n Empacar, actividad de la mayor parte de los niños que trabajan


Pide el gobierno a tiendas de autoservicio pagar salario a cerillos

n Tienen derecho a prestaciones por desempeñar una labor, indica

Bertha Teresa Ramírez n El gobierno de la ciudad conminó a las grandes cadenas comerciales de los grupos Cifra, Comercial Mexicana y Gigante a que observen la norma laboral y respeten el marco jurídico protector de la legislación nacional y de los tratados internacionales firmados por nuestro país para evitar la violación de los derechos humanos de menores empacadores, sector en el que se emplean la mayor parte de infantes y adolescentes que a pesar de no encontrarse en situación de calle se ven en la necesidad de trabajar.

El llamado fue hecho este domingo por la Dirección General del Trabajo y Previsión Social, la cual planteó la necesidad de que se establezcan normas de protección para los menores trabajadores y ratificó la necesidad de que los niños obtengan un ingreso fijo por su desempeño laboral, aparte de las propinas que se les da por su trabajo, además de que les garanticen el derecho a la salud, capacitación y educación, entre otras cosas.

La dependencia planteó que es necesario un esfuerzo conjunto de autoridades y sociedad para que los niños, niñas y adolescentes obtengan las prestaciones laborales a que tienen derecho por desempeñar un trabajo. Agregó que el maltrato que proviene de la ciudadanía, seguido por la extorsión de la policía y por la que cometen los propios jefes en empresas de autoservicio, son las violaciones que con mayor frecuencia vulneran los derechos humanos de los menores que trabajan, quienes debido a la falta de sensibilidad social enfrentan un ambiente de indefensión ante todo tipo de agresiones en las áreas donde se desempeñan.

La dependencia informó que por su precaria condición económica, un importante porcentaje de niños, niñas y adolescentes aceptan laborar en los sectores productivos en muchas condiciones bajo situaciones infrahumanas, carecen de prestaciones laborales pero sus empleadores les exigen cumplir eficazmente con sus horarios de trabajo bajo la amenaza de castigarlos e inclusive despedirlos, lo cual cumplen con frecuencia. Los empacadores en las tiendas de autoservicio integran el más importante sector de niños trabajadores en el medio urbano. Según cifras manejadas por las propios almacenes, en todo el país suman 70 mil, de los cuales 7 mil laboran en el Distrito Federal y de esa cantidad 35 por ciento son mujeres.

Más de 13 mil menores trabajan en las calles

De acuerdo con un estudio realizado por esa dirección, actualmente los menores que trabajan contribuyen a la economía familiar con poco más de 50 por ciento de sus ingresos, que en promedio suman 58 pesos diarios. Sin embargo, no existe una ley que los ampare, lo que los convierte en un grupo de extrema vulnerabilidad porque desarrollan su actividad al margen de cualquier normatividad laboral y es prácticamente inexistente la regulación de su trabajo.

Según datos estadísticos, 13 mil 373 niños y adolescentes cuyas edades fluctúan de cero (ya que las madres utilizan a los bebés como gancho sentimental para obtener dinero) a 17 años de edad, trabajan en las calles de la ciudad; 25 por ciento desarrolla actividades consideradas como de alto riesgo. Sin embargo, no existe una ley que los ampare, lo que los convierte en un grupo de extrema vulnerabilidad porque desempeñan su actividad al margen de cualquier normatividad laboral y es prácticamente inexistente la regulación de su trabajo.

La jefa de la Unidad Departamental de Valoración Mental del gobierno capitalino, María del Carmen González, dijo que la realidad que enfrenta la niñez mexicana exige que todos nos comprometamos; además del gobierno y los empresarios, también se requiere del compromiso de la sociedad.

Indicó que los niños y adolescentes que trabajan no sólo enfrentan los embates de la crisis económica que los obliga a trabajar, sino que muchos de ellos lo hacen padeciendo graves problemas de desnutrición, en tanto que otros se ven en la necesidad de abandonar sus estudios de primaria o secundaria.

Para los niños que trabajan, añadió, se acaban prácticamente los motivos para la recreación, ''porque sus sueños están rotos, se desdibujan y luego son parte de la sicopatología social que todos comentamos y enfrentamos en las calles, sicopatología que proviene de una gran miseria. La sociedad debe ser solidaria con ellos. ƑPor qué trata de ignorarlos? Creo que los desprecia no por ser niños trabajadores, si no por la extremada pobreza en la que muchos de ellos sobreviven.''