La Jornada miércoles 21 de abril de 1999

FMI: LA PERVERSIDAD FINANCIERA

SOL En un documento que circuló ayer, en el contexto de la reunión anual conjunta del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), el primero de esos organismos internacionales sostiene que México debe adoptar nuevas medidas fiscales para compensar la caída de sus ingresos petroleros originada en las bajas del precio de los hidrocarburos. Asimismo, afirma que el gobierno debe seguir destinando recursos públicos para apuntalar a la banca privada. Si se juzga con base en el modo habitual de operación del FMI, no es difícil imaginar que tales sugerencias son, en realidad, condiciones para otorgar a nuestro país préstamos adicionales en el marco del mecanismo de contingencia establecido por el organismo para amortiguar posibles turbulencias financieras internacionales.

Llama la atención que la instrucción fondomonetarista se emita justo cuando el comportamiento de los mercados internacionales de hidrocarburos desmiente su premisa principal, es decir, que existe un déficit en los recursos públicos causado por la disminución de los ingresos petroleros. Así sea en forma temporal, los precios del crudo muestran una clara tendencia alcista y, en lo inmediato, se traducen en un superávit con respecto a las disminuidas previsiones gubernamentales.

Pero no es sólo en relación con las cotizaciones petroleras que yerra el documento del FMI. Según analistas financieros citados en estas páginas, la inversión extranjera ha resultado ser, en el primer trimestre de 1999, significativamente mayor que la originalmente estimada.

El hecho es que las bajas registradas a fines del año pasado y a principios de este en los precios del crudo fueron esgrimidas por las autoridades económicas para emprender alzas de impuestos draconianas, severos incrementos en las tarifas públicas y bruscos recortes en el presupuesto público; Ƒpuede olvidarse el daño que estos recortes provocaron en el sistema educativo en general, en la educación superior y, especialmente, en las finanzas de la UNAM?

Sin embargo, la perceptible mejoría de los precios petroleros y lo que el gobierno describe como un buen desempeño de los indicadores macroeconómicos no se ha traducido en un alivio fiscal, tarifario o presupuestal, por mínimo que fuera, para la población. Las autoridades económicas parecieran estar dispuestas a abultar los superávit a costa de los sacrificios adicionales impuestos a la gran mayoría de la sociedad, con la clara excepción de los sectores financieros, para los cuales parece haber recursos públicos inagotables.

Es precisamente en esta línea que se inscriben las más recientes impertinencias del FMI: que el Estado cobre más impuestos a la gran mayoría de causantes y que regale más recursos a los bancos privados. Entre el organismo internacional y las doctrinas reinantes en el gabinete económico nacional se configura, así, algo que no puede ser descrito sino como perversidad financiera.