Regresa La Castañeda con Trance;
"vamos por más adeptos", dicen
Arturo Cruz Bárcenas n En el fondo (y en la superficie) están los principios. Sin medianías. La Castañeda ha luchado por ser consecuente: "Hay mucha banda que cree en nosotros, pero no tenemos pedo con eso de vender discos. Y el compromiso es con nosotros mismos". Y eso ha tenido un precio: su salida de BMG, su anterior disquera, no fue fácil; implicó una fuerte erogación al firmar documentos pagaderos en un año, dijeron.
Oscar López, de BMG, los trajo, precisaron, de aquí para allá, "y nunca pasó nada". "Reflexionamos: lo que BMG está haciendo lo podemos hacer nosotros mismos". Vino un largo año de trámites.
Firmaron un año de pagarés. "Había un desmadre interno en BMG, y la banda (el grupo) no aceptó adecuarse a las necesidades comerciales de la compañía". La carta de retiro les costó 200 mil pesos. "Estuvimos congelados un año". En una disquera para la que vendieron más de 100 mil copias.
"Y el compromiso es con nosotros mismos", insisten.
Abril, 1999: La Castañeda está de vuelta. Están en Trance, así se llama su nuevo cd (La Castañeda Records & Pentagrama), que presentarán el 16 de abril en el Circo Volador.
Se autodefinen: La Castañeda es un encuentro del destino, una institución de salud mental; es la locura, el móvil de lo que hemos hecho. Tocamos para los de aquí. Los seres de otro planeta son los gobernantes. Dicen.
Uno de los temas (Nancy llaga) lo canta Oscar Chávez: ƑOscar, ahora, de roquero? "No, no es el afán. No me tocó a mí (ríe). Lo que pasa es que los muchachos me invitaron a colaborar con ellos en un tema y acepté". Diga lo que diga, él será el jale.
"Este es un disco de transición --precisaron los castaños--; es una síntesis de 10 años de trabajo. Pero queremos conservar la apertura que nos ha caracterizado en todo este tiempo; deseamos seguir alimentando nues tra juventud. Están pasando cosas, musicalmente hablando, muy importantes como para que te quedes en el closet. Sin perder nuestra esencia ni casarnos con un estilo. ƑHacia dónde nos dirigimos? Ni nosotros lo sabemos. Aspiramos a que se mantenga la incógnita y que cada disco nuevo sea una sorpresa. En este nuevo cd, los que ya nos conocen esperan ciertas cosas; tal vez se lleven una sorpresa. No queremos caer en eso de darle a nuestro público lo que siempre le hemos dado. Vamos por nuevos adeptos. Que se entienda: no nos estamos casando con ningún género; quizá coqueteamos con algunos elementos, pero hasta ahí".
Trance es una nueva etapa de la banda, de exploración de la locura, de la vida interna, desde Hilo de plata, agregaron. "Es como cuando cruzas años por años en un psicoanálisis y de repente llegas con el psicoterapeuta y te dice: ya está, ya no tienes por qué regresar. Es decir, hay cosas que ya recorrimos. Cada tema tiene una posibilidad, una atmósfera, marca un ritmo específico. Cada quien los desarrolla según su carácter. No nos gustan ciertas palabras, pero se usan algunos elementos, digamos modernos. Nuestra gama de expresiones es tan amplia que ahora participó Oscar Chávez. Hace dos discos hicimos algo con el tema El loco, que cantaba Javier Solís".
Señalaron que trabajar con empresas grandes implica resistir, y ello también a nivel económico. "Lo que no hagas tú por ti mismo nadie lo va a hacer. Ya no vamos a estar esperando a que en el organigrama de una empresa se encuentre una persona adecuada para que se dé algo. Ahora, en Pentagrama, tenemos más posibilidades de las que teníamos en la otra disquera (BMG)".
Para Modesto López, mandamás de Pentagrama, con La Castañeda se seguirá la línea que ha caracterizado a su disquera: el respeto a la creación, como principio. De nuevo los principios.