Martín Amaru Barrios Hernández, Sierra Negra y Valle de Tehuacán, Puebla
Puebla ocupa el sexto lugar en marginación y pobreza y es el cuarto
estado con mayor población indígena. Al norte están los tepehuas, los
totonacos, ñañhúes y náhuats; en la Mixteca y Tehuacán hay mixtecos,
popolocas, mazatecos y nahuas.
En el Centro-Poniente se hallan varios pueblos nahuas. Todos ellos
resisten los cacicazgos del pri y sus organizaciones, la cnc y
Antorcha Campesina, la división creada por los partidos políticos y
programas como Progresa, Procampo y Procede; los despojos, el
acaparamiento del agua, la contaminación de sus tierras por las
granjas y maquiladoras de ropa; la explotación de los campesinos
convertidos en obreros; la migración a Estados Unidos, la deficiente y
racista procuración e impartición de justicia y la falta de
reconocimiento constitucional. ¿Suena conocido? Presentamos el
recorrido de la delegación zapatista por parte de la Mixteca poblana,
la Sierra Negra y el Valle de Tehuacán: refugio ancestral de los
últimos toltecas.
Tehuacán es la cabecera distrital de 18 municipios indígenas y la segunda ciudad más grande del estado de Puebla, con alrededor de 25 mil ciudadanos nahuas, mazatecos, mixtecos y popolocas.
Hace 339 años los masehuales de Tehuacán tuvieron que juntar mucho tomimej (dinero) para que su ciudad se quedara con el nombre que hoy tiene y el título de Ciudad de Indios. La visita zapatista coincide con tal aniversario. El día de su llegada se organizó en el Parque Central una marcha y un mitin para el recibimiento de los cuarenta delegados visitantes. La coordinadora de brigadas en la región --organizaciones sociales, juveniles, no gubernamentales, comunidades eclesiales de base, maestros democráticos, cooperativistas y ciudadanos en general-- los habría de acompañar en la semana de la Consulta.
En la Ciudad de Indios se vivieron tres momentos significativos de esta visita. El 16 de marzo, como parte del aniversario mencionado, se presentó una exposición de fotografía Nuestras Raíces en el Ayuntamiento municipal y el presidente panista recibió a la delegación visitante. Se presentó un encuentro de danzantes nahuas de Santiaguitos de Coxcatlán, de Chilac y Altepexi. Ese día los indios tomaron su ciudad. El jueves 18 la delegación zapatista se reunió con una organización de mujeres indígenas de más de diez pueblos, la Unión de Canasteras de los Mercados 16 de Marzo y La Purísima.
En el encuentro entre mayas, nahuas y popolocas se contaron las represiones que viven, sus problemas, sus vidas. Hubo lágrimas de ambos lados cuando las canasteras les contaron cómo el pasado ayuntamiento panista de Tehuacán las golpeaba, les quitaba sus productos, las encarcelaba, les tiraba sus canastas. Cómo a la líder María Pompeya Qiahua la están procesando por ``ataques a las vías de comunicación'' y otros delitos, sólo por vender en la calle, sólo por ser india. Las señoras de San José Miahuatlán y San Antonio Cañada supieron a su vez, de lo que hacen los paramiliatres y los soldados en Chiapas, del coyotaje, de la guerra que sí existe, de la represión a los pueblos zapatistas, de los familiares presos en Cerro Hueco. Al final hubo coraje y esperanza y manifestaciones mutuas de apoyo.
El día 20, se reunieron con miembros del magisterio, y con el profesor Ramiro Arciga, distinguido luchador social que estuvo diez meses en la cárcel acusado, durante la ofensiva de febrero de 1995, de ``dar dinero a la guerrilla''. Arciga salió libre al probar su inocencia de los cargos que se le imputaban.
Al subir la montaña hacia Tierra Caliente, en el municipio de Tlacotepec de Díaz, surgió el primero de los problemas con las autoridades municipales priístas, que retuvieron a la delegación, porque ``no conocían esa Ley de Concordia y Pacificación, ni esos Acuerdos de San Andrés''. Finalmente, hablando a la Gobernación del estrenado Melquiades Morales se arregló el asunto. Se dice que el gobernador ofreció todas las garantías a los zapatistas, porque no quería que les pasara nada en su estado. ``Si ya fuera les pasa algo, no me importa, pero que no les vaya a pasar nada aquí'', declaró. Y se le mandó al presidente municipal de Tlacotepec de Diaz copia de los Acuerdos de San Andrés y las leyes mencionadas con la indicación de que permitiera la realización de las asambleas. Ahí los zapatistas vieron que la situación es muy parecida a la de ellos: pobreza extrema, caciques, prepotencia y arbitrariedades, falta de escuelas, servicios, y justicia.
En la Sierra Negra visitaron las comunidades nahuas que hace dos años estuvieron llenas de militares. Con la Consulta volvieron a aparecer los retenes en el valle y la sierra con el pretexto de estar ``aplicando la Ley de Armas de Fuego y Explosivos, ustedes disculpen las molestias''. Fue especialmente emotiva la reunión en La Escondida, una comunidad muy pequeña organizada contra los talamontes de la Sierra de Ajalpan. Llegaron también, por el lado de la sierra nahua y mazateca, a Cueva del Maíz --pueblo en donde se inició el cultivo del teocintle, antecedente del maíz--, y a las comunidades nahuas de Coxcatlán y Coyomeapan.
Los zapatistas conocieron también la Mixteca y su extrema pobreza, a los popolocas de San Juan Atzingo, a la gente de Santa Ana Teloxtoc. Se sorprendían. Don José, uno de los más grandes comentaba: ¿Cómo puede vivir aquí la gente? Es entendible su asombro porque en esos pueblos además de la marginación, lo que abunda son las cactáceas: cientos de miles de cactus, biznagas, zipolites, fósiles, pero no hay agua. Es uno de los grandes desiertos del país. Esa zona conforma la Reserva de la Biosfera Tehuacán-Cuicatlán, que el gobierno presume turísticamente, pero no cuida de los saqueos. Al campesino que arranca un cactus le echan a la pgr, pero a los granjeros millonarios que las usan para adornar sus oficinas ni al juez de paz los mandan. Cuando los zapatistas veían los quiotes que dan los magueyes, pensaban que eran palos de guayaba. Ojalá, decían los popolocas.
Conocieron el Valle de Tehuacán donde se formaron algunos de los primeros ejidos del país. En esta region los delegados vieron los efectos del Tratado de Libre Comercio y las reformas salinistas al Artículo 27 Constitucional. El emporio de las maquiladoras del pantalón de exportación de marcas como Guess y la próxima y peligrosa reducción del campesinado del Valle de Tehuacán con la venta y erradicación de los ejidos, la desaparición proletarizante de los pueblos, la destrucción cultural, la transformación de campesinos a obreros. ``Por eso surgió el Ejército Zapatista de Liberación Nacional'', comentaron los delegados.