n No puedo pintar sentada como si una pistola me apuntara a la cabeza, dice
Con el baile, Mary Stuart se convirtió en otra artista
Merry Mac Masters n A quienes se acostumbraron a las escenografías fantásticas, con elementos naif y de lectura fácil que animaban las pinturas de Mary Stuart (Providence, EU, 1951), les espera una sorpresa. Aquellos cuadros de pincelada precisa y detallada ''pintados a la perfección" quedaron en el pasado. Es casi como si se tratara de ''otra" artista. Para esto Stuart se remonta a su exposición de 1995 en la Galería de Arte Mexicano: ''Todo marchó bien, yo estaba contenta, pero de repente me sentí sofocada, como que había hecho la última pieza que quería en ese estilo".
Su obra anterior había sido laboriosa. Cada pintura era un ''trabajo de amor", ya que tardaba de cuatro a seis semanas en su realización, como si fuera una ''meditación en sí", por lo tardado. Así lo quiso durante muchos años y estaba bien. Luego algo pasó, no sabe exactamente qué.
Tal vez tenga que ver con que después de la muestra del 95, Stuart dejó de pintar una temporada y se puso a aprender diferentes clases de baile. De momento dejar atrás la soledad del estudio en favor de una actividad colectiva le resultó divertido. Quizá, dice en entrevista, el movimiento ''permitió abrirme y escuchar". Recuerda que pensó:
''Me estoy divirtiendo tanto con el baile que tiene que ser igual en la pintura. Mi obra tiene que ser más entretenida o mejor ya no regreso a trabajar. Diversión, no en el sentido frívolo porque, incluso, mi trabajo se ha vuelto más serio, sino que ya no puede ser sombrío. No puedo estar sentada pintando como si una pistola me apuntara a la cabeza."
En eso un colega le enseñó una técnica para pintar de los ''viejos maestros" que parte del huevo, seguido de los aceites. Vino a ser una técnica menos ''controlada", que le agradó porque ya podía dejar mucho a la casualidad. Incluso, podía mezclar las técnicas.
''En vez de hacer sólo un gouache, le aplicaba pastel y si no me gustaba el pastel, bueno, vaciaba otra cosa encima porque no importaba.
''Una equivocación ya no lo era. Incluso, sentía tal grado de libertad que si realmente no me agradaba podía tirarlo a la basura sin que me importara porque había pasado muchos años haciendo cuadros que eran laboriosos y estaba cansada del detalle y la planificación."
Ahora Stuart está en posibilidades de disfrutar más de los materiales aunque fuera un periódico o un colorido pedazo de plástico rescatado del bote de la basura.
Algunas de sus obras tienen un distintivo aspecto oriental. ''No sé a qué se atribuye ųdiceų. Tenía unos periódicos chinos porque hace unos cinco años fui a Hong Kong para visitar a mi hermana. Me los traje de regreso porque visualmente me llamaron la atención por lo gráfico. Además, los caracteres chinos son considerados una forma de arte".
Es la primera vez que Stuart hace escultura: ''Cuando realizó los nuevos trabajos en papel muchos amigos míos que son escultores dijeron que éstos estarían perfectos en escultura. Sentí que eran formas divertidas. Luego, un amigo me enseñó cómo trabajar la cera perdida. Las pequeñas camas y los abanicos provienen de los cuadros que, cuando los pinté, dije, éstos se verían muy bien en escultura. Así que los hice en bronce. Descansan sobre largas mesas a manera de base. Para mí no había límite. Si quería hacer algo, no paraba hasta que lo conseguía. Si no sabía cómo, aprendía".
Su obra, entonces, se hizo más manual. Roto del distanciamiento que impone el pincel, Stuart se sintió libre para rasgar, pegar y cincelar. Por ejemplo, hay figuras realizada en papel que no fueron dibujadas y recortadas, sino ''rasgadas", claro, por unas manos que sabían lo que estaban haciendo.
Al respecto, el crítico de arte Luis-Martín Lozano escribe:
''Paso a paso, los objetos y personajes (de Stuart) sufrieron mutaciones graduales, deformando y alargando sus proporciones hasta romper el esquema compositivo de aquellos espacios metafísicos racionalmente trazado. En seguida, formas y animales se confundieron con su misma sobra, separándose de la tela para adquirir volumen y proyección". En efecto, su trabajo anterior se liga con lo nuevo mediante algunos de sus motivos.
''Me he dado cuenta que al pintar lo que veía en el exterior, en realidad expresaba más y más lo que sentía dentro de mí."
(Mary Stuart, obra reciente, exposición de 49 obras, entre técnica mixta, óleo, gouache, dibujo, tinta china, papel, collage, grabado, tapiz y escultura, se exhibe hasta el 9 de abril en la Galería de Arte Mexicano, Gobernador Rafael Rebollar 43, San Miguel Chapultepec.)