La iniciativa de reformas constitucionales en materia eléctrica elaborada por el Ejecutivo parece haber muerto. Sus impulsores fueron incapaces de generar un consenso social y un acuerdo parlamentario para garantizar su aprobación en el corto plazo; tampoco pudieron dar respuesta satisfactoria a críticas y cuestionamientos.
Leonardo Rodríguez Alcaine, dirigente nacional del SUTERM, aseguró que "es un hecho que la iniciativa no será aprobada en este periodo de sesiones", y, anunció su disposición a buscar un acuerdo con el SME para la transformación del sector. El presidente de la Comisión de Puntos Constitucionales del Senado reconoció que la discusión de la reforma se ampliará ante las múltiples interrogantes que existen al interior de la fracción parlamentaria del PRI, por lo que definir una fecha para aprobar dicha iniciativa aún tomará tiempo.
El próximo periodo ordinario de sesiones comenzará el primero de septiembre. Irremediablemente estará marcado por una sucesión presidencial polarizada y prematura. Las fracciones parlamentarias analizarán allí el quinto Informe del Ejecutivo mirando hacia el año 2000, y enjuiciarán no sólo un año de gobierno sino todo un sexenio. En esas condiciones, amarrar acuerdos interpartidarios para aprobar la reforma eléctrica se antoja difícil.
Aunque el legislador no expresa de manera directa las inquietudes sociales, no puede permanecer al margen de ellas. Han transcurrido más de dos meses de un intenso debate nacional. La reforma eléctrica se ha convertido en punto de condensación de agravios y malestares y, también, en un emblema del proyecto de país en disputa. En amplios sectores de la opinión pública la política privatizadora gubernamental está profundamente desacreditada y la soberanía nacional en entredicho. Por primera vez en muchos años, una parte del movimiento sindical ha rebasado las banderas del gremialismo y ha puesto por delante los intereses generales de la nación. Los partidos que avalen la propuesta de privatización eléctrica serán inevitablemente penali- zados electoralmente.
A pesar de que se efectuaron seis foros regionales para discutir el tema, y de que en la prensa nacional se han externado una opiniones críticas a la iniciativa del Ejecutivo, ésta permanece inalterada y los cuestionamientos no han sido respondidos. El borrador del proyecto de ley reglamentaria presentado por el secretario de Energía durante su comparecencia en la Cámara de Senadores mantiene intacta la propuesta original de reforma, y ni siquiera atiende las opiniones de importantes legisladores del PRI que insisten en mantener las plantas hidroeléctricas y geotérmicas en el ámbito estatal.
Entre muchas preguntas y observaciones críticas sin respuesta, el secretario Téllez sigue sin explicar de dónde provienen las cifras que asegura el sector eléctrico necesitará en los próximos años, y que contradicen el Documento de Prospectiva del Sector Eléctrico (1996-2005) elaborado por la Secretaría de Energía. No ha dicho a la opinión pública que, con privatización o sin ella, las tarifas deberán aumentar. No ha aclarado de dónde se obtendrá el gas que se requiere para el funcionamiento de las plantas de ciclo combinado que se piensan instalar. No ha precisado cómo se puede mantener la soberanía nacional al tiempo que se atiende puntualmente las "recomendaciones" del Banco Mundial.
Los silencios del secretario de Energía son, sin embargo, poca cosa comparados con varias de sus respuestas. Al cuestionamiento sobre las implicaciones del traspaso del sector eléctrico al capital extranjero contesta como si fuera publirrelacionista de la General Motors: esa empresa automotriz "emplea a más de 120 mil mexicanos". ƑY qué con eso? ƑA poco esa industria fue en alguna ocasión estatal? ƑDesde cuándo en la Constitución se le consideró como un sector estratégico?
Probablemente no sea aún momento de cantar el réquiem por la infanta difunta. Aunque la iniciativa de reforma eléctrica esté a punto de morir, quizás pueda encontrar un alma caritativa que la salve. Como las mujeres de la mala vida que fingen honorabilidad para cobrar más al cliente, el PAN puede terminar negociando sus iniciales resistencias a cambio de nada celestiales concesiones gubernamentales. Si eso sucede o no, es difícil de prever. Mientras tanto, la iniciativa presidencial ha sido derrotada.