Optica de investigadores y especialistas; análisis de testimonios conocidos
El grupo de Andrade y Trevi, una secta destructiva
Arturo García Hernández n De acuerdo con los testimonios lanzados a la luz pública durante el último año y medio, el grupo de jovencitas que se aglutina en torno a Sergio Andrade y Gloria Trevi presenta todas las características de lo que investigadores y especialistas clasifican como sectas destructivas, así llamadas para diferenciarlas de otras no criticables.
Dicho término --según la definición del periodista español Pepe Rodríguez en su libro El poder de las sectas (Ediciones B, 1997)-- describe a "todo aquel grupo que, en su dinámica de captación y/o adoctrinamiento, utilice técnicas de persuasión coercitiva que propicien destrucción (autodestrucción) de la personalidad previa del adepto o la dañe severamente". También encaja en la definición el grupo que, "por su dinámica vital, ocasione la destrucción total o severa de los lazos afectivos y de comunicación efectiva del sectario con su entorno social habitual y consigo mismo. Y (...) el que su dinámica de funcionamiento le lleve a destruir, a conculcar, derechos jurídicos inalienables en un estado de derecho".
Por eso --cuestiona el psicólogo Guillermo Orozco-- el caso de Gloria Trevi y su representante, Sergio Andrade, no admite los juicios fáciles ni las simplificaciones que han menudeado en los medios de comunicación desde que Aline Hernández denunció --en su libro La gloria por el infierno (Grijalbo, 1998)-- los maltratos y vejaciones que padecen quienes viven y trabajan con Andrade, incluida la propia autora de Pelo suelto.
Licenciado en Psicología por la UNAM con la tesis Sexualidad y erotismo en la mitología contemporánea, Orozco ha seguido muy de cerca la trayectoria de la cantante regiomontana. Es miembro del club de fans Aurora, al tiempo que ha analizado a Trevi como fenómeno social. En el congreso Al encuentro de la psicología mexicana (septiembre, 1992) presentó la ponencia Gloria Trevi, un fenómeno de afectividad colectiva, y en octubre del año pasado, en el IX Congreso latinoamericano de sexología y educación sexual, dio el curso Gloria Trevi, mito y realidad de un símbolo sexual mexicano.
Como muchos fans, Orozco se resistía a creer las primeras informaciones sobre la situación que viven Gloria Trevi y sus acompañantes al lado de Andrade. Pero en la medida que aumentaron y se hicieron más abiertas, tuvo que admitir las evidencias y empezó a descubrir que la estructura y funcionamiento del grupo corresponden a los de sectas destructivas.
En principio --exhorta-- es necesario ampliar el concepto de secta más difundido, generalmente asociado a prácticas religiosas o ritos satánicos. La misma Iglesia católica ha distorsionado el uso del término al utilizarlo peyorativamente para desacreditar --palabras de Pepe Rodríguez-- "a sus propias sectas disidentes" e identificarlas "con ideas herejes y cismáticas y comportamientos contrarios a las normas sociales".
Por sus características, el grupo encabezado por Sergio Andrade encaja en dos categorías: "sectas comerciales" y "sectas misceláneas o de culto a la personalidad". Las primeras --según Tobias y Lalich-- están sostenidas "por la creencia en la consecución de riqueza y poder, de estatus, de ganacias rápidas". Las segundas "están enraizadas en una creencia que refleja la personalidad generalmente carismática de alguien que asume el papel de líder venerado. Estos grupos giran en torno a un tema o interés determinado, como las artes marciales, ópera, baile, una determinada forma de arte, un tipo de medicina o un procedimiento de curación".
Las sectas destructivas invariablemente son conducidas por un "líder autoritario" que ejerce un poder vertical e incuestionable al interior del grupo, "es --dice Orozco-- el gran conocedor, el gran gurú, el gran maestro, cuyo liderazgo es vital pera los fines comunes de los adeptos. Respecto de Sergio Andrade, en el libro de Aline y en los relatos de otras chicas que estuvieron con él, queda muy claro esto. Gloria Trevi ha dicho una y otra vez que Sergio es un ser supremo, un genio, el nonplusultra de los mánagers del espectáculo. El es quien sabe y la prueba es el triunfo de ella misma. Y en este culto a la fama, al éxito y al poder, él no puede ser cuestionado".
Otras características que identifican al grupo de trabajo de Andrade con una secta destructiva son:
--El aislamiento: a las chicas se les prohíbe tener novio y amigos o conversar entre sí, prácticamente no ven a sus familiares (so pretexto del trabajo) y cuando lo hacen siempre es en compañía de otra integrante del grupo.
--El control de la información: no se les permite hablar por teléfono o leer periódicos, ni oír radio, escribir o recibir cartas, a menos que sean autorizadas por Andrade.
--El fomento de la culpa y la vergüenza paralelo a la exigencia de una disciplina extrema: la mínima falta es motivo de reclamos, castigos y humillaciones desproporcionados; menudean exhortos y recriminaciones del tipo "échale ganas", "fallaste", "lastimaste a Sergio", "está enojado contigo", "pídele perdón", "esfuérzate, él cree en ti".
--Se inducen fobias y una percepción maniquea del mundo: los de adentro y los de afuera; adentro están la seguridad, la tranquilidad, los elegidos; afuera, los malos, el peligro, los que se oponen a los más altos propósitos del grupo, los padres que no quieren que su hija sea artista.
En un contexto de crisis generalizada --explica Guillermo Orozco-- con el descrédito de las instituciones políticas, sociales y religiosas tradicionales, el discurso de los "líderes autoritarios" cae en tierra fértil. Y una vez reclutado el adepto, sobreviene un proceso de despersonalización y debilitamiento físico y psicológico: Andrade escamotea los alimentos al interior del grupo, no existen relojes en los lugares donde viven, a las chicas les cambia su nombre por el de objetos (les llama "teléfono", "mesa", "zapato"), las encierra durante largos periodos, las obliga a compartir las ropas. Así, el líder autoritario, que generalmente es un individuo megalomaniaco e inseguro a un tiempo, crea el contexto y la atmósfera más favorables a sus propósitos.
Así se fomenta una resignación o conformidad generalizada. Por eso Orozco considera que Gloria Trevi es sólo una integrante más en la estructura del grupo: "es el rostro conocido, el nombre famoso", pero al interior no disfruta --siempre según los testimonios conocidos-- de una situación privilegiada. Por eso --reflexiona-- "hay que bajar un poco el cargo sobre Gloria y equilibrarlo con el que tienen las otras chavas dentro del grupo: Gaby, Mary Boquitas, Katya. Despojadas del concepto de bien y mal que tenemos afuera, ellas se disculpan psicológicamente del daño que puedan causar sus acciones por el hecho de estar obedeciendo órdenes, eso explica que puedan ser cómplices y víctimas al mismo tiempo. Si no obedeces, te pueden castigar o te puedes sentir muy mal por fallerle al maestro infalible. Todo esto debe ser ponderado a la hora de actuar legalmente y no precipitarse, como está ocurriendo, al grado de que aún no existe una investigación concluida, pero ya se están señalando, irresponsablemente, culpas y castigos".