8MM, su nueva película; hoy, estreno nacional


Nicolas Cage: siempre he sentido afinidad por lo macabro

Gabriel Lerman, Los Angeles n Muestra de que Nicolas Cage no ha perdido el apetito por los papeles conflictivos, es que ahora el ganador del Oscar por Leaving Las Vegas es el absoluto protagonista de 8MM, el nuevo filme de Joel Schumacher que, como otros del realizador, busca generar un debate en la sociedad.

En la película, Cage es un investigador privado al que le encomiendan verificar la autenticidad de una cinta snuff, una categoría del cine pornográfico en el que se asesina frente a la cámara y que durante décadas ha sido antes una leyenda que una realidad. En su búsqueda de la verdad, Cage irá sumergiéndose en un submundo perverso y peligroso, del que regresará transformado en una persona diferente. Mientras espera el rodaje de su tercera película para Jerry Bruckheimer, Gone in 60 seconds, en donde volverá a convertirse en un héroe del cine de acción, Cage da los últimos toques a su colaboración con Martin Scorsese en Bringing out the dead, en el que comparte cartel con su esposa, Patricia Arquette.

--Está en una posición en la cual puede elegir prácticamente cualquier papel que le plazca. Muchos espectadores van a preguntarse por qué eligió precisamente éste...

--Yo sé que hay gente que se lo va a preguntar y con esas mismas palabras. También creo que es válido, que tienen derecho a opinar de esa manera, y si no quieren venir a ver la película, pues que no la vean. Mi razón para haber hecho 8MM es que yo siempre sentí una afinidad por lo macabro. Si uno se fija en mis primeras películas va a ver que yo ya había ido en esta dirección. Desde que tenía 15 años sentí una afinidad por el gran guiñol. Me encantan Edgar Allan Poe, Francis Bacon y también Clive Barker. Por supuesto, también me gustan las comedias, las películas de acción y las románticas. Por lo tanto, yo suelo elegir un poquito de cada cosa. Y si no le dedico una parte de mi carrera al cine macabro estoy negando una parte de mis intereses artísticos. A mí me fascina el cine de terror, y para mí, 8MM es lo más cerca de una película del género que puedo hacer en este momento de mi carrera sin perder mi dignidad. Por eso tengo que advertirle a la audiencia que esta no es una película de acción, y que si van a ir al cine a ver algo como Con air se van a ir muy defraudados. Aquellos padres que no quieran que sus hijos vean 8MM porque es un filme muy violento tienen su cuota de razón, más allá de que enseña una lección, y es que cuando uno es adolescente hay que pensarlo dos veces antes de escaparse de su casa.

--ƑPero no le resulta más difícil hoy en día decirle que sí a un proyecto como este? Ahora es una gran estrella, y hay mucho más en juego que cuando se comía cucarachas vivas frente a la cámara...

--Sí, es cierto que es más riesgoso ahora. Pero también es cierto que para mí es muy importante mantener mi interés en mi trabajo. Porque si a mí no me interesa lo que hago, tampoco le va a interesar a la audiencia, y ahí sí que vamos a estar en problemas. Por eso, yo sé que siempre puedo salirme de lo convencional cuando siento que me estoy calcificando o que estoy atrapado por todo lo que significa ser una estrella de cine. Yo sé que los estudios esperan que mis películas hagan cientos de millones de dólares. Pero yo, por mi parte, quiero poder seguir haciendo este juego donde por un lado hago las películas que recaudan millones y, por el otro, puedo escaparme de vez en cuando para hacer una película artística.

--ƑInterpretar personajes tan complicados como éste le ayudan a expandirse como actor?

--Claro que sí. Lo que precisamente me interesa en este momento de mi carrera es interpretar personajes complicados. No siempre lo hago, y es bueno, porque me voy a relajar mucho cuando me toque hacer un personaje más sencillo en mi próxima película con Bruckheimer. Lo que ocurre con los personajes complicados es que me estimulan como actor, porque si hago algo que no es habitual, algo que es lo que todos esperan de mí, siempre tengo un 50 por ciento de posibilidades de caerme de narices y partirme la cabeza en el experimento, y otro 50 por ciento de salir airoso y demostrar que también puedo hacer algo que nadie me había visto hacer antes. Por algo yo creo que los setenta fueron los mejores años en términos cinematográficos, algo en lo que mucha gente coincide conmigo. En aquella época Hollywood no estaba obsesionada con la taquilla y el mercantilismo, como es la norma hoy en día. En los setenta todavía se hacían películas como Taxi driver y Bonnie and Clyde, que se salían de lo convencional y que hoy son verdaderos clásicos. Algo así quisimos hacer con 8MM, salvando las distancias...

--Daría la sensación de que en este filme trató de disminuir su actuación al máximo, de hacer la menor cantidad de gestos posibles.

--Es cierto. Es que tiene que ver con una exploración personal sobre cómo quiero expresarme como actor. Por eso hice un filme como Snake eyes, donde mi manera de moverme era exactamente opuesta a la de mi personaje en 8MM o a la del de City of angels, un personaje muy controlado, donde todo el proceso va por dentro. Yo he estudiado las películas de Steve McQueen y lo que me sigue sorprendiendo es que parecía que él no hacía nada y, sin embargo, seguía siendo interesante mirarlo. Sigo pensando que lo bueno si es breve, dos veces bueno, y por eso estoy trabajando duramente para poder parecerme a McQueen. Quiero encontrar la manera en que pueda lucir interesante, aun cuando no esté haciendo nada con mi cuerpo. Como Joel Schumacher, también quería hacer algo muy relajado; después de haber rodado dos películas de Batman nos decidimos a que ésta iba a ser una cinta mucho más sutil, absolutamente minimalista...

--Siendo un padre en la vida real, Ƒle resultó difícil salirse del personaje mientras no estaba rodando?

--No tuve problemas para desconectarme del personaje después de rodar, pero una de las razones por las que acepté hacer esta película tuvo que ver con la paternidad. Yo creo que no hubiera hecho esta película si no hubiera sido padre. Es algo muy extraño de decir, pero a partir de que tuve hijos me ponía a mirar las noticias por la televisión y me sentía muy enojado y muy frustrado cuando escuchaba las cosas terribles que le pasan a la gente joven. En Estados Unidos todo el tiempo están pasando noticias de que han secuestrado y asesinado a una jovencita por aquí, o que mutilaron y brutalizaron a un jovencito por allá. Cuando uno escucha esas cosas se siente totalmente impotente frente a lo que te están contando. Antes de tener hijos no me importaban demasiado esas cosas. Si miraba la televisión no le prestaba atención a ese tipo de sucesos. Por eso puedo entender perfectamente lo que le pasa a Welles, porque él tiene una bebita. Mientras la contempla, después de haber visto la película snuff, se pregunta si algo así no podría llegar a pasarle a ella cuando crezca. Es una sensación muy fuerte la que siente este hombre, y yo creo que muchos estadunidenses sienten y piensan lo mismo que Welles. Yo no creo ser el único que experimenta esa frustración y ese enojo del que te hablo.Welles es una metáfora para esa sensación de impotencia. El va a los extremos y termina convirtiéndose en un monstruo que busca venganza, pero creo que su situación es perfectamente comprensible. No es que esté justificando sus acciones, pero sí su enojo frente a semejantes atrocidades.

--ƑCree que existen las películas snuff?

--Pensaba que no existían hasta hace muy poco, cuando me enteré de un horrible caso que tuvo lugar en Canadá, donde mataron a dos personas frente a la cámara para luego vender el filme. El asesino fue a parar a la cárcel, pero la película tuvo cierta distribución. Sí, creo que existen, por más horrible que parezca mi respuesta.

--Sean Penn ha dicho recientemente cosas muy feas sobre usted en Newsweek y en The New Yorker... (Sean básicamente mencionó que Cage se había vendido al sistema comercial de Hollywood.A pesar de Penn podría trabajar por buenos millones de dólares, prefiere mantenerse en el circuito del cine independiente, salvo cuando es alguien como Fincher o Malick el que lo llama.)

--Sí, he leído sus declaraciones. Me enojó mucho, porque una semana antes de hacer esas declaraciones tan espantosas estuvo en el set de Bringing out the dead, comportándose como si fuera mi amigo. Cuando terminamos de rodar nos fuimos a tomar unas copas juntos, porque Sean ha trabajado varias veces con mi esposa y era como si fuera de mi familia. Una semana después leo sus declaraciones en la prensa. Sólo puedo decir que es un tipo muy extraño. Está obsesionado conmigo, como para hablar así de mí... Siento como si me hubiera acuchillado por la espalda.

--Tal vez su reacción se origine en que en algún momento ustedes dos estuvieron a la misma altura, pero de pronto usted lo eclipsó. ƑCree que es normal que otros actores miren su éxito con resentimiento?

--Me gustaría pensar que no. Sé que hay un montón de gente que está feliz por lo que me está pasando, y que son mis amigos de verdad. Lo cierto es que la puerta de mi amistad con Sean Penn se ha cerrado para siempre. Los actores ya tenemos bastante con los críticos como para que tengamos que lidiar con otros actores. No tenemos necesidad de atacarnos en la prensa. Era algo que no me esperaba de él, pero ahora ya sé quién es Sean Penn. Lamentablemente.