional sin concluir la revisión del ciento por ciento de las actas ni haber dado a conocer el cómputo final y mucho menos al virtual triunfador. Son tantas las anomalías, se dice en el informe, que es pertinente la anulación de todo el proceso. Hay efervescencia en el ambiente perredista. Las acusaciones y los dimes y diretes entre los candidatos y la directiva partidista no terminan. A unos se les denuncia como responsables de las prácticas fraudulentas. A otros se les acusa por abandonar su responsabilidad en el relevo.
Revelan que el CEN aprobó un presupuesto de 160 mil pesos mensuales (de enero a marzo) para la operación del Servicio Electoral, y que no se dispuso de esos recursos. Se presupuestaron 8 millones de pesos para los gastos del proceso (boletas, personal, equipo y otros requeridos para el día de la elección) y sólo se habrían entregado 5 millones al Comité Electoral, de los cuales la mitad se envió a los estados para financiar a los comités locales del servicio. Para las campañas de proselitismo se repartieron sólo 600 mil pesos entre las nueve planillas. Total: el CNSE habría ejercido 1.9 millones de pesos para papelería, instalación, vigilancia y escrutinio de unas 5 mil 700 mesas de votación.
Ese asunto también será revisado por la Comisión de Garantías, además de las pruebas con las que el Comité Electoral documenta las irregularidades en 28.5 por ciento de las casillas, al igual que las impugnaciones que presentaron las planillas contendientes al informe del CNSE y al proceso electoral en su conjunto. Desde la víspera, se esperaba que los resultados de la elección fueran anulados, como se decidió hace una semana cuando el Servicio Electoral presentó la propuesta ante el pleno del Comité Ejecutivo Nacional perredista.
En estos tiempos de rezos y penitencias, que se haga lo que Dios quiera. Decires de político. Y si los políticos saben contar, que no cuenten con uno. En estos días de santa paz, todos felices nos vamos a la playa. šVale!