La Jornada jueves 1 de abril de 1999

ASTILLERO Ť Julio Hernández López

Apenas tiene descanso el furor futurista. Semana Santa y Semana de Pascua serán oportunidades de retomar fuerzas, de preparar estrategias y de entrar de lleno en el ritmo político que ya no tendrá reposo real durante largo tiempo.

 

Aún así (santos y de recogimiento que son los días que corren), la maquinaria sigue incesante en la acumulación de datos, de hechos, de variables que resultarán definitorias en el tramo final.

 

Así se tiene a Mario Villanueva Madrid en la antesala de la cárcel, como una forma de recomponer la situación política de Quintana Roo y de maquillar la cara frente a los inquisitivos ojos del vecino del norte.

 

Por otro lado, hoy, en Guerrero, se trazarán líneas sustanciales para entender el futuro inmediato. La fuerza, por un lado, la pasión por otro. La legalidad concluyente, por un lado, la lucha democratizadora, por el otro.

 

Y en el PRD avanza la línea de la limpieza ética. El jaloneo interno es aparatoso, pero al partido del sol azteca no le quedan muchas alternativas luego del penoso espectáculo de las trampas internas.

 

El PRI, por su parte, se regodea frente al espejo suponiendo que su capacidad de quitar y poner líderes mediante el simple manejo del dedo adecuado es un preámbulo del exitoso accionar con el que acaso se nombraría al próximo candidato presidencial.

 

En el PAN, mientras tanto, las discrepancias internas no parecen afectar la ruta despejada por la que transita Vicente Fox.

Mientras PRI y PRD batallan con sus procesos internos, el partido blanquiazul avanza en su campaña abierta por todo el país.

Otros personajes importantes, como Roberto Madrazo y Manuel Bartlett, se mantienen agazapados, oteando, a la espera de la oportunidad de cobrar cuentas.

 

Por lo pronto, todos descansarán, o harán que descansan, tomando fuerzas para el tramo siguiente de la apasionada lucha de fin de milenio por el poder mexicano.

 

Guerra jurídica prolongada

 

La mayoría dominante de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal ha vivido en semanas recientes un abierto acoso político y jurídico con el que se pretende doblegar la tarea de recomposición y corrección que han ido desplegando Martí Batres y los diputados perredistas de la capital del país.

Sujeta a un régimen legal insuficiente y enfrentada de golpe a una realidad diseñada especialmente para disfrazar los actos de autoridad emanados del priísmo, esa mayoría perredista ha ido demoliendo (con desgastes y erosión de su propia figura, como costo obligado de toda labor de transformación profunda) el aparato estructural del que, por ejemplo, hizo peculiar y abusivo aprovechamiento la administración de Oscar Espinosa Villarreal.

 

Signos claros de esa campaña de desgaste son los lances de índole jurídica al que han sido sometidas las iniciativas perredistas más trascendentes. Un ejemplo claro se ha vivido en el caso de las instituciones de asistencia privada, cuyo cacicazgo emparentado con el priísmo ha desatado cuanto artilugio le ha sido posible para demeritar la importantísima decisión de desmontar tales grandes negocios fincados en la caridad y el altruismo.

 

Situaciones similares se han desarrollado en otros temas candentes. Allí está, para muestra, el asunto de doña Araceli Pitman, la funcionaria nombrada durante el régimen de Oscar Espinosa (para encargarse de supervisar desvíos de los fondos públicos y promover sanciones a los responsables) que ha revirado con energía contra la decisión legislativa de convertir la responsabilidad individual en un acto colegiado. Otros pataleos se han dado en designaciones de magistrados y de otros funcionarios, como en el caso del Tribunal de lo Contencioso Administrativo.

 

En el fondo se trata de la lucha de la estructura priísta contra la remodelación ejecutada por el perredismo. La asamblea legislativa de la capital tiene la delicada función de dar el marco legal propicio para que el nuevo ejercicio del poder pueda enmendar errores y desviaciones históricas y sentar las nuevas bases democráticas y participativas de la actividad oficial. Impugnando de manera reiterada las decisiones emanadas de la nueva conformación del poder capitalino, los priístas creen que están creando las condiciones políticas para revertirlas en cuanto pudiesen retomar el control. Impugna, recurre, ampárate, que algo quedará, parece ser la conseja tricolor.

 

Entre la balacera desatada por los adversarios de esos cambios reales, conviene tener presente las historias, el talante y los propósitos de tales pistoleros, para así entender mejor las razones y los objetivos de esa guerra jurídica sistemáticamente desarrollada contra la mayoría perredista de la capital.

 

Astillas: Esta columna tiene el beneplácito de presentarse ante sus lectores aún estando ya de vacaciones. Tan insólita vocación laboral ha sido propiciada por complicaciones logísticas a cuyo alivio ha concurrido Astillero con la presente entrega , después de la cual, efectivamente, dejará de publicarse hasta el venidero lunes 12 de abril... Le asiste plenamente la razón a Andrés Manuel López Obrador cuando menciona que los conflictos internos por la presidencia nacional del PRD afectaron las posibilidades de defensa de los casos de Quintana Roo y Guerrero. El problema no se circunscribe , sin embargo, a tales demarcaciones, sino que está afectando también el posicionamiento del partido del sol azteca rumbo a las elecciones presidenciales del 2000... Mariano Palacios Alcocer fue marcado por aquel impúdico reconocimiento hecho en su momento por la famosa Güera Rodríguez Alcaine, a la salida de Los Pinos, de que el presidente Zedillo había usado el famoso dedo para nombrar al queretano como nuevo dirigente priísta. Ahora, José Antonio González Fernández ha sido igualmente etiquetado de manera negativa debido a las formas con las que se despidió a Palacios y con las que se impuso al citado ex secretario de Trabajo. Será interesante ver si Pepe Toño, como llaman sus amigos a José Antonio, conforma un equipo de trabajo con el que tienda puentes de comunicación con grupos dolidos por los manejos presidenciales de los días recientes, y logra restaurar la confianza y el ánimo de sus correligionarios...

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