n La globalización se inició en 1492, dice Zedillo
México y Dominicana analizarán un posible tratado de libre comercio
Rosa Elvira Vargas, enviada, Santo Domingo, República Dominicana, 15 de abril n En una quizá inédita interpretación de la llegada de los españoles a estas tierras, hace 507 años, el presidente Ernesto Zedillo ubicó en el desembarco de Cristóbal Colón ''el inicio de la globalización''.
Sin dudarlo, afirmó que ese fenómeno dio inicio ''precisamente por aquí, empezó en 1492''. Y añadió: el mundo comenzó a integrarse, y ''empezaron los encuentros y en ocasiones los choques dramáticos'', pero sin duda se trató de un proceso paulatino, progresivo e irreversible.
A esa redefinición del viaje del navegante genovés ųque los empresarios dominicanos y el presidente Leonel Fernández escuchaban embelesadosų, el mandatario mexicano agregó que ciertamente las consecuencias de esa globalización pueden discutirse filosófica, política o ideológicamente, pero lo que no puede ignorarse es que aquélla ''está aquí, no podrá revertirse y más que discutir las dificultades y riesgos que entraña, nos conviene discutir, pensar y decidir cómo vamos a aprovechar sus indudables ventajas''.
De igual modo, y más allá de su agenda común de discusiones políticas y comerciales, México y República Dominicana hicieron hoy explícito recordatorio de que la ONU es ''el único foro multilateral'' con el mandato de los países ''de garantizar y preservar la paz y la seguridad internacional''.
Alusión directa al conflicto en los Balcanes, del que Zedillo ha dado sin ambages la posición mexicana, pero cuyo desarrollo lo mantiene atento. De hecho, mientras se hacían bromas con los representantes de la prensa y el presidente Fernández porque el día del arribo ųel miércolesų mientras aquéllos habían ido a aprender merengue, él invirtió un par de horas en ver un programa ''muy interesante'' de Discovery Channel sobre Yugoslavia, según comentó''.
En día de recepciones y actos protocolarios, al iniciar la visita de Estado a esta bella isla, el jefe del Ejecutivo signó compromisos, charló amplio con el presidente Fernández, entregó un centro de actualización magisterial donado por el gobierno mexicano y asistió a la presentación de un libro sobre la historia de las relaciones entre México y Dominicana, así como a la apertura de una exposición ųde libérrima distribución en los muros del Museo de Arte Modernoų de plástica mexicana de este siglo.
Acompañado del secretario de Educación Pública, Miguel Limón, el Presidente acudió a una casona blanca donde se reproduce uno de los centros de atención magisterial idéntico a los 400 que operan en México y del que se dotó, en donación, de la bibliografía, los aparatos electrónicos y demás instrumental para atender a docentes dominicanos.
Aquí, además, el mandatario se unió a las buenas ausencias que hicieran los maestros del subsecretario mexicano de Educación Básica y Normal, Olac Fuentes Molinar. Entrañable para él desde su llegada como titular de la SEP, el presidente Zedillo se detuvo a comentarles cómo se dio la incorporación del investigador chihuahuense a su equipo.
El Ejecutivo cumplirá mañana la última parte de su agenda en el recorrido que lo convierte en el primer presidente que vuelve a Dominicana tras 17 años, y veinte en que él mismo estuvo aquí cuando se desempeñaba como investigador del Banco de México. Por la tarde, se incorporará a los trabajos de la II Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la Asociación de Estados del Caribe (AEC). Hoy se confirmó que, además de sendas entrevistas con los ministros de Belice y de Guyana, hará lo propio con Fidel Castro, de Cuba, y Hugo Chávez, de Venezuela.
Pero este jueves, una charla con los hombres del capital en el marco de un almuerzo, como uno de los puntos centrales de su agenda en esta visita de Estado ųserá hasta mañana cuando Zedillo comparezca ante miembros del Poder Legislativoų, contuvo de inicio la férrea convicción del mandatario en el libre comercio y un afán argumentativo para que en la búsqueda de tratados hacia ese fin, se destierren los temores que pueden provocar las asimetrías económicas entre los eventuales socios.
Y aunque parece que no era algo incluido en el portafolios presidencial ųo en el del secretario de Comercio, Herminio Blancoų, por el tono de su discurso Ernesto Zedillo tal vez buscaría transitar rápido el enunciado que contiene el mensaje conjunto derivado de la visita, en el sentido de que México y República Dominicana estudiarán ''la posibilidad'' de iniciar negociaciones tendentes a la suscripción de un Tratado de Libre Comercio.
De este modo, tras confiar en que México logrará un acuerdo de apertura comercial con Europa, porque ''así conviene a los intereses económicos'' del país, el Presidente dijo que también hay suficientes razones ''para querer seguir sosteniendo el esfuerzo de integración en América Latina y en el Caribe'', sobre todo para aprovechar el que llamó ''fenómeno muy especial'' de la ''nueva globalización''.
Debe reconocerse, comentó, que ese ha sido un proceso paulatino a lo largo de muchos siglos, que ''ciertamente'' se ha desatado con mayor intensidad en los últimos años, ''y por eso hablo de nueva globalización, debido a la tecnología, a los avances en las comunicaciones''.
Asimismo, dio argumentos para desterrar la noción que, admitió, sigue prevaleciendo en América Latina, de que es más seguro negociar acuerdos comerciales de liberalización con economías de desarrollo similar. Si México hubiera pensado igual hace algunos años, dijo, ''sencillamente nunca hubiésemos emprendido la negociación del Tratado de Libre Comercio con América del Norte, porque es difícil pensar en economías más disímbolas de tamaño y de características estructurales entre la economía mexicana y la economía estadunidense''.
Los temores que abrigaban los sectores productivos de México, subrayó Zedillo, no eran distintos a los que ''por algunas razones correctas'' aún prevalecen en algunas naciones de América, pero por fortuna ese temor no prevaleció y ''los mexicanos reconocimos el enorme potencial'' que tendría un acuerdo de ese tipo.
Asimismo, y para reforzar el interés de México en los países de la región, apuntó que la integración latinoamericana que durante mucho tiempo fue ''un bello discurso de los políticos'', sólo en los últimos años se está traduciendo en hechos concretos, ''que significan oportunidades para nuestros pueblos, pero que además está significando un acercamiento en el ámbito político para nuestras naciones''.
Muestras claras se ratificaron hoy de la amistad entre Zedillo y Fernández, quien visitara México como presidente en 1997, y que entonces, además de reactivar las relaciones bilaterales, recordó sus años de estancia en el país donde tomó cursos en el Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE), y dedicó una parte de su mensaje en la cena que se sirvió en su honor en Palacio Nacional, para ponderar a Cantinflas como una de sus fuentes de inspiración en su trayectoria política.
Zedillo comentó que tiene ''gran identificación personal'' y gran afinidad de ideas y de visión de futuro con Fernández, quien ha logrado tener el mayor crecimiento del producto nacional entre los países de América Latina: seis por ciento en promedio. El presidente mexicano recordó, sin embargo, que ese desarrollo económico, dinámico y sostenido, lo mismo que la acción política, tienen como finalidad ''la justicia social''.
Ese ambiente de amistad los llevó a una charla informal con reporteros mexicanos a la salida del palacio de gobierno, donde Fernández habló del músico Juan Luis Guerra. Luego platicó que, durante su estancia en el CIDE, eran maestros el actual embajador de Chile en México, Luis Mayra, y el canciller de aquel país, José Miguel Insulza. Además, comentó que de niño oía por la radio un programa llamado ''México lindo canta''.
Por ahí, y mientras transcurrían las conversaciones privadas entre los presidentes ųluego de las cuales atestiguaron la firma de cinco acuerdos y conveniosų, el director del Banco de Comercio Exterior, Enrique Vilatela, trató de desfacer el entuerto con el que fue recibida aquí la comitiva mexicana, pues Dominicana reclama se le liberen 120 millones de dólares como parte del pago de la factura petrolera de cada país beneficiario del Pacto de San José, y que se destinan a la ejecución de proyectos de desarrollo.
El funcionario mexicano dijo que no existe tal retención, que se trata apenas de 102 millones de pesos, y que la cantidad está disponible ''en función de que nos presenten los proyectos y de que éstos se aprueben'', concluyó.