n La venta de paraestatales vulnera empleo, libertad sindical y contratación
Se impulsa la privatización a costa de los derechos laborales: Cereal
n La plantilla de la red ferroviaria pasó de 49 mil a 12 mil 500 empleados, de 1994 a 1998
Fabiola Martínez n La privatización de sectores estratégicos en el actual sexenio -petroquímicas, ferrocarriles, entre otros- se realiza a costa de la estabilidad en el empleo, libertad sindical, contratación colectiva y una tardía aplicación de la justicia obrera, concluye el Centro de Reflexión y Acción Laboral (Cereal) en el informe Los derechos humanos laborales: el lado oscuro de la modernización.
Esta organización educativa que apoya a sindicatos y organizaciones obreras para la reivindicación de sus derechos, advierte que la inversión privada nacional y extranjera "no tiene obstáculos de ninguna índole", por el contrario, se amplía a costa de la pérdida de los derechos laborales.
En 1998, periodo del informe, se documentan múltiples casos, como el de la privatización en la red ferroviaria nacional. La plantilla de 49 mil 323 trabajadores registrados en 1994 (que en 1990 era del doble) se redujo a 12 mil 500 empleados, con la eliminación de prerrogativas asentadas en su contrato colectivo de trabajo.
Lo anterior, a pesar que uno de los artículos transitorios del decreto expedido por el Congreso de la Unión estableció que la privatización se aplicaría con el absoluto respeto de los derechos de los trabajadores de Ferrocarriles Nacionales.
De acuerdo con testimonios de trabajadores ferrocarrileros pertenecientes a la Coordinadora Nacional para la Defensa del Contrato Colectivo, de los 13 mil 500 trabajadores registrados en la ruta Pacífico-Norte, sólo fue recontratado por la empresa concesionaria 20 por ciento de la plantilla anterior.
En Ferrocarriles del Noreste se recontrató a 60 por ciento de los trabajadores, con lo que se dejó sin empleo a 3 mil 200 personas. El mismo esquema -asegura la coordinadora- se aplicó en el segundo semestre de 1998 con los más de 4 mil 900 empleados del Ferrocarril del Sureste, ahora propiedad de la empresa Triturados Basálticos y Derivados (Tribasa).
El informe del Cereal, en cuyas observaciones se retoman opiniones de activistas de una veintena de organizaciones no gubernamentales y asociaciones civiles, como el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro, la Asociación Nacional de Abogados Democráticos, Alianza de Trabajadores Petroleros, Movimiento Ciudadano por la Democracia, Frente Auténtico del Trabajo, entre otros, destaca también la situación de los trabajadores de las petroquímicas (La Cangrejera y Pajaritos). En este caso, afirma, su dirigencia sindical "ha firmado contratos y convenios a espaldas de sus agremiados, en los que pasan de ser trabajadores de Pemex a empleados de una sociedad anónima".
La tercera parte del informe, que en breve será entregado a instancias gubernamentales, sindicales y a la opinión pública, documenta casos particulares en los que se han detectado "violaciones al derecho de estabilidad en el empleo", como entre los empleados transitorios de la sección 35 (Tula, Hidalgo) del sindicato de trabajadores petroleros.
Advierte el Cereal que la estrategia gubernamental para privatizar Pemex ha sido similar a la aplicada en la desincorporación de las más importantes paraestatales del país, esto es, primero restricción de recursos para exhibirlas públicamente como ineficientes, al tiempo que se monta una campaña de desprestigio sin reconocer las causas reales de tales ineficiencias y, luego, se emprende una restructuración a cargo del gobierno para hacerlas rentables y facilitar su privatización.
También reporta acciones de obstrucción a la libertad sindical, como ocurrió en el conflicto magisterial de la sección 9 del SNTE, el año pasado.