La Jornada martes 20 de abril de 1999

ASTILLERO Ť Julio Hernández López

Carlos Salinas de Gortari continuó ayer con su campaña de reposicionamiento político. Vencida la reticencia zedillista, que pretendía mantener a Raúl, el hermano incómodo, en Almoloya, y difundida la versión de la entrevista secreta que tuvo con Cuauhtémoc Cárdenas, el ex presidente cree llegado el momento de tomar la iniciativa.

 

Por lo pronto, mediante una carta hecha circular anoche, el ex mandatario insiste en defender a su hermano Raúl, a quien considera víctima de una grave injusticia, ejecutada por un juez que habría preferido atender más las necesidades políticas superiores que los reclamos de justicia.

 

El ex presidente trata de consolidar, con los medios y los opinantes a su disposición, la idea de que él y su familia son víctimas, mártires, y como los mexicanos son dados a colocarse del lado débil, los Salinas de Gortari creen inteligente explotar tal circunstancia.

 

ƑCuándo vendrá Carlos a visitar a Raúl? ƑCuándo pasará Carlos de las cada vez más frecuentes cartas a las declaraciones directas, de viva voz?

 

Ser o no ser secretario de Gobernación

 

Francisco Labastida Ochoa se ha metido en un brete institucional. Puede, como ciudadano y como miembro de un partido, poner todo su entusiasmo en conseguir una candidatura presidencial. Podría, incluso, hacerlo desde algún cargo gubernamental o de representación proporcional. Pero difícilmente puede conciliar sus legítimos intereses partidistas con el ejercicio de la gran responsabilidad de ser el secretario de Gobernación; es decir, el responsable de dirigir y supervisar los asuntos de la política interior del país y, en ese marco, de dialogar y convenir con otros partidos sobre asuntos de tan alta significancia nacional e institucional que, para atenderlos bien, se debe prescindir de intereses, valoraciones o inquietudes menores, así sean las de una candidatura presidencial.

 

El sábado 17, al asistir a la sesión del Consejo Político de su partido en Sinaloa, y asumirse ya como virtual precandidato que no dará marcha atrás ni "pa'garrar vuelo", el señor Labastida Ochoa debería haber sido un simple ciudadano más, y no como sigue siendo hasta ahora, el secretario de Gobernación.

 

Tiempo de atajar la bola de nieve

 

Siguen las versiones y las revelaciones sobre el encuentro Salinas-Cárdenas. Pablo Hiriart, periodista muy cercano a Carlos Salinas de Gortari y director hoy del diario Crónica, sobre el que se tejen especulaciones que siempre lo ligan con el hombre de Dublín, ha divulgado lo que sabe sobre el asunto. Manuel Camacho asegura que este miércoles hará declaraciones al respecto. Cuauhtémoc Cárdenas reconoce que debe dar una explicación más amplia sobre el asunto. Los mexicanos y los futuros votantes siguen atentos.

 

Esteban, Ƒcoordinador general de campaña?

 

Entre los escenarios que prevé Esteban Moctezuma Barragán para el futuro inmediato está el de ser el coordinador general de la campaña presidencial de Francisco Labastida Ochoa.

 

Pocos políticos en activo tienen su propia experiencia en campañas, ha dicho en privado más de una vez el actual secretario de Desarrollo Social. Coordinó las del propio Labastida Ochoa cuando éste buscó la gubernatura de Sinaloa, e hizo lo mismo en la presidencial de Ernesto Zedillo Ponce de León. Antes había participado de manera destacada en la de Carlos Salinas de Gortari (como parte del equipo central de Luis Donaldo Colosio, cuando éste era oficial mayor del CEN del PRI y, al mismo tiempo, coordinador de la campaña del ex presidente que ahora reside en Dublín).

 

En su propio caso, Moctezuma Barragán ha vivido la experiencia electoral de su campaña para ser senador, cargo en el que actualmente tiene licencia para ser miembro del gabinete presidencial.

 

Hoy, con los tiempos políticos corriendo en favor del secretario de Gobernación (a quien él impulsó para llegar a ese puesto), Moctezuma Barragán parece no tener ninguna complicación respecto a la postura que debe asumir. Esteban se entiende como parte de un proyecto político amplio que hoy encabeza Ernesto Zedillo y para el cual se propone como relevo a Labastida Ochoa. Sólo en caso de una situación imprevista estaría Moctezuma Barragán como carta emergente. De lo contrario, su participación será la de colaborar con su ex jefe sinaloense en la búsqueda de otros seis años de poder.

 

En el IPN, a eso le llaman congruencia

 

Diódoro Guerra, director del Instituto Politécnico Nacional, ha lanzado una sentida exhortación a los partidos políticos para que saquen las manos del conflicto de la UNAM. Don Diódoro no es la persona más indicada para hacer ese tipo de llamamientos, pues justamente él permitió que los intereses de un partido, el Revolucionario Institucional, influyesen en la conducción del citado IPN, cuando quiso ser candidato del tricolor para gobernar Tamaulipas.

 

El señor Guerra, en su búsqueda de la postulación priísta, tuvo todo listo para dejar la dirección del IPN, pero desistió cuando no vio el dedo presidencial posarse sobre su testa, sino aprobar una ruda contienda interna en la que se veía que el gobernador Manuel Cavazos Lerma impondría a su delfín Tomás Yarrington.

 

De no haber sido por ese pequeño detalle, don Diódoro habría andado metido en los rejuegos tamaulipecos priístas y no habría tenido la oportunidad de bañarse de pureza hoy y convocar a los partidos a sacar las manos de los asuntos políticos de las instituciones de educación superior.

 

Hostigamiento en Nayarit

 

Antonio Echevarría Domínguez es un peculiar candidato a gobernador. Para empezar, es un caso único de convergencia de partidos en su favor, pues le postulan los de Acción Nacional, de la Revolución Democrática, del Trabajo y otros menores.

 

Por otra parte, resulta especial por cuanto esa candidatura pretende asumirse como una cruzada en pro de la democracia y el cambio político, cuando su abanderado, el señor Echevarría, ha sido durante 15 años un aplicado beneficiario de las mieles del sistema, 12 como secretario de Finanzas de las administraciones de Rogelio Flores Curiel y de Emilio M. González, y otros como secretario general del gobierno encabezado por Rigoberto Ochoa Zaragoza.

 

Pero, con todo y esas peculiaridades, no puede dejarse de lado el hostigamiento abierto que el citado don Rigoberto hace contra el peculiar don Antonio. Primero, la detención del guardaespaldas del candidato Echevarría, que es considerado el hombre más rico de Nayarit y, por tanto, altamente secuestrable; luego, la clausura de la Plaza de Toros que es, por supuesto, de su propiedad.

 

Cuando se aprobó la candidatura de Echevarría a nombre del PRD, un alto guía de ese partido hizo a Astillero un solo comentario: es cierto lo que se dice de Echevarría, y hay incongruencias ideológicas en esa postulación, pero la única manera de romper el cacicazgo cetemista de esa entidad y de salir del terrible atraso político en el que vive, es postulando a un personaje como Antonio.

 

Cierta o falsa la consideración, lo evidente es que el peculiarísimo candidato Echevarría está provocando enojo y desesperación en las cavernas desde las que actualmente se gobierna Nayarit.

 

Astillas: Parece increíble que entre tantos y tan trascendentes problemas políticos que vive el país, el titular de la Presidencia de la República, el doctor Zedillo, se regale detalles tan pequeños como el gusto de no recibir oficialmente al gobernador de Baja California Sur, Leonel Cota Montaño, quien cometió el pecado gravísimo de renunciar al PRI para pasarse al PRD y, desde allí, ganarle al candidato de su anterior partido. Cota Montaño pudo saludar al presidente Zedillo apenas este pasado domingo, de pasadita, como uno más de los asistentes al tianguis turístico de Acapulco. Por cierto, el presidente Zedillo sí recibió, de inmediato, a René Juárez cuando éste apenas comenzaba a ser impugnado por opositores que todavía hoy se mantienen activos y denunciantes. Leonel ganó sin impugnaciones ni problemas, pero el Presidente de la República no lo recibe oficialmente... Don Miguel Almeyda, quien de vez en cuando envía correos electrónicos de ácida crítica a esta sección, considera que poca seriedad tiene este redactor al advertir que hay columnas de tinte oficialista que atizan con mala intención el conflicto entre Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo. Dice el señor Almeyda que Astillero es también una columna oficialista, pero no del PRI, sino del PRD, y no del gobierno federal, sino del capitalino... Al gobernador de Quintana Roo, Joaquín Hendricks, le preocupa la mala fama nacional e internacional que ha comenzado a rodear el nombre de Cancún por los recientes involucramientos en asuntos del narcotráfico. Las versiones de que hoteleros importantes han sido aprehendidos y de operativos persistentes de autoridades federales podrían alejar a inversionistas y visitantes, según la estimación de las autoridades estatales. La inestabilidad política generada por la pugna contra Mario Villanueva Madrid y su pandilla, y la innegable existencia de un narcopoder en aquella entidad, son hechos que no se corregirán en un breve plazo (en el supuesto de que de verdad haya voluntad de enmienda y no sean, como todo parece, meras pugnas entre facciones).

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