Héctor Aguilar Camín
Las elecciones del PRD
Las elecciones de presidente del PRD de 1999 que acaban de anularse fueron tan irregulares como las de 1996. Ese año se registraron anomalías en 39.1 por ciento de las casillas, contra 38.3 por ciento en 1999. (Reforma, 3 de abril de 1999) ƑCuál fue la diferencia?
Una diferencia es que en 1996 el servicio electoral interno del PRD consideró las anomalías errores de organización, y en 1999 las consideró causa de anulación de votos. La autoridad electoral perredista de 99 encontró anulable 29.1 por ciento de las casillas, suficiente para cancelar las elecciones, ya que una norma interna del PRD asume, como el IFE para las elecciones federales, que más de 20 por ciento de casillas irregulares obliga a anular toda la elección.
La otra diferencia es que en el 96 hubo un ganador por avalancha, Andrés Manuel López Obrador, con 74 por ciento de los votos. López Obrador tuvo 530 casillas "zapato" a su favor, 20 por ciento de la elección total. Su ventaja fue impugnable pero abrumadora. En el 99, el virtual empate de los posibles ganadores elevó la presión sobre la urgencia de limpiar la elección, pero al limpiarla, las irregularidades eran tantas que hubo que anularla. Habrá que concluir que los sistemas electorales internos del PRD sirven sólo para candidatos que arrasen. Si la elección es competida, las irregularidades son inaceptables.
Lo cierto es que el PRD se ha puesto algunas normas democráticas que no puede cumplir, normas del nivel del IFE pero sin la estructura institucional ni los recursos financieros del instituto. Este es un monumento de imparcialidad construido por nuestra sospecha electoral. Así nos cuesta, y así de inobjetables han de ser sus resultados. Ningún partido político puede construir una maquinaria de ese tamaño y costo. No obstante, los partidos políticos de oposición están atrapados en el laberinto de sus propias exigencias: han de tener elecciones internas tan universales, transparentes e inobjetables como las que le exigen organizar al IFE.
El PRD se cuenta entre los partidos que más exigen transparencia y garantías electorales, atribuyendo toda la maldad en esa materia al PRI-gobierno y erigiéndose en garante público contra las perpetuas manipulaciones de los malos. La realidad, como lo demuestran las elecciones del PRD, es que los malos existen en todas partes, y que tienden a multiplicarse en ausencia de reglas claras y contenciones institucionales suficientes.
El PRD ha hecho de la necesidad virtud y ha enfrentado el temporal anulando las elecciones de sus dirigentes. Pero quizá el mal está más adentro y lo que hay que corregir no son sólo estas elecciones sino los procedimientos internos que las hicieron posibles. Quizá no sea tanto un problema de convicciones como de reglas.
ƑPor qué los perredistas no hicieron trampas en las elecciones federales del 94 y del 97 y sí en sus elecciones internas de 1996 y 1999? Por la misma razón que los mexicanos forman filas ordenadas en otros países y no las forman en México. Por falta de reglas aceptadas que ordenen el comportamiento de las personas, y por falta de práctica colectiva de esas reglas, hasta que se vuelven rutinas de esa segunda naturaleza que es la cultura democrática.
Ha quedado claro que las normas internas del PRD no pueden contener a sus manipuladores. ƑPor qué? Acaso porque se exigen demasiado. Se plantean elecciones universales que en rigor no pueden organizar ni controlar. El PRI ha probado también la fórmula. Parece haber admitido que no podrá ponerla en práctica para la elección de su candidato presidencial. Por lo pronto ha vuelto a sus métodos probados para elegir a su dirigente nacional. Esos métodos provocan críticas y burlas, pero no tantas ni tan devastadoras como las que han provocado las elecciones democráticas del PRD entre los propios perredistas contra su partido.
El hecho es que ni el PRD ni el PRI han podido hacer elecciones internas abiertas sin altos costos. ƑPor qué el PAN sí puede? Porque sus normas electorales internas son menos exigentes y porque las vienen practicando desde hace mucho tiempo.
El PAN elige a sus candidatos y dirigentes en asambleas de delegados cuya elección local es una vieja costumbre. Si el partido blanquiazul se metiera a hacer elecciones universales, se metería probablemente en tantos líos como se han metido el PRD y el PRI desde que empezaron con esa modalidad.
En el lema lleva el PRD la confusión: Democracia ya, patria para todos. Tal como lo demuestran los líos de sus propias elecciones internas, la democracia no se instaura ya, no madura por voluntad y decreto. La democracia es una construcción lenta, engorrosa y cara, que nadie puede sacarse de la manga por insobornablemente democrático que sea.