n Plan para el tercer milenio


México debe arribar al 2000 con una profunda

identidad, dijo Zedillo

Angélica Abelleyra y David Aponte n Al presentar ayer el programa de actividades con el que México celebrará de manera oficial el paso del siglo XX al tercer milenio, el presidente Ernesto Zedillo indicó que la llegada del año 2000 debe servir a los mexicanos para ''examinar y reafirmar nuestro proyecto nacional; prever las grandes tareas que tenemos por delante para hacerlo realidad" y para que el país llegue a ese momento como ''nación independiente, soberana y con una profunda identidad" que la distinga de las demás.

En el Palacio Nacional, y ante la comunidad intelectual, académica y científica, el primer mandatario subrayó que el porvenir humano asociado a esa fecha no se construirá como ''fruto de la casualidad sino de lo que todos hagamos para edificarlo". Señaló, entonces, que es tarea y responsabilidad de los mexicanos ''abrir las puertas de un futuro mejor, de un futuro de democracia, libertades fortalecidas, vigencia plena de las leyes, justicia social efectiva y desenvolvimiento cultural a la altura de nuestra historia".

Espacio para la reflexión colectiva

La llegada del 2000, remató el Presidente, debe encontrarnos ''firmes en nuestra identidad, confiados en nuestra unidad fundamental y animados por nuestra esperanza". Y es que bajo esos tres tópicos, identidad, unidad y esperanza, descansa el lema del programa Año 2000: del siglo XX al tercer milenio, calificado reiteradamente como un plan ''incluyente, participativo" y abierto a todos los mexicanos, que ''no representa gastos onerosos para el país", ya que las 836 actividades programadas se efectuarán con los presupuestos regulares de las instituciones adscritas a trece secretarías involucradas, como Gobernación, Hacienda, Medio Ambiente, Salud, Turismo, y otras instancias como Ciencia y Tecnología, Comisión Nacional del Deporte y Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, entre otras representadas ayer por sus titulares en el amplísimo presidium que se centró en el Presidente de México.

Miguel Limón Rojas, secretario de Educación Pública, fue el encargado de pronunciar el discurso que antecedió al de Zedillo. Subrayó que el programa servirá como un ''espacio para la reflexión colectiva acerca de nuestro presente, analizado a la luz de lo que hemos sido y del futuro que deseamos como nación". Entre los temas de foros internacionales y programas de edición mencionó aquellos que''habrán de formar parte de la agenda del siglo venidero": el desarrollo democrático, el federalismo, la educación, la salud, la cultura, los derechos humanos, la diversidad étnica, la protección del medio ambiente, el deporte, la ciencia y la tecnología y las redes de comunicación.

Pero en medio de las múltiples actividades, el titular de la SEP destacó la designación del periodo escolar 1999-2000 como ''Año de la Lectura" para ''hacer del libro el recurso por excelencia" y ''pilar" de la educación, la democratización de la cultura y la superación individual y colectiva que -asentó- continuará como enlace del milenio que concluye con el que inicia.

También la formación de lectores fue un tópico que el presidente Zedillo abordaría más adelante:

''Tenemos que lograr que la lectura vuelva a ser una práctica que una a los maestros y los alumnos, a la familia, a los amigos, a los vecinos", dijo el mandatario y resaltó el esfuerzo editorial para impulsar el hábito en las escuelas, los hogares y la plaza pública.

Pese a la exaltación del proyecto, el responsable de Educación Pública no ofreció a los reporteros las cifras que revelan los niveles de lectura de los mexicanos. El nivel es ''inferior al que necesitamos y deseamos", respondió apresurado el secretario Limón a un grupo de periodistas cuando concluyó el acto oficial. (El estimado de lectura en el país es de 1.5 libros per cápita anual, según estadísticas internacionales, aunque organismos en México han señalado que es de 2.8 de libros leídos por cada mexicano al año).

Gran fiesta en el Zócalo

Limón Rojas, antes, habló de manera general del cúmulo de actividades como los 52 foros internacionales y 179 seminarios de reflexión;192 actividades artísticas entre las que habrá 30 exposiciones con una central: México eterno, una revisión de las presencias predominantes en la historia de nuestro país, que se exhibirá en el Palacio de Bellas Artes a partir del próximo noviembre y que viajará al Petit Palais de París en junio del año siguiente; enlistó otras exhibiciones dedicadas a las culturas maya y etrusca, al Renacimiento europeo y al arte indígena; habló de los homenajes a Silvestre Revueltas, Carlos Chávez y Rufino Tamayo, músicos y pintor que se efectuarán este 1999 el centenario de su nacimiento; subrayó la realización de series de televisión como El alma de México; obras públicas de ampliación en el Museo Nacional de Arte y mejoramiento en las salas del Museo Nacional de Antropología y en el Castillo de Chapultepec.

Al patrimonio arqueológico e histórico nacional, informó el titular de la SEP, se añadirá el Museo de la Pintura Mural de Teotihuacán, además de ciertas actividades académicas como el encuentro El rostro indígena en el nuevo milenio y la edición del Mapa de los idiomas indígenas de México; actividades festivas y cívicas con entrega de reconocimientos a deportistas destacados y la emisión de monedas y sellos postales.

Aun sin que ningún funcionario diera fechas precisas del inicio del programa, lo que sí quedó claro es su culminación: una gran fiesta popular el 31 de diciembre de 1999 en la Plaza de la Constitución, el corazón del país que ahora se encuentra en medio de la polémica por su supuesta remodelación.

Ya veremos qué cara dará el Zócalo en la bienvenida al 2000.