n Abrirá el Marco exposición del artista francés
Fotografiar es captar la realidad huidiza, lema de Cartier-Bresson
n Su ser lo lleva en busca de la admiración que libera: Bonnefoy
Angélica Abelleyra n Fotografiar ''es retener el aliento cuando todas nuestras facultades convergen para captar la realidad huidiza. Fotografiar es colocar en la misma línea de mira, la cabeza, el ojo y el corazón. Es una manera de vivir".
Con esa filosofía, el artista francés Henri Cartier-Bresson (Chanteloup, Seine-et-Marne, 1908) ha retratado parte del mundo. El rostro de la guerra, el gesto de los sabios y de los genios, el andar cotidiano de los personajes anónimos y el aire que impregna los paisajes comunes han sido registrados durante cinco décadas por el que se considera ya un clásico de la fotografía de este viejo siglo XX.
Su recorrido visual por Estados Unidos, India, Hungría, Inglaterra, Rumania, Grecia, Canadá, Alemania, Suiza, México, Turquía y España conforma colecciones privadas y públicas de museos, bibliotecas, universidades y fundaciones en todo el orbe y es ahora que estará en nuestro país ųprimero en Monterrey y luego en el DFų una selección de 155 de sus fotografías en blanco y negro.
El 23 de abril, el Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey (Marco) abrirá al público la muestra cuya curaduría recae en el francés Robert Delpire, editor que desde los años cincuenta ha publicado libros tanto del autor galo que nos ocupa como de Doisneau, Brassaï, Lartigue y el célebre volumen de Robert Frank, The americans. La museografía estará a cargo de Miguel Cervantes.
Eterno viajero
Dedicado al dibujo desde 1974, Cartier-Bresson tiene 90 años. Su pasión por la foto inició en 1931, cuando realizó sus primeras tomas en París, luego de un viaje por Costa de Marfil. Sin embargo, su primer interés se dirigió a la pintura y se centró en la actitud provocadora de los surrealistas al inicio de los años veinte. Estudió pintura entre 1927 y 1928 con André Lhote, pero cuatro años más tarde ya había hecho de su cámara una compañera inseparable, con exposiciones en Nueva York y Madrid. Era 1934, cuando viajó a México, donde permaneció un año a fin de concluir un proyecto etnográfico. Junto con Manuel Alvarez Bravo expuso en el Palacio de Bellas Artes en 1935.
En nuestro país, la vida política, el pasado arqueológico y el entorno cultural moderno le interesaron; entre otros testimonios, captó a las prostitutas callejeras de la Calle Cuahtemotzin, famosa foto del fundador en 1947 de la agencia Magnum en la que permaneció hasta 1966, en sociedad con Robert Capa, David Chim Seymour y George Rodger. Eterno viajero, en Estados Unidos se inició en el cine al lado de Paul Strand y, en 1936 y 1939, laboró como segundo asistente de Jean Renoir para una puesta en escena junto con Jacques Becker y André Zvoboda. Su vocación como fotorreportero se manifestó de manera más constante a partir de 1937 al realizar un documental sobre los hospitales de la España republicana: Victoria de la vida. Tras ser prisionero de los alemanes en 1940 y de escapar, tres años más tarde participó en un movimiento clandestino de ayuda a prisioneros y refugiados. Es la época en que retrató a pintores y escritores de la talla de Matisse, Bonnard, Braque.
Creyéndolo desaparecido durante la guerra, en 1946 radicó más de un año en Nueva York para preparar una exposición ''póstuma" que organizó el Museo de Arte Moderno en esa ciudad. A finales de esa década viajó por China e Indonesia; la ex Unión Soviética, Cuba, India y Japón, donde hizo el testimonio gráfico de movimientos sociales en cada sitio. En 1986 recibió de manos de Jorge Luis Borges el Novecento Award, en Palermo.
''Soy nervioso, simplemente, y me gusta la pintura. De fotografía no entiendo nada", nos recuerda el escritor Yves Bonnefoy que ha dicho Cartier-Bresson. Y en su libro en torno del profesional de la lente, añade: ''Es totalmente la pulsación misma de la vida la que deja escuchar en la obra su lección de aceptación, de paz hasta en la muerte".
A Cartier-Bresson ''todo su ser lo lleva como por instinto tan lejos de sí como sea posible, en busca de la sorpresa que descentra, de la admiración que libera".
Resta señalar que la exposición ha visitado ya los muros del Art Institute of Chicago; Museum of Fine Arts (Boston), Corcoran Gallery (Washington, DC), The San Francisco Museum of Modern Art; The Musée d'Art Moderne de la Ville de Paris y el Museum Fur Kunst und Gewerbe (Alemania), entre otros situados en Austria, Bélgica, Inglaterra y China. En la capital regiomontana permanecerá hasta que concluya junio y posteriormente viajará al Centro de la Imagen del DF.