n Reveló Karl Malden a Daily Variety


Marlon Brando rehusó entregar el Oscar honorario a Elia Kazan

n El actor reprochó al cineasta el que hubiera sido un ''soplón''

Reuters, Hollywood, 31 de marzo n El legendario actor Marlon Brando se negó a entregarle el Oscar honorario por su exitosa carrera a Elia Kazan porque, dijo, el cineasta había sido un ''soplón" al delatar a personajes de Hollywood que, como él, pertenecieron al Partido Comunista.

Karl Malden, dirigente de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas, reveló al columnista Army Archer en Daily Variety que le había pedido a Brando que asistiera esa noche a la ceremonia para homenajear al realizador con quien trabajó en Un tranvía llamado deseo, Nido de ratas y šViva Zapata!

El ofrecimiento se lo hizo aun antes de llevar la propuesta a la junta de gobernadores de la Academia, porque sabía que la iniciativa iba a ser aprobada ųcomo sucedióų por unanimidad.

Sin embargo Brando se rehusó a participar y la estatuilla, finalmente, le fue entregada a Kazan por Martin Scorsese y Robert De Niro durante un tenso momento de la ceremonia, en la que actores como Nick Nolte y Ed Harris se mantuvieron sentados sin aplaudir.

Malden, quien sigue defendiendo su decisión de proponer a Elia Kazan para ese premio, dijo que consideró que Brando aceptaría entregar el galardón porque, le recordó al columnista, había aprobado su participación en las citadas películas.

''Me decepcionó y sigo decepcionado por su decisión, pero haría cualquier cosa por trabajar con él, pues fue un honor trabajar con ese genio", señaló el también actor.

Rememoró los días anteriores a la realización de las audiencias de la Comisión de Actividades Antiestadunidenses de la Cámara de Representantes:

''Todos los días me preguntaba si yo sería el próximo que llamarían a declarar. Gracias a Dios que no me llamaron. No puedo decir ahora lo que hubiera hecho entonces".

Malden aludió a la repercusión que tuvo el testimonio de Kazan, respecto de su amistad con Arthur Miller, pues la política logró separar a dos hombres brilantes y, finalmente, la única víctima fue el teatro estadunidense.