PANORAMA
Amenazados por la mancha urbana, sitios prehistóricos en la cuenca de México
En la cuenca de México existen áreas prehistóricas aún no descubiertas que van a desaparecer muy fácilmente debido al avance urbano que está cubriendo toda la región. Tan sólo en el estado de México hay por lo menos 30 sitios en los cuales se han localizado mamutes a partir de la edificación de nuevas construcciones.
Lo anterior fue advertido por Luis Córdova, investigador de la Dirección de Salvamento Arqueológico del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), actualmente dedicado al estudio de los mamutes del estado de México.
Comentó que en México aún no hay proyectos definidos de investigación paleontológica, por ejemplo el de Tlapacoya, realizado en los años 60, pero subraya que sería importante estimularlos. Indica que primero se tendría que elaborar un estudio completo de la cuenca y detallar cómo era en el pleistoceno, qué podían ver y aprovechar los cazadores, en qué lugares vivieron, cómo y con qué fabricaban sus herramientas, etcétera.
La aportación que han hecho los mamutes de Ecatepec y Coacalco a la ciencia ha sido el poder interpretar de otra forma el patrón de destazamiento de los animales prehistóricos y entender que no necesariamente debe haber herramientas de piedra para pensar en la existencia humana.
Luis Córdova explicó que las pruebas comúnmente utilizadas por los paleontólogos para aceptar presencia humana en un sitio prehistórico han sido los vestigios de herramientas trabajadas por el hombre, pero en el caso de los mamutes de Ecapetec y Coacalco no se han encontrado esos implementos paleolíticos. Sin embargo, agregó, al observar la disposición del orden que presentan algunos restos, hay patrones que se repiten en los hallazgos. Por ejemplo, casi en todos faltan los huesos de las patas, posiblemente porque estaban constituidas con un cartílago muy grande, al cual los cazadores debieron darle un uso especial.
"Es posible que los cazadores de la cuenca de México tuvieran una técnica de destazamiento, un proceso muy definido, muy conocido de esas tribus para partir mamutes y aprovechar ciertas partes que les servían más, algo así como los carniceros actuales."
Respecto a la cantidad de hallazgos, el paleontólogo comentó que los mamutes, aunque eran animales muy grandes, vivían en manadas de unos 30 o 40 individuos, y los grupos que habitaron la cuenca debieron ser varios, por eso se encuentran tantos. Incluso, dijo, hay zonas en las que parecería no haber restos de ese tipo porque el medio ha hecho que se destruyan o porque no existe un proyecto para buscarlos. Sin embargo, hace millones de años debieron estar allí.
Explicó que en países como Rusia o la antigua Yugoslavia se encuentran miles de huesos en un solo sitio porque existen barrancas donde eran enterrados. Respecto a México, es en la cuenca donde se puede decir que hay más, porque allí se han conservado mejor debido a las sustancias del subsuelo, es decir, los fondos pantanosos de los lagos. En las cuencas lacustres mexicanas también debe haber restos bien conservados, por ejemplo las del valle de Toluca, Chapala, puede ser que en la de Pátzcuaro y en San Luis Potosí y Salina Cruz, finalizó.
En México existieron por lo menos tres especies de mamutes: el columbi, el emperador y el primigenio, que han sido identificados principalmente por los molares. El mamut llegó a América mucho antes que el hombre: en México, el más antiguo se fechó con una edad de 80 mil años, mientras que el hombre más viejo del valle de México vivió hace 20 mil años.