La transfusión de sangre no siempre ha estado ligada a la conservación o al rescate de la salud, sino también a la esperanza de revitalizar con ella el cuerpo o calmar un temperamento demasiado melancólico. En la sangre ajena algunos piensan encontrar claves para el bienestar propio.
1492 El Papa genovés Inocencio VIII bebe la sangre de tres mancebos con la intención de rejuvenecerse, convencido de encontrar en ella la fuente de la eterna juventud.
1628 El médico inglés William Harvey descubre la circulación de la sangre.
1965 La primera transfusión exitosa ocurre en Inglaterra, donde el doctor Richard Lower transfiere sangre de un perro a otro.
1667 El médico francés Jean Baptiste Denis refiere el caso de un hombre que se volvió psicótico por una decepción amorosa, y del tratamiento que él le aplicó para curarle sus violencias y melancolías transfundiéndole sangre de ternera, la cual podía con su suavidad y frescura apaciguar el calor y la ebullición sanguínea de aquel hombre desesperado.
1668 Luego de dos intentos más del doctor Denis por curar una fiebre persistente y los ataques de locura de un hombre de 34 años mediante sangre animal, y de sus resultados funestos (el hombre muere dos meses después), el Parlamento francés prohibe el recurso a la transfusión sanguínea.
1818 Un obstetra londinense, James Blundell, realiza la primera tranfusión sanguínea documentada de un ser humano a otro. Le extrae del brazo cuatro onzas de sangre a un hombre, para después transfundirla, mediante una jeringa, a su esposa, quien sufría una hemorragia posparto. Entre 1825 y 1850 realiza diez transfusiones más (sólo cuatro de ellas exitosas), y diseña varios instrumentos para perfeccionar su método. Otros médicos intentan dicha práctica en mujeres con hemorragia post-parto, pero los resultados son poco satisfactorios, pues se desconoce aún la incompatibilidad inmunológica, se carece de anticoagulantes y de métodos seguros para efectuar dichas intervenciones.
1845 Se inicia en México la práctica y el estudio de la transfusión sanguínea.
1900 Karl Landsteiner identifica los grupos sanguíneos humanos.
1903 Los médicos Recartello y Sturli descubren el grupo ABN y disminuyen así las posibilidades de incompatibilidad al tipificar a los participantes en la transfusión.
1914 Un médico belga, Albert Hustin, descubre que mediante una cantidad de citrato de sodio y ácido cítrico, junto con glucosa, se puede evitar la coagulación de la sangre. Esto conduce al almacenamiento de la sangre y a la creación de los bancos de sangre.
1925 En México se practica la primera transfusión sanguínea oficialmente reconocida.
1937 Karl Landsteiner, premio Nobel de medicina en 1930, descubre un nuevo aglutinógeno, el factor Rh, nueva forma de tipificar a los individuos en Rh+ y Rh, que permite hacer más segura la transfusión de sangre.
1939-1945 Durante la II Guerra Mundial se masifica la transfusión sanguínea. En E.U. se obtienen 13 millones de unidades de sangre de medio litro, mismas que se envían a los frentes en Europa y en el Pacífico.
1970 Se amplían los conocimientos acerca de los diversos tipos de hepatitis y su relación con la transfusión sanguínea, y aparecen métodos de detección más sensibles como el ELISA para los virus B y A, con lo que se reducen los casos de hepatitis por transfusión.
1982 Se crea en México el Centro Nacional de la Transfusión Sanguínea, encargado de supervisar el manejo seguro de la sangre.
1984 Aparecen los primeros casos de personas infectadas por el VIH por transfuiones sanguíneas en el mundo.
1985 Se aprueban e ingresan al mercado las primeras pruebas de detección de anticuerpos del VIH, con lo que varios países adoptan la prueba obligatoria para analizar toda la sangre donada.
Información tomada de Centro Nacional de la Transfusión Sanguínea, 1982-1992. Ssa/CNTS.