La Jornada martes 27 de abril de 1999

ASTILLERO Ť Julio Hernández López

El Presidente de la República ha perdido el control político de la mayoría de los gobernadores, quienes no sólo están haciendo política por su lado ųcada vez de manera más abiertaų sino también asumiendo actitudes de distanciamiento y reto hacia el tradicional poder central de nuestro país.

 

Por un lado están los gobernadores que al mismo tiempo se mueven como precandidatos presidenciales ųCuauhtémoc Cárdenas, del Distrito Federal; Vicente Fox, de Guanajuato, y Roberto Madrazo, de Tabascoų, y que mantienen una tirantez constante con el gobierno federal, tal vez más agudizada en el caso del tabasqueño, que diariamente se burla en cadena nacional de los exhortos presidenciales a no gastar dinero del erario en promociones personales.

 

ƑAsociación nacional de gobernadores?

 

Luego están quienes planean formar la asociación nacional de gobernadores ųcon registro formal, estatutos y programa de acciónų, promovida por el perredista Ricardo Monreal, de Zacatecas, en coordinación con los no priístas, es decir, independientes, aunque con una relación vital con el PRD, Alfonso Sánchez Anaya, de Tlaxcala, y Leonel Cota Montaño, de Baja California Sur (el mandatario al que el Presidente de la República no se digna recibir oficialmente).

 

Esos tres gobernadores, más Cárdenas, tienen una tendencia natural a unirse y plantear actividades conjuntas pero, además, es probable que cuenten con la participación de mandatarios panistas como Felipe González, de Aguascalientes; Ignacio Loyola, de Querétaro, y Alejandro González Alcocer, de Baja California, además de la posibilidad un poco más lejana de que se afilie Fernando Canales Clariond, de Nuevo León. Según los organizadores de la citada asociación, el total de miembros fundadores podría ser de más de la mitad de los existentes, es decir, más de 16.

 

La asociación nacional de gobernadores tendría el doble objetivo de defenderse de las eventuales agresiones que recibiesen del ámbito federal (por ejemplo, en el terreno de las participaciones hacendarias) y, al mismo tiempo, de proponer y promover actividades conjuntas.

 

A partir de planteamientos sencillos, y de convergencias básicas, los gobernadores asociados estarían dispuestos a llevar a extremos nunca antes practicados las posibilidades de un auténtico federalismo, en el que todo abuso o displicencia central sería combatido.

 

ƑMonreal, tercero en discordia?

 

Tan inquietante resulta esa idea de asociar a gobernadores, que en espacios del poder central se ha llegado a especular si el activismo inherente a esa propuesta no tendrá el objetivo de colocar al zacatecano Monreal como una alternativa presidencial para el PRD, dada la polarización a la que han llegado Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo.

 

Otra preocupación central es el grado de cohesión y fuerza que podría ganar el mencionado organismo. A nadie que se mueva en terrenos políticos (por muy tecnocrático que sea su origen o su formación) escapa el grave riesgo que para el presidencialismo representaría la agrupación formal de los mandatarios estatales.

 

Pero no son tales los únicos focos rojos en el tablero presidencial (al que su propio operario suele desconectar o fundir ciertas piezas de vez en cuando, tanto por mero descuido como por acentuados e impolíticos enojos).

 

La rebelión del priísta Patricio

 

En Chihuahua, por ejemplo, el priísta Patricio Martínez está en franca rebeldía contra las autoridades hacendarias federales, luego de las represalias que se han intentado porque en aquella entidad el fuero estatal decidió expedir engomados de identificación para los autos internados ilegalmente al país.

 

Martínez, conviene recordarlo, fue el favorito de Los Pinos para gobernar Chihuahua, en un episodio confuso en el que se realizó una consulta abierta priísta, de centenares de miles de votantes, para elegir candidato.

Con esa maniobra, Martínez pudo evadir la camisa de fuerza que pretendía imponer Artemio Iglesias, el dinosáurico senador chihuahuense conocido como El Hereford, quien contaba con el apoyo de la estructura tradicional tricolor pero no pudo transferir esas simpatías a una elección abierta en la que inclusive votaron panistas en favor de Patricio.

 

La transición chihuahuense fue tersa, con un Francisco Barrio Terrazas que se había convertido en aplaudidor, en sus momentos, de Carlos Salinas de Gortari y de Ernesto Zedillo, y que a la hora de pelear para que quedara un panista en su lugar pareció allanarse, en parte porque el candidato tricolor era su adversario (Ramón Galindo) y en parte porque a algunos panistas Patricio Martínez les parecía más cercano a sus posiciones que a las de los priístas tradicionales.

 

Pues bien, ese Patricio Martínez se ha rebelado contra la pretensión de José Angel Gurría de cobrarse a lo chino cuentas por 12 millones de pesos dejadas por la anterior administración. La venganza de la Secretaría de Hacienda es en relación con la actitud de Martínez de expedir engomados (cobrándolos) para los miles de autos ilegales que circulan en aquella entidad.

 

Martínez ha dejado claramente establecida su postura, según consignó Reforma en su edición de ayer, en nota del corresponsal Enrique Lomas: "El pertenecer a un partido no quiere decir que tenga el fierro de una ganadería y que no sea pensante. A mí los ciudadanos de Chihuahua me eligieron gobernador para actuar como gobernador, y no para actuar de una manera irreflexiva, sumisa, por cuestiones partidistas".

 

González Curi, en Campeche

 

Y, mientras tal sucede en el norte, en el sur otro priísta también se levanta contra el centro. El gobernador de Campeche, José Antonio González Curi, a quien sus adversarios señalan como imposición de Salomón Azar, a quien a su vez acusan de corrupciones sin par, también ha exigido respeto de las autoridades hacendarias en materia de reparto justo de participaciones económicas.

 

El gobernador de Campeche habría dicho que a la hora de exigir mejores participaciones parecía que se estuviese mendigando, pidiendo limosna. Diversos sectores económicos y sociales se solidarizaron con González Curi en su exigencia, y hubo quienes, como Carlos Sánchez Palma, presidente del Consejo Coordinador Empresarial, señalaron que al parecer el gobierno federal castiga a los estados priístas por serlo, creyendo que el dinero debe darse a quienes protestan y exigen y no a quienes están en paz.

 

ƑY el sindicato de gobernadores?

 

Pero no se crea que este es todo el embrollo de los gobernadores insumisos. También están los que formaron parte del sindicato de gobernadores, que a la salida de Manuel Bartlett, a la caída de Mario Villanueva, y a la huida de Víctor Cervera Pacheco, está en virtual liquidación.

 

ƑY los tibios?

 

Y los gobernadores que navegan con bandera de indefinición. Ni son zedillistas, ni salinistas, ni labastidistas, ni alemanistas, ni foxistas, ni cardenistas, ni nada, simplemente están allí, a la espera de que se aclare el panorama, sin hacer gran cosa que les pueda comprometer, haciendo como que son institucionales, como que obedecen al poder languideciente pero, en realidad, esperando simplemente conocer a tiempo hacia dónde sopla el viento.

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