La Jornada domingo 2 de mayo de 1999

Pablo González Casanova
UNAM: diálogo efectivo

Parto de varios supuestos y tomas de posiciones: 1o. La educación superior debe ser un derecho universal de todos aquellos que tengan la preparación necesaria para alcanzar éxito en sus estudios. 2o. El derecho a la educación superior debe ser explícitamente reconocido y ratificado para llegar a un acuerdo. 3o. Si la educación superior es un derecho reconocido, gozarán del mismo todos aquellos que reúnan los requisitos necesarios para tener éxito probable en sus estudios, en la inteligencia de que los estudiantes cuyas familias alcancen ingresos superiores a 20 salarios mínimos harán una contribución a los ingresos de la UNAM si la misma no afecta la libertad familiar del estudiante y éste responsablemente la acepta.

En cualquier caso el acuerdo eliminará cualquier expresión que presente directa o indirectamente la educación de los estudiantes como un acto de beneficencia o que transforme la educación pública en mercancía. El propósito de una mayor equidad no se limitará a pedir contribuciones a los estudiantes de altos ingresos. Se complementará o sustituirá por una demanda de mayores subsidios federales a la UNAM y a la educación en México.

La reforma fiscal necesaria para que el Estado apoye a la educación, en todos sus niveles, resulta indispensable si de veras se quiere una política equitativa y educativa para dar mejor educación a más mexicanos.

4o. La precisión de los términos anteriores, u otros parecidos, es apremiante para un acuerdo. Si por un lado implica la obligación del Estado de subsidiar a una institución autónoma del propio Estado, como es la UNAM, para que cumpla con las funciones que le corresponden, por otro implica que los estudiantes reconozcan varios deberes sin hacer presiones o concesiones clientelistas o populistas que confundan el derecho a la educación superior con la obligación de impartirla a quienes no están preparados para recibirla.

El acuerdo deberá en efecto complementarse con el impulso a un sistema de programas por objetivos de aprendizaje, pruebas y autopruebas de conocimiento, y producción de material pedagógico para aprender, metas a abordar de inmediato, en especial en la UNAM. Ni pase automático sin los conocimientos necesarios para el éxito del estudiante ni examen de admisión con pruebas que no son confiables ni significativas. Un sistema de enseñanza, autoenseñanza y pruebas a lo largo de todo el proceso de enseñanza-aprendizaje.

Eliminación de cualquier sistema de evaluación y pruebas que sirva ųcomo el actualų para ajustar la demanda de educación a la oferta de educación, dejando fuera de la Universidad a altísimas proporciones de estudiantes, más que por falta de conocimiento de éstos, por falta de recursos que recibe el sistema actual. Eliminación, por otra parte, de los límites de tiempos de aprendizaje que afecten a los trabajadores y empleados que estudian. Promoción de una educación primaria y media de más alto nivel que el actual. Incremento de los subsidios al sistema público educativo para la defensa y el impulso de la "sociedad del conocimiento en todo el país".

5o. El diálogo efectivo no sólo deberá implicar la suspensión inmediata de la huelga sino la suspensión de la puesta en vigor del nuevo Reglamento General de Pagos, con compromiso de que no se pierda el semestre y de que se reforme el reglamento según los lineamientos que se acuerden. En ese sentido las delegaciones de las autoridades y de los estudiantes deberán tener las facultades necesarias para acuerdos mínimos. El procedimiento se facilitará si esas delegaciones cuentan entre sus integrantes con miembros del Consejo Universitario.

6o. El logro de un diálogo efectivo tiene que impedir el diálogo monólogo, el diálogo con los vencidos, el diálogo con acuerdos más tarde incumplidos y el diálogo exclusivamente público sin derecho de las partes a nombrar sus respectivas delegaciones para que estudien los anteproyectos con base en las instrucciones recibidas, y consulten a las partes y a las organizaciones correspondientes para la versión final.

7o. A los acuerdos anteriores, que permitan levantar la huelga de inmediato, se podrá añadir una lista de problemas a considerar con posterioridad y en plazos razonables y respetados.

Entre esos problemas destaca la creación de instituciones que permitan a la Universidad cumplir tanto con sus fines de investigación, educación y difusión de las ciencias, las humanidades, las tecnologías y las artes, con profesionistas y especialistas bien preparados, como estructurar espacios de consulta, discusión y diálogo más amplios y efectivos de los que actualmente existen. Para ese fin antes que pensar en una reforma de la Ley Orgánica, sobre la que tendría que decidir el Congreso, parece preferible que la propia comunidad universitaria, con un sistema de canales amplios, y a través del Consejo Universitario reforme el Estatuto General, y cree las instituciones que permitan dar mejor educación a un mayor número, con mayor presencia y participación de profesores y estudiantes.

La responsabilidad de resolver el problema universitario con el recurso a un diálogo efectivo es inmensa y debe contribuir a crear las redes nacionales de la paz y la democracia que requiere la defensa del patrimonio nacional, en especial de la electricidad y el petróleo, hoy tan gravemente amenazados como la educación superior. La UNAM puede ser la vanguardia de ese diálogo efectivo, que México habrá de promover y defender en éste y otros terrenos, como el de los pueblos indígenas, a los que nunca debemos olvidar.