La Jornada Semanal, 2 de mayo de 1999



Naief Yehya

La primera guerra de la era de Internet

La tragedia de la doncella Adona

Poco después de que cayeron los primeros misiles de la OTAN sobre territorio yugoslavo, CNN transmitió un reportaje en el que un joven universitario estadunidense describía su intensa amistad con una joven estudiante albana de Kosovo, quien utilizaba el nom d'Internet Adona y a quien había ``conocido'' en un foro de discusión. Durante semanas, Adona (una de las 2,000 cibernautas de Kosovo) le contó al muchacho cómo se deterioraba rápidamente la situación en Pristina debido a las agresiones de la policía y grupos paramilitares serbios. La angustia y desesperación de la joven aumentaban día con día hasta que, en su último correo, le anunció que tenía que abandonar su casa y ciudad para unirse a las caravanas de refugiados. Adona desapareció entre la masa. El reportaje fue repetido incesantemente y, más tarde, el joven fue entrevistado por las otras cadenas televisivas. En vez de tratar de analizar la situación que había dado lugar al conflicto, calificar la veracidad de la propaganda (tanto del Pentágono como del gobierno serbio) o buscar una manera confiable de informar tras la expulsión de la mayoría de la prensa extranjera de Kosovo, las cadenas televisivas optaron por convertir a Adona en un símbolo del sufrimiento de los kosovares y en una justificación moral, dirigida al público masivo, para la ``intervención humanitaria'' de la OTAN. Esta historia recuerda siniestramente la épica de Evangelina Cossio y Cisneros, una prisionera cubana de 17 años, que había intentado llevar a la cama a un oficial español para asesinarlo. En 1897, el magnate periodiquero William Randolph Hearst escuchó la historia de Evangelina y decidió convertirla en la protagonista de un folletín romántico que publicó por entregas en sus diarios, para conmover a las masas y preparar el terreno para una guerra entre Estados Unidos y el gobierno colonial español. Evangelina representaba la inocencia cautiva; por lo tanto, Hearst eliminó el aspecto sexual y criminal de la historia para elaborar un relato inverosímil, cursi y totalmente antiperiodístico que fue un éxito popular. La tragedia de Evangelina terminaba cuando era salvada espectacularmente por agentes del diario neoyorquino The Examiner, quienes supuestamente drogaron a guardias y prisioneros, cortaron barrotes y contrataron una carreta para escapar a mitad de la noche. Poco después estalló la guerra.

Propaganda digital

La Operación Fuerza Aliada es el primer conflicto internacional de la era de Internet, ya que la guerra del Golfo Pérsico tuvo lugar en 1991, un año antes de la creación del World Wide Web, el interfaz que popularizó y masificó a la red digital. Por lo tanto, en esta ocasión se pone por primera vez a prueba la capacidad de la red como medio informativo en tiempo de guerra, así como su posible uso como arena de combate y su resistencia a posibles intentos de sabotaje. Internet ha sido instrumental en algunos conflictos locales como en la lucha zapatista, en la campaña tibetana en contra de la ocupación china, en favor de los derechos de los timoreses y la propia cruzada prodemocracia de la oposición yugoslava. Desde que comenzó el conflicto de Kosovo, los buzones electrónicos de miles de periodistas, científicos, intelectuales, políticos y unos 10,000 cibernautas considerados como estratégicos debido a su influencia y capacidad de servir como caja de resonancia, son habitualmente bombardeados con mensajes de supuestos ciudadanos yugoslavos que piden solidaridad y auxilio al mundo en contra de las bombas de la OTAN. En muchas ocasiones, estos mensajes provienen de servidores situados en Estados Unidos, como Hotmail y Yahoo, por lo que es muy difícil detectar su origen. El 15 de abril pasado, el diario socialista francés Liberation publicó un artículo de Patrick Sabatier (http://www. liberation.com/multi/actu/semaine990412/art990415.html) en el que denunciaba que estos mensajes eran parte de una campaña propagandística serbia destinada a confundir a la opinión pública con afirmaciones como aquella de que habían muerto 19 soldados de la OTAN (un reporte aparentemente falso proveniente de una página griega de Internert que citaba fuentes de Belgrado).

La guerra electrónica

Sabatier añade que la campaña serbia no se limita a esta desinformación sino que incluye una auténtica guerra informática, ya que en ocasiones los mensajes vienen cargados con virus capaces de reproducirse hasta el infinito, saturando servidores y entorpeciendo las comunicaciones (como el virus-worm Melisa). De hecho, la página de la OTAN (http://www.nato. int) quedó fuera de servicio durante varios días al comienzo de la guerra, víctima de hackers serbios. Teóricamente, un ataque informático a través de la red podría afectar seriamente centros informativos, económicos o estratégicos de los Estados Unidos y sus aliados pero, siendo realistas, las probabilidades para que esto ocurra son muy pocas. En Yugoslavia hay una gran cantidad de gente con altos niveles de educación técnica pero antes de la guerra había tan sólo 6,800 servidores, los cuales son usados por entre 20 y 50 mil personas (menos del 0.5% de la población). Además, la red serbia es bastante frágil, ya que como escriben Annick Rivoire y Florent Latrive, no hay suficiente redundancia, por lo que si se destruye un solo servidor, las comunicaciones digitales pueden quedar interrumpidas.

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